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Los diario de Raúl Ruiz: rápida siesta y a los leones CULTURA|OPINIÓN

Los diario de Raúl Ruiz: rápida siesta y a los leones

Ramiro Villarroel Cifuentes
Por : Ramiro Villarroel Cifuentes Poeta, escritor y productor ejecutivo para cine y TV. Vive y trabaja en Temuco.
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Con este «Diario» podremos ver la infinita capacidad creativa y energía inagotable de uno de nuestros más completos artistas nacionales, cuya obra sobrepasa con mucho lo meramente cinematográfico: un ser polifacético, concentradísimo en los aspectos de la imaginación y la creatividad, cuya fuerza hacía reposar en una siesta diaria, después de la cual se lanzaba a los leones.


Galopan los recuerdos,
azotados por los látigos de la memoria
Juan Emar

Un texto, un registro, una obra mayor en dos tomos cuyas más de mil doscientas páginas podemos ver enlazadas y ubicadas en la misma estantería de producciones literarias descomunales de todos los tiempos como son Umbral de Juan Emar, el Ulises de Joyce, Gargantúa y Pantagruel de Rabelais, Los Cantos de Pound o La Novela de Genji, de Murasaki Shikibu. Torrencial.

En el género de los diarios, el escrito por Raúl Ruiz nos abre a un hiperespacio literario de gran amplitud y versatilidad temática, así como también nos muestra a un autor que se transforma en el personaje principal del mismo diario e indaga, entre muchísimos otros temas, en su identidad como persona y la del ser chileno.

[cita tipo=»destaque»]En este «Diario» podremos ver a un Raúl Ruiz chef, cineasta total, lector, novelista, amante, poeta, hijo, coleccionista, dramaturgo, ensayista, filósofo, medievalista, alquimista, apreciador del arte de todos los tiempos y culturas, sabio, alcoholista, sibarita, vecino, amigo, tallero y sobre todo un activo escribiente. También tendremos la oportunidad de conocer los temas y variadísimos objetos de su interés, como son: Dios, la física, las comidas.[/cita]

“Hablamos con Valeria de la profunda deshonestidad de los chilenos. Es cierto que el doble lenguaje debió aparecer en Chile antes de que se descubriera su utilidad política o económica, pero el caso de Chile no es muy diferente a otros países de América Latina (deshonestidad del chileno, deslealtad del peruano, etc.). Fundar toda acción en la hipótesis del robo es propio de Chile”, o “Qué raro, la idea de nunca más ver a un chileno me alegra. ¿Qué querrá decir? Patria, putria, madrematria. El reír infernal de los chilenos y su sed de matar muriendo con tal de que nada quede. Chile habría declarado la guerra atómica por el puro placer de hacerlo”, cuestión que se replica en conversaciones que Ruiz anota con agudeza.

“Recuerdo de una tarde lluviosa con un funcionario del ministerio de cultura. Me dice: ‘sería bueno que se aparte/separe de sus amigos chilenos. Ellos le cuentan a medio mundo que usted hace sus películas haciendo los primero que se le pasa por la cabeza’. Es difícil explicar que eso para un chileno no es peyorativo. El arte es siempre estafa. Ser serio es ganar plata. Un artista es un embaucador de extranjeros. Un estafador. Los chilenos nunca han reconocido su raíz kalmuk: sólo es verdaderamente mío lo que es robo, sólo es verdad la mentira bien dicha, sólo es honesta una estafa bien vestida”.

Asimismo, podemos ver vertientes del pensamiento político de nuestro autor que sin tapujos ni maquillaje dice que: “El socialismo ha asesinado todo lo que de cerca o de lejos se parece a la privada empresa de crear arte. El muy mal llamado socialismo. Apocalipsis de pacotilla. ‘Callada canalla’ (como diría Braulio Arenas en sus delirios anti UP). Igual no cambiaré. Estoy muy viejo para darme vuelta la chaqueta. Pero duele como el cepo la memorable traición de los míos. Ominami – O my money, Aylwin – Pinochet, Frei – Frei”.

En este «Diario» podremos ver a un Raúl Ruiz chef, cineasta total, lector, novelista, amante, poeta, hijo, coleccionista, dramaturgo, ensayista, filósofo, medievalista, alquimista, apreciador del arte de todos los tiempos y culturas, sabio, alcoholista, sibarita, vecino, amigo, tallero y sobre todo un activo escribiente. También tendremos la oportunidad de conocer los temas y variadísimos objetos de su interés, como son: Dios, la física, las comidas.

“Desde hace algunos días trato de orquestar mieles y vinagres en unas migajas de mi invención, más o menos inspiradas en unas recetas chileno-boloñesas del Abate Molina”. También sobre la literatura, las culturas, el multiculturalismo, los viajes: “En el avión de regreso a París. Avión lleno como una micro Matadero-Palma”, producciones cinematográficas, teatrales, musicales y óperas.

Se ven por multitudes amigas y amigos, sus vecinos, las múltiples y diversas locaciones para sus películas, grandes actores y otros sacados de canteras menos vistas, el cine hollywoodense e independiente, autores en todas las materias, celebridades y desconocidos.

Están sus experiencias como profesor realizando clases en grandes universidades del mundo, películas vistas, otros directores admirados y también despreciados: “Tim Burton es un gagman, pero no un cineasta”, países, libros, filosofías, reflexiones: “El artista vuelve enigma lo evidente”, historias, sueños, arte, pintura, pintores, escultores, productores, premios, el dinero, el banco, restaurantes del mundo, pérdidas, encuentros, su salud: “algunas perspectivas: párkinson, diálisis, amputaciones, ceguera. Todo a diez años plazo. La vida es breve”, metalingüística, ideas, notas, pensamientos, la muerte del padre, de la madre, de los amigos y amigas, vinos, libros, más libros, hoteles, la cábala, incunables, librerías de viejo, libreros, la ciencia, la poesía, el 11S de Chile y EEUU, la guerra de Irak, reconocimientos.

“Me siento en un banco y veo pasar un desfile. Me uno a los espectadores. De repente me doy cuenta que ‘eso’ es la ceremonia. Me acerco a la tribuna oficial en el momento mismo en que izan la bandera. Un discurso y entrega de un título de Hijo Ilustre. Cuecas y desfile militar de seis compañías (pertenecientes a cuatro ramas). Real estupor. Rodeado de militares recibiendo un trofeo de manos de un alcalde socialista”.

Hay además festivales, suicidios, atentados, citas literarias, éxitos y fracasos, investigaciones, lo sagrado, enumeraciones de proyectos e ideas como ejercicios de una creatividad en constante expansión, ocultismo, la dictadura, negocios, entrevistas, su relación con la crítica, crisis económicas, laborales y amorosas, su biblioteca, la que en un momento “comienza a verse intimidante”, los sueños.

“Tratando de explicarle a Emilio cómo había detectado cómo comenzaba un sueño, el paso de la vigilia al sueño, me di cuenta de que el sueño se visualiza en una pantalla simultánea y paralela con la pantalla que visualiza los recuerdos”. Está su desmesura en tantos ámbitos y su extrema prudencia en otros aspectos, Valeria. Podremos conocer en sus palabras el cambio del cine análogo al digital, su comienzo en la utilización de la tecnología, el computador y software editorial para cine como el final cut: “Definitivamente el video acelera todo. Calculo que bien organizado se podrían hacer veinte largometrajes al año sin matar al equipo (con filmaciones entre siete y diez días por film). Digo verdaderos films”.

También podremos tener acceso a lecturas increíbles en las prácticas intelectuales de una sola persona: Bibar y las cartas de Valdivia, el Mabinogion, Salman Rushdie, Fernando Pessoa y Portugal, Waldo Rojas, Quevedo, Malcolm de Chazal, Ezra Pound, Jorge Teillier, Américo Castro, Suhrawardi, Whitehead, Proust y la física cuántica, Schopenhauer (“Cuando dormimos tenemos los ojos cerrados y vemos. A veces con los ojos abiertos superponemos imágenes mentales a las percepciones. Esto no tiene nada de mágico, independientemente de su grado de realidad”), Eric Weil, Arendt, Benjamin, Heidegger, Marcuse, Rosa Luxemburgo, Erns Jünger, Fink, Karl Jaspers, Úrsula Wolf, Husserl y Gadamer, entre una lista que hemos preferido dejar hasta aquí para evitar el estupor.

Con este «Diario» podremos ver la infinita capacidad creativa y energía inagotable de uno de nuestros más completos artistas nacionales, cuya obra sobrepasa con mucho lo meramente cinematográfico: un ser polifacético, concentradísimo en los aspectos de la imaginación y la creatividad, cuya fuerza hacía reposar en una siesta diaria, después de la cual se lanzaba a los leones.

Diario. Notas, recuerdos y secuencias de cosas vistas, Tomo I, Raúl Ruiz, Ediciones Universidad Diego Portales, 2018, 597 páginas.

Diario. Notas, recuerdos y secuencias de cosas vistas, Tomo II, Raúl Ruiz, Ediciones Universidad Diego Portales, 2018, 606 páginas.

Ramiro Villarroel Cifuentes. Escritor.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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