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El desafío de superar la discriminación laboral por edad Opinión

El desafío de superar la discriminación laboral por edad

De acuerdo con el estudio sobre Mercado Laboral y Personas Mayores realizado por la Universidad del Desarrollo en 2018, el número de adultos mayores activos creció de un 22,1% a un 35,3% entre 1990 y 2017, representando un 11,4% de la fuerza laboral de nuestro país. El INE estima que serán casi 7 millones de mayores de 60 años al 2050 en nuestro país. ¿Qué importa la edad si la persona cumple con los requisitos y puede realizar un buen trabajo?


Tenemos dos personas que cumplen con los requisitos para ocupar un cargo, ambas con experiencia significativa para asumir el desafío y están de acuerdo con las condiciones propuestas, incluyendo las económicas. La única diferencia es que una es sub-40 y la otra mayor de 60. ¿A quién elegimos hoy?

Sin temor a equivocarme, creo que los menos elegirían a esa persona mayor de 60 años. La mayoría argumentaría que está sobrecalificada para el trabajo, que ya no tiene la misma energía que antes o, simplemente, que se necesitan ideas frescas.

La discriminación por edad o edadismo es una realidad en el mundo y en un país que envejece como lo es Chile podría constituir una gran barrera para extender la vida laboral. Necesitamos trabajar más y por más tiempo, las pensiones no son lo suficiente para una mayor expectativa de vida: a diciembre de 2018 la pensión promedio de un hombre alcanzó los $ 320.875 y la de una mujer $ 192.217.

Si los mayores de 60 gozan de buena salud como para seguir activos en el mercado laboral y, si así lo desean, es necesario que tengan la posibilidad efectiva de hacerlo. En Chile, de acuerdo con los datos de la Superintendencia de Pensiones, los hombres se están pensionando a los 65,4 años y las mujeres a los 61,7 años.

De acuerdo con el estudio sobre Mercado Laboral y Personas Mayores realizado por la Universidad del Desarrollo en 2018, el número de adultos mayores activos creció de un 22,1% a un 35,3% entre los años 1990 y 2017, representando un 11,4% de la fuerza laboral de nuestro país. El INE estima que serán casi 7 millones de mayores de 60 años al 2050 en nuestro país.

[cita tipo=»destaque»]La iniciativa fue lanzada un año antes con la participación de 78 empresas que firmaron un protocolo que da vida a la iniciativa que, si bien fue diseñada para dar igualdad de oportunidades a hombres y mujeres, también se hace cargo del edadismo. Tal vez llegó el tiempo de eliminar le fecha de nacimiento de los registros de Recursos Humanos de las compañías o elevarla al nivel de información confidencial. Así, solo será necesaria la fecha para su saludo de cumpleaños.[/cita]

Lo que hoy necesitamos construir son organizaciones que no discriminen por edad. Me encantaría decir que el edadismo tiene sus días contados, pero creo que esta discusión recién comienza y tenemos mucho que debatir todavía. Tal vez llegó el tiempo de suprimir la edad de los candidatos para ocupar un cargo.

Hay experiencias que debemos mirar. En abril del año pasado, Ikea se incorporó al piloto que desarrolla el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de España y comenzó a desarrollar sus procesos de selección con curriculum vitae ciegos, es decir, que no incluyan datos personales como foto, nombre, apellidos ni fecha de nacimiento, para así evitar discriminaciones de género, raza o edad.

La iniciativa fue lanzada un año antes con la participación de 78 empresas que firmaron un protocolo que da vida a la iniciativa que, si bien fue diseñada para dar igualdad de oportunidades a hombres y mujeres, también se hace cargo del edadismo. Tal vez llegó el tiempo de eliminar le fecha de nacimiento de los registros de Recursos Humanos de las compañías o elevarla al nivel de información confidencial. Así, solo será necesaria la fecha para su saludo de cumpleaños.

Las organizaciones debemos generar espacios para extender la vida laboral y buscar fórmulas de trabajo intergeneracionales.

En Japón, donde según datos de la Organización Internacional del Trabajo los adultos mayores representan el 19,6% de los trabajadores activos, se han hecho cargo de esta transformación demográfica y las empresas cuentan con ciclos de capacitación constante, para retener a sus empleados mayores y poner en valor su experiencia, además de implementar un sistema de apoyo a nivel de políticas públicas, generando incentivos tributarios y subsidios a las compañías para la creación de puestos de trabajo para adultos mayores.

Me pregunto: ¿qué importa la edad si la persona cumple con los requisitos y puede realizar un buen trabajo? Quienes tenemos la responsabilidad de liderar empresas, tenemos el desafío de comenzar a instalar la importancia de que nuestras organizaciones incorporen el envejecimiento poblacional a la estrategia de negocios. Así como la transformación digital nos tiene de cabeza preparándonos para el futuro, también debemos prepararnos para la transformación demográfica que ya llegó.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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