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Crítica al libro «Héroes» de Jorge Baradit: unidad bajo el precepto de la patria CULTURA|OPINIÓN

Crítica al libro «Héroes» de Jorge Baradit: unidad bajo el precepto de la patria

Gonzalo Schwenke
Por : Gonzalo Schwenke Profesor y crítico literario
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La búsqueda de la conciencia épica vinculada a la conformación de la nación ante un fin próximo, se enaltece en la figura de la superación del hombre. El superhombre se logra superando la adversidad, aspecto que recorre durante todos los capítulos


Queremos glorificar la guerra—única higiene del mundo—el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los anarquistas, las bellas ideas que matan y el desprecio a la mujer.  Manifiesto del Futurismo de Filippo Marinetti.

Continuando con las sagas sobre la historia, Jorge Baradit publica Héroes (2019), quien plantea el acto de revisitar a los héroes embalsamados que conforman un tipo de identidad chilena. Así, discute las estatuas presidenciales que están emplazadas alrededor de la Moneda y señalados en la formación primaria. Para esto se vale, levantando otras figuras plausibles como Águeda Monasterio, Manuel Rodríguez, Ramón Freire, Francisco Bilbao, Arturo Fernández Vial, Luis Emilio Recabarren y Pedro Aguirre Cerda, las que responden a la agenda política contingente.

[cita tipo=»destaque»]Para el autor ser héroe es tener las condiciones de un superhombre. Un elegido o de raza superior. Por tanto, posee una estética donde enaltece la batalla y la muerte, ya que ahí se prueba al superhombre. Por este motivo, este libro se vincula con la vanguardia futurista (1909) del italiano Filippo Marinetti, quien propiciaba una estética fascista en la que prevalece el “coraje, la audacia y la rebelión” como modelos de vida.[/cita]

De las primeras cuestiones que hay que apuntar es sobre el prólogo. Según señala el autor: “esta forma de enseñar historia está más cerca del catecismo que de la historiografía” (11). Allí, se reitera a los docentes en el proceso de enseñanza, en tanto hacer clases de forma monótona y ausente de instalar una capacidad crítica para el ciclo de básica. A saber, enjuicia a quienes la desempeñan, y no a la discusión de las estructuras educacionales. Arrebatamiento aleatorio porque es imprescindible ejercer la profesión. Incluso para esto, es necesario mostrar en la bibliografía sobre la malla curricular chilena: objetivos trazados por el Ministerio de Educación. En otras palabras, es en la Oficina de la Historia Oficial (13) donde convergen los discursos y poderes dispuestos en las asignaturas que se requieren discutir para el sistema educacional.

En segundo orden quiero señalar que, en los personajes predominan los apellidos hispanos, los que están cruzados por el signo trágico y el desplome del mundo en que habitan. Aquellos que sobreviven a la agonía, deben reanudar el heroísmo de los caídos, para abrir nuevos horizontes. En este sentido, la búsqueda de la conciencia épica vinculada a la conformación de la nación ante un fin próximo, se enaltece en la figura de la superación del hombre. El superhombre se logra superando la adversidad, aspecto que recorre durante todos los capítulos. Por ejemplo, en las luchas independentistas, sociales y estatales: siendo un soldado que se abre camino en el fragor de la batalla por la independencia, ya sea en el capítulo de Ramón Freire o, en la persistencia de no rendirse jamás en el combate naval de Iquique, en el capítulo de Arturo Fernández Vial. Es así que, no cabe duda que estos cruces son una idea filonazi.

Para el autor ser héroe es tener las condiciones de un superhombre. Un elegido o de raza superior. Por tanto, posee una estética donde enaltece la batalla y la muerte, ya que ahí se prueba al superhombre. Por este motivo, este libro se vincula con la vanguardia futurista (1909) del italiano Filippo Marinetti, quien propiciaba una estética fascista en la que prevalece el coraje, la audacia y la rebelión” como modelos de vida.

A propósito de esta nueva intelectualidad que abraza la izquierda, la brecha que abre la industria cultural sobre el revisionismo histórico, representada por personas que no son productoras sino por transmisores de saberes, tienen su valía en un discurso masivo, exagerado pero que alcanza, por momentos, cierto grado de visualidad en la forma de contar los relatos.

En este sentido, las voces que representan las oleadas por leer historia, simbolizan la derrota de las academias locales. Esto, ya que se hace referencia a la poca injerencia de la misma en espacios públicos debido a las múltiples formas de enclaustramiento verbal, económico y laboral que conlleva el estudio. De esta forma, los lugares ocupados por los intelectuales están sitiados y prácticamente son muy pocos/as que regularmente intervienen en la discusión de la realidad nacional y que sepan lidiar notablemente con la reacción.

En tercer orden, no podemos corresponder los procesos independistas, revolucionarios y de crítica solamente al líder, sin comprender la sucesión de acontecimientos en un lapso de tiempo determinados. Cuestión comparable con la selección chilena de fútbol masculino, en los que no han podido determinar a qué director técnico le debemos dar los agradecimientos por el cuerpo de jugadores que han obtenido las Copas Américas: a José Sulantay en su formación, a Nelson Acosta, a Marcelo Bielsa por cambiar la mentalidad, a Claudio Borghi, a Jorge Sampaoli o Juan Antonio Pizzi. Porque es necesario señalar, que el equipo no juega solo y los perdonazos a los jugadores así lo garantizan. De lo anterior, no podemos entregar la retribución, puesto que allá se habla de procesos, no de personas o caudillos.

En último caso, el capítulo del fundador del Partido Obrero Socialista contiene inexactitudes, puesto que hay pequeños detalles que no dejan claro el mensaje que se intenta otorgar en la figura de Luis Emilio Recabarren. Se afirma en la página 137, que: “Recabarren no creía en la política de y desde la élite ni en los políticos profesionales ni en las cúpulas dirigenciales”. Sin embargo, es un sujeto en todo momento político, que buscaba acceder e intervenir en el Congreso y que movilizaba masas, por esto mismo, es un dirigente influyente. A continuación, tampoco no da cuenta de algunos errores, ya que Recabarren nunca fue a las municipales, porque privilegiaba llegar al parlamento para instalar el programa revolucionario. Sobre el ideal socialista, hay variables en el pensamiento de este trabajador, los que están en el contexto histórico, por lo que no se puede omitir la influencia de la revolución rusa de 1917, la que fortaleció el ímpetu de la clase obrera. Es decir, algunas citas textuales deben estar planteadas en su origen y no diseñadas para enaltecer figuras en medio del patriotismo social proletario.

Finalmente, Héroes en su constitución ideológica nacionalista, pretende buscar la unidad bajo el precepto de la patria y que se ha difuminado con la globalización. Ante la pérdida de lo que somos como nación y la crisis de representatividad, este volumen que carece de valor histórico y literario enlaza el sentimiento correcto y la noción del ser chileno, en abierta exclusión a las migraciones que nos han fortalecido históricamente.

Héroes. Jorge Baradit. Sudamericana Ediciones, 2019, 195 páginas.

Gonzalo Schwenke es profesor y crítico literario. Valdivia, 2019.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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