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Juan Carlos Corbeaux, el hombre clave tras las abultadas y oscuras compras de insumos médicos de la Cenabast MERCADOS

Juan Carlos Corbeaux, el hombre clave tras las abultadas y oscuras compras de insumos médicos de la Cenabast

Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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Su figura resulta enigmática en el mundo de la salud pública, ya que con más de 20 años de trayectoria en la industria farmacéutica privada nacional e internacional, ahora es el jefe en las sombras de la Cenabast, gracias a su estrecha relación con el ministro de Salud, Emilio Santelices. Es descrito como un ejecutivo «duro» y agresivo en el sector privado y como «desprolijo» en las controvertidas negociaciones que lidera en el ámbito público, a veces en secreto. Según cifras entregadas por la ONG Observatorio del Gasto Fiscal, durante la gestión de Corbeaux, el laboratorio GlaxoSmithKline (GSK) –su antiguo empleador– aumentó sus ventas de medicamentos al Estado desde la suma aproximada de 17 mil millones de pesos (promedio anual durante los cuatro años de Gobierno de Michelle Bachelet) a más de 45 mil millones de pesos, solamente en el 2018, mayoritariamente a través del cuestionado y controvertido mecanismo del “trato directo”, que impide la competencia de otros posibles oferentes.


Este martes 9 de abril, Juan Carlos Corbeaux rendirá cuentas en el Congreso. La comisión de Salud de la Cámara de Diputados aprobó su citación tras las interrogantes que generaron las compras realizadas el 2018 por el Centro de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud (Cenabast), organismo del cual es su jefe en las sombras. “Obviamente es una situación irregular que amerita ser investigada”, dijo el diputado PS Juan Luis Castro, quien impulsó su citación.

Si bien la dirección de Cenabast la ejerce hace un año en forma subrogante Cristián Venegas, es Corbeaux quien –desde su condición de coordinador técnico de abastecimiento– aparece como el principal responsable de las funciones de la entidad, cuya misión es asegurar la disponibilidad de medicamentos, alimentos y todo tipo de insumos a la red de salud pública, para sus propios hospitales y centros de salud, así como para la concreción de las muchas políticas públicas en el área. Se le ha catalogado como «delegado ministerial», cuestión que generó controversia el año pasado, ya que el consejo de ADP dio cuenta de que este cargo no existe. Corbeaux ha dicho en su entorno que su rol más bien es de un «delegado presidencial».

Como sea –siendo jefe de un área o una figura de exclusiva confianza de la Presidencia– Corbeaux resulta clave para entender las abultadas compras realizadas vía trato directo a laboratorios específicos realizados por Cenabast el año pasado. Tal como publicó hace una semana El Mostrador, las adquisiciones directas superaron a aquellas realizadas vía licitaciones públicas, cuestión inédita para dicho organismo, alcanzando los $239.962 millones versus los $204.463 millones, respectivamente.

Según cifras entregadas por la ONG Observatorio del Gasto Fiscal, durante la gestión de Corbeaux el laboratorio Glaxo SmithKline (GSK) –su antiguo empleador– aumentó sus ventas de medicamentos al Estado desde la suma aproximada de 17 mil millones de pesos (promedio anual durante los cuatro años de Gobierno de Michelle Bachelet) a más de 45 mil millones de pesos solamente en el 2018, mayoritariamente a través del mecanismo del “trato directo”

¿Quién es Corbeaux?

Es una persona rica para la realidad económica chilena. Acumula 18 propiedades, que suman un avalúo fiscal superior a los $1.858 millones. Químico farmacéutico de la Universidad de Chile, hizo gran parte de su vida profesional en el Laboratorio GlaxoSmithKline (GSK), el mismo que se benefició el 2018 con un importante aumento de ventas de medicamentos a la Cenabast. También es socio de Inpharma, una sociedad cuya propiedad es compartida con Jaime Jankelevich, dueño de la consultora Etika, especializada en la industria farmacéutica y salud.

GSK es una farmacéutica británica fruto de la fusión de dos laboratorios: Glaxo Wellcome y SmithKline. Corbeaux venía de la primera de estas compañías, siendo el encargado –a fines de los años 90– de armar el área de ventas de este laboratorio en Chile. De ahí pasó a organizar las áreas comerciales en Perú, Ecuador y Uruguay, hasta llegar a la gerencia general de GSK en 2003.

[cita tipo=»destaque»]Cuando Corbeaux llegó a la Cenabast, empezó a instalar prácticas poco habituales en la institución. Pidió a todos los laboratorios el contacto directo de los gerentes generales y de los gerentes de finanzas, pues quería tener la posibilidad de contactarlos sin intermediarios, considerando que cualquier solicitud de audiencia por parte de estos últimos quedaría registrada a través de la Ley de Lobby. Cuando una autoridad es la que contacta a un tercero, no hay registro público. Esto explicaría la baja cantidad de reuniones que tuvo Corbeaux en audiencias pedidas por lobby en 2018: solo dos. Este año van casi 15 en poco más de tres meses.[/cita]

Su escalada dentro del grupo fue importante, asumió responsabilidades en otros países de la región y eso le permitió ocupar la vicepresidencia para la zona sur de América Latina, junto con la gerencia general en Chile.

Las operaciones en nuestro país de GSK fueron las más importantes de la compañía en América Latina, pues multiplicó sus ventas hasta convertirse en tercer laboratorio más relevante del mercado nacional. Como ejecutivo ganó peso en la industria y participó como director de la Cámara de la Innovación Farmacéutica (CIF), que agrupa a 23 de los laboratorios más grandes del mundo con operaciones en Chile.

Con este crecimiento sostenido de la compañía, en la industria de la salud pocos habrían pensado que Corbeaux llegaría al sector público, pues ya había tenido complejas relaciones con la Cenabast durante la primera administración de Sebastián Piñera. Con su ex director, Valentín Díaz, tuvo desencuentros –que generaron ruido en el mercado de la salud– porque este no habría estado dispuesto a negociar en los términos de Corbeaux, quien entonces era representante de GSK.

Quienes lo conocieron en ese papel, afirmaron que Corbeaux tenía un estilo agresivo y su principal fórmula radicaba en los descuentos por volumen.

Cenabast hasta entonces no era un organismo que negociara directamente con laboratorios, sino que la mayor parte de sus adquisiciones se realizaba mediante licitaciones públicas.

Corbeaux ya había tenido otros roces con el sector público. En 2013 fue multado con UF 200 en su calidad de representante legal de GSK, por publicidad engañosa y tendenciosa, debido a un aviso en el diario El Mercurio en el que se publicitaban productos inhaladores de dicho laboratorio. La multa fue reclamada y posteriormente el ISP le dio la razón a la firma inglesa, dejando inválida la sanción.

Siempre estuvo atento a cómo se movía la industria frente a las necesidades del Estado. Como ejecutivo de GSK, en 2014 acudió a la Contraloría General junto a la entonces diputada Karla Rubilar, para reclamar en contra de la subsecretaría de Salud Pública por adquirir directamente 250 mil dosis de una vacuna llamada PCV 13, elaborada por el laboratorio Pfizer Chile. El reclamo se hizo porque la compra se efectuó sobre la base de que dicho laboratorio era el único proveedor, en circunstancias que había otros oferentes. Le fue mal, la Contraloría tomó en consideración las características específicas del insumo que lo hacían «único».

Con esta trayectoria, su llegada a la Cenabast generó sorpresas. Tiene una estrecha relación con el ministro de Salud, Emilio Santelices, son muy amigos, una cercanía que dejan en evidencia siempre en las reuniones con los equipos técnicos. En el entorno del Minsal afirmaron que Corbeaux goza de la plena confianza de dicha autoridad.

Trato directo

Del total de compras directas que hizo la Cenabast en 2018, el organismo justificó que $186.205 millones se debieron a que existía un solo proveedor en determinados insumos, en circunstancias que habría más de un oferente para los distintos bienes en cuestión.

Entre las compras analizadas, hay aumentos de gastos siderales durante el año 2018, y muchas de ellas a laboratorios que le vendían en menos volumen a la Cenabast. La misma compañía GSK pasó de despachar al Estado Ritonavir por un total de $669 millones a casi duplicar esa suma a $1.231 millones y, en el caso del Sulfato de Abacavir, este mismo laboratorio aumentó sus ventas el año pasado de $6.513 millones a $18.909 millones.

La Cenabast justificó estos volúmenes argumentando que se pensó en un horizonte superior a un año, pensando incluso en el 2020.

Estas cifras son parte de las explicaciones que Corbeaux deberá dar mañana ante la comisión de Salud de la Cámara de Diputados.

Cuando llegó a la Cenabast, empezó a instalar prácticas poco habituales en la institución. Pidió a todos los laboratorios el contacto directo de los gerentes generales y de los gerentes de finanzas, pues quería tener la posibilidad de contactarlos sin intermediarios, considerando que cualquier solicitud de audiencia por parte de estos últimos quedaría registrada a través de la Ley de Lobby. Cuando una autoridad es la que contacta a un tercero, no hay registro público. Esto explicaría la baja cantidad de reuniones que tuvo Corbeaux en audiencias pedidas por lobby en 2018: solo dos. Este año van casi 15 en poco más de tres meses.

La fórmula de Corbeaux radica en la obtención de grandes descuentos por parte de determinados laboratorios y, a cambio de ello, generar contratos de largo plazo. El problema, según conocedores de estas negociaciones, es que los hace respecto de productos sobre los cuales hay distintos proveedores, pudiendo generar competencia entre ellos vía licitaciones.

«En ningún momento se justifica trato directo cuando ya hay más competidores en el mercado», apuntó una fuente que prefiere mantener el anonimato y que conoce de cerca cómo funciona la Cenabast bajo el mando de Corbeaux. «El Estado debe confirmar que esa terapia o medicamento tiene o no una copia, porque si el medicamento la tiene ya registrada en el ISP, el rol y obligación de la Cenabast es llamar a licitación y no vía trato directo, porque el medicamento copia o biosimilar te puede costar un 50% menos que el original», agregó.

Esta situación llevó a Corbeaux a tener enfrentamientos públicos, como el que protagonizó en octubre del año pasado.

La Cenabast realizó un encuentro con distintos proveedores en el Hotel Marriott, instancia a la que fue invitada toda la industria farmacéutica y a la que acudió Valentín Díaz, el mismo con quien se enfrentó en el primer Gobierno de Piñera. Este encaró públicamente a Corbeaux, recordándole que él fue director de Cenabast y que «en el sector público hay procedimientos que no te puedes saltar», relató un testigo, parafraseando el episodio. Otra asistente le reclamó que exigía descuentos, sin embargo, se demoraba en pagar, razón por la que el «delegado presidencial» le preguntó al instante su nombre y el laboratorio que representaba, anotándolo frente a todos. Para los asistentes eso fue una clara señal de que era mejor no cuestionarlo mientras estuviera en el organismo.

Una fuente vinculada a la Cenabast precisó que «mientras haya más transparencia, mejor serán las negociaciones para el Estado y clientes. Debería llamar a licitaciones abiertas, llamar a competir, no se encarga de cerciorarse que en el ISP los medicamentos que hay son únicos, hay dos o tres copias». Estos descuentos obtenidos por parte de laboratorios específicos, le darían Corbeaux el relato necesario para justificar su cargo ante Santelices. «La forma como se vende al interior del Gobierno es que, cada vez que vende tratamientos de alto costo, con la plata que se ahorraría el Estado puede construir un centro de atención primaria», agregó la fuente.

Relación privilegiada

Corbeaux tiene estrechas relaciones con la CIF y, en su condición de director, le tocó representarla en distintas instancias. Desde ahí generó estrechos vínculos con Jean-Jacques Duhart, vicepresidente ejecutivo y principal lobbista del gremio, con vínculos en la ex Concertación, ya que fue subsecretario de Economía en el primer Gobierno de Michelle Bachelet.

En 2014, Corbeaux y Duhart fueron a las dependencias del ISP a discutir los cambios que vendrían en la primera Ley de Fármacos, temas de vital importancia para el gremio. Por estos días, cuando se discute la Ley de Fármacos II, el propio Duhart se ha manifestado en contra del proyecto, ya que busca terminar con la vieja práctica de los médicos de recetar productos de laboratorios específicos.

«Esto tendría sentido y sería positivo únicamente en el caso de que todos los medicamentos hubiesen demostrado su eficacia terapéutica y calidad (…). Lo cierto es que esa no es la realidad que tenemos hoy en Chile y siguen existiendo medicamentos sin bioequivalencia, cuya eficacia y seguridad no está científicamente demostrada. Es por esto que resulta fundamental que el médico pueda prescribir el mejor medicamento para su paciente, según su criterio y conocimiento», dijo recientemente Duhart en una carta al director publicada en La Tercera.

Corbeaux se reunió con todos los laboratorios que pertenecen a la CIF, cita que era solo para gerentes y desarrollada en las dependencias de dicho gremio, donde les habría comentado –aseguraron testigos del encuentro– la situación de demanda de medicamentos por parte del Estado y los precios que se estaban analizando. Un encuentro altamente controvertido, afirmaron en la industria, pues la Cenabast no da información de este tipo a sus proveedores y, menos, negocia a puertas cerradas, acotando el mercado solo para miembros de la CIF.

No hubo registro público de dicha reunión, pero sí de otra a principios de marzo realizada en las dependencias de la Cenabast, donde Corbeaux recibió a Duhart y otros miembros del directorio de la CIF. «Durante la reunión se abordaron materias relacionadas con la Ley Ricarte Soto, en cuanto al interés de Cenabast de obtener mejores precios de los productos con monoproveedor. Asimismo, se abordó el tema sobre el Observatorio Ciudadano de Cenabast, que prontamente será publicado tanto en la página del Ministerio de Salud como en la de Cenabast», reza el registro de dicha audiencia.

Lo curioso es que también se abordó la tramitación en el Congreso de la Ley de Fármacos II.

Este medio envió una serie de preguntas a Cenabast en relación con qué políticas había llevado adelante para paliar los conflictos de interés entre Corbeaux y el sector privado. No hubo respuestas.

Por su parte, el Observatorio del Gasto Fiscal señaló lo siguiente: “Analizando la data, consideramos que la forma como el sector público realiza sus compras a la industria farmacéutica es altamente riesgosa en materia de conflictos de interés o hasta de corrupción. No hay contrapesos suficientes para evitar que se compren medicamentos demasiado específicos, a precios elevados, sin suficiente competencia o sin competencia, vía trato directo. Falta gestionar un gobierno corporativo, transparente y multidisciplinario, para ordenar las compras en el sector salud».

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