CULTURA|OPINIÓN
En la obra se puede percibir la visión científica arraigada a todo aquello que es comprobable, la visión prosopopéyica que daba características humanas a las ballenas, la visión onírica relacionada con las imágenes y sucesos que se imaginan mientras se duerme y la visión mítica ligada a la importancia de los cetáceos en el mundo selk`nam.
¿Puede la cosmovisión Selk´nam compartir escenario con la divulgación científica? ¿Cómo operarían ambas ramas? ¿Se interrelacionan en algún momento? Greta es una obra de teatro que propone en su montaje estas interrogantes. Escrita por Ximena Carrera e interpretada por Coca Guazzini, Kathy Salosny, Carmina Riego y Daniela Lhorente, bajo la dirección de Constanza Brieba y Jorge Díaz, idea original de Ximena Carrera y Javier Ibacache.
[cita tipo=»destaque»]La puesta en escena sostiene sus cadenas de tensiones en el texto y en la persuasión a través de la palabra en una época donde existe una desconfianza de la misma, se podría preguntar ¿Está en retirada la articulación del pensamiento por medio del lenguaje y al igual que las ballenas solo nos queda comunicarnos a través de los cuerpos?[/cita]
El tema central trata del varamiento de una ballena en la orilla de una costa y la expectación de cuatro mujeres ante este fenómeno natural.
En la obra se puede percibir la visión científica arraigada a todo aquello que es comprobable, la visión prosopopéyica que daba características humanas a las ballenas, la visión onírica relacionada con las imágenes y sucesos que se imaginan mientras se duerme y la visión mítica ligada a la importancia de los cetáceos en el mundo selk`nam.
La planificación del escenario, que representaba un living comedor mientras que en la pared se proyectaban diversas imágenes relacionadas con el mar, tenía lógica y contribuía en las interpretaciones sin fluctuar entre las acciones y los objetivos.
La puesta en escena sostiene sus cadenas de tensiones en el texto y en la persuasión a través de la palabra en una época donde existe una desconfianza de la misma, se podría preguntar ¿Está en retirada la articulación del pensamiento por medio del lenguaje y al igual que las ballenas solo nos queda comunicarnos a través de los cuerpos?
La cosmovisión Selk´nam es también un punto interesante pues estos aprovechaban exclusivamente los cetáceos que varaban en las costas y no desarrollaban estrategias de persecución, dado que no practicaban la navegación, a diferencia de sus vecinos canoeros. Es importante analizar el vestuario de uno de los personajes: Greta, quien vestía una bata con líneas y puntos en el mismo orden que Tanu: el espíritu selk´nam, una imagen que genera confusión, por un lado está la visión del etnólogo Martín Gusinde quien afirma que es un personaje masculino, que habita bajo tierra y la versión de la antropóloga Anne Chapman quien defiende que es una ballena pequeña, su perspectiva se respalda posteriormente por el biólogo Jorge Gibbons, quien considera que, por la forma triangular de la cabeza, por los surcos ventrales y por su tamaño reducido, la representación podría corresponder a la ballena minke. Esta última al ser la más popularizada comprueba que el análisis científico de lo mítico puede otorgarle más veracidad, esto se asemeja a la propuesta y discusión de la obra.
La complejidad de la trama cumple la promesa verbal en su puesta en escena que concluye en que la cohesión de ambas visiones provoca la interrelación donde las estructuras mentales conforman una cultura y que el pensamiento mítico como el científico son maneras distintas de abordar el conocimiento y el saber.
Greta
Constanza Alasevic. Estudió Producción Musical en la Universidad del Pacífico. Actualmente es alumna de la Escuela de Crítica de La Juguera magazine.
