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Susan Fiske en Congreso Futuro: la cultura del odio y los estereotipos humanos CULTURA

Susan Fiske en Congreso Futuro: la cultura del odio y los estereotipos humanos

Con más de 25 años investigando los prejuicios y estereotipos presentes en las relaciones sociales, la psicóloga de la Universidad de Harvard, Susan Fiske, una de las personalidades científicas invitadas al Congreso Futuro 2019, sostiene que la convención social de juzgar a las personas a primera vista sobre la base de prejuicios pasa por filtros inconscientes asociados al nivel de competencia, cooperación y el poder que puede llegar a representar un individuo. Se trata de un mecanismo de defensa para sobrevivir, asegura.


Solo basta una fracción de segundo para formarnos una impresión sobre las personas y definir en nuestra mente quiénes son. El simple acto de mirar a otros es suficiente para formular prejuicios sobre cómo son, cuáles son sus intenciones y si podemos o no entregar nuestra confianza.

Este fenómeno inconsciente y recurrente no es más que un mecanismo de defensa para sobrevivir. Así lo explica la psicóloga y doctora de la Universidad de Harvard, Susan Fiske, quien expondrá el próximo martes 15 de enero en la octava versión del Congreso Futuro 2019.

Sus contribuciones teóricas han permitido analizar, desde la óptica de las neurociencias, cómo las relaciones sociales se construyen a partir de nuestras diferencias, las cuales originan los prejuicios expresados en dimensiones raciales, religiosas, de género, de clase, entre otras.

Cultura del odio y la violencia simbólica

Con más de 25 años investigando los prejuicios y estereotipos presentes en las relaciones sociales, Susan Fiske afirmó, en una entrevista a La Vanguardia, que “la primera clasificación que hacemos sobre otros tiene que ver con la etnia, la edad y el género”, siendo un proceso que se da de forma natural e inconsciente.

Estas primeras impresiones no solo son inherentes al funcionamiento de nuestro cerebro y nuestro instinto de supervivencia, sino que también son herencia directa de la cultura de masas que, muchas veces, está conformada por una gran cantidad de violencia simbólica. “Los estereotipos concretos parten de nuestras disimilitudes y, en último término, adquieren significados en función de la cultura y la representación que se haga de ella”, explicó Fiske.

Biológicamente prejuiciosos

Según Susan Fiske, la convención social de juzgar a las personas pasa por filtros inconscientes asociados al nivel de competencia, cooperación y al poder que puede llegar a representar un individuo. “Nos formamos juicios de valor en función de la percepción que tenemos de si aquel grupo de individuos es cooperativo o, por el contrario, competitivo”, afirmó en el reportaje “Nuestro cerebro intolerante” del diario La Vanguardia.

Dichos filtros discriminatorios se originan en un área del cerebro denominada córtex medio prefrontal, el cual se ilumina cuando pensamos en otras personas, ya sea nuestra madre o un desconocido.

Sin embargo, si observamos a alguien que nos despierta sentimientos de repugnancia u odio, esta zona del cerebro no se ilumina, “es como si mirásemos un cubo de basura”, explicó durante el Congreso de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Por el contrario, cuando sentimos rechazo y presentamos una discriminación conductual, una parte de los sesos llamada ínsula, asociada a la sensación de repugnancia, presenta actividad cerebral y se ilumina.

Estereotipos de la herencia cultural

Resulta impactante afirmar que existen juicios globales en los cuales la percepción de millones de personas respecto de un individuo o un colectivo coincide. De acuerdo con el pensamiento de Fiske, “los colectivos que están vistos como explotadores no nos gustan; y si además son de fuera, no nos caen bien. Tampoco nos agrada la gente pobre. Es algo generalizado que suele darse en todo el mundo”, afirmó la experta en neurociencia a Muy Interesante.

Por otra parte, los estereotipos concretos son una herencia cultural y constituyen el componente cognitivo del prejuicio. “La estructura social también determina el estereotipo; este determina la emoción, y la emoción el comportamiento”. Por lo tanto, los estereotipos de occidente suelen ser distintos a los que tienen su origen en el oriente.

A pesar de ser un fenómeno cultural, la incomodidad que se manifiesta ante algo o alguien que no nos agrada, para la científica, también es un fenómeno propio de nuestra naturaleza como seres humanos: “Incluso les ocurre a los bebés, quienes a las pocas semanas ya perciben las diferencias entre personas de distintas etnias, por ejemplo”.

El conversatorio de Susan Fiske formará parte del panel  de expositores “Los otros y nosotros”, y se llevará a cabo el próximo martes 15 de enero a partir de las 17:00 horas, en la sede de Santiago del Congreso Nacional.

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