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Patear a los niños para disciplinar no es un «santo remedio», es maltrato infantil Opinión

Patear a los niños para disciplinar no es un «santo remedio», es maltrato infantil

María Paz Riveros Calderón
Por : María Paz Riveros Calderón Abogada especializada en Infancia Fundadora Todas las Voces
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No, señor Presidente, a los niños no se les pega patadas en el traste. No corresponde, tanto por su calidad de sujetos de derechos y personas humanas, como porque el maltrato físico no es ningún santo remedio. Todo lo contrario, pese a que puede ser una forma efectiva de disciplinar, ya que podría generar obediencia a través del miedo. ¿Conoce usted qué otras consecuencias podría generar? Dolor, baja autoestima, distancia entre el niño(a) y sus principales referentes significativos, soledad, sensación de indefensión y vulnerabilidad.


Presidente, lo que usted llama santo remedio, es maltrato físico con todas sus letras, es considerar que un adulto tiene el derecho de corregir físicamente a niños y niñas, y que estos no son sujetos de derechos, sino objetos. Es considerar que el adulto tiene el poder, y la propiedad, sobre un otro que es niño(a). Le pregunto a usted, Presidente, si acaso consideraría que una patada en el traste es el santo remedio para corregir a sus ministros cuando se equivocan o cuando tienen un problema. ¿Le parece absurda la pregunta? Bueno, yo le digo a usted, entonces, que si considera posible, divertida y hasta efectiva la patada en el traste a un niño o niña, es porque usted considera que niño(a)s son menos personas que usted, que sus ministros y que cualquier adulto. De esto se trata el hecho de considerar a niños y niñas como sujetos de derechos, tratarlos como personas con derechos fundamentales y, especialmente, protegerlos por su especial condición de vulnerabilidad.

No, Presidente, a los niños no se les pega patadas en el traste. No corresponde, tanto por su calidad de sujetos de derechos y personas humanas, como porque el maltrato físico no es ningún santo remedio. Todo lo contrario, pese a que puede ser una forma efectiva de disciplinar, ya que podría generar obediencia a través del miedo. ¿Conoce usted qué otras consecuencias podría generar? Dolor, baja autoestima, distancia entre el niño(a) y sus principales referentes significativos, soledad, sensación de indefensión y vulnerabilidad. ¿Quién podría defenderme si quien tiene el deber de cuidarme me pega y me maltrata? Por medio de golpes se aprende que la violencia es una forma posible y adecuada de resolver conflictos, se aprende a estar solo, se aprende a que no hay nadie en quien confiar.

[cita tipo=»destaque»]Como usted sabe, Presidente, en 1990, nuestro país ratificó la Convención sobre Derechos del Niño, la que considera al niño y la niña como sujetos de derecho y, en sus artículos 19 y 34, prohíbe el maltrato y exige a los Estados miembros que tomen las medidas para proteger a niños y niñas de toda forma de maltrato y explotación.[/cita]

Como usted sabe, Presidente, en 1990, nuestro país ratificó la Convención sobre derechos del Niño, la que considera al niño y la niña como sujetos de derecho y, en sus artículos 19 y 34, prohíbe el maltrato y exige a los Estados miembros que tomen las medidas para proteger a niños y niñas de toda forma de maltrato y explotación.

En concordancia con las obligaciones internacionales adquiridas por Chile al ratificar la Convención, muchas organizaciones e instituciones públicas y privadas luchamos todos los días para erradicar el maltrato hacia niños y niñas, para promover una cultura de Derechos Humanos y de cuidado, en todos los ámbitos de nuestra sociedad.

Es así como lamentamos profundamente sus dichos, Presidente, que parecen demostrar que niños y niñas no están primero en la fila.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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