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Cantantes líricos de la capital dicen sentirse damnificados tras Ley de Artes Escénicas CULTURA

Cantantes líricos de la capital dicen sentirse damnificados tras Ley de Artes Escénicas

Aunque la aprobación fue saludada por el Ministerio de las Culturas y el sindicato Sidarte, rápidamente surgieron dudas desde el sector de la ópera. «Se está confundiendo al Teatro Municipal con el movimiento lírico y los cantantes líricos que existen en Santiago», advirtió la Asociación de Cantantes Líricos, en alusión a una discriminación que afecta a la Región Metropolitana en la asignación de recursos.


La ópera aparece como la gran damnificada de la Ley de Artes Escénicas, que fue aprobada a comienzos de junio en el Congreso y quedó lista para su promulgación.

Aunque la sanción en el Parlamento fue saludada por el Ministerio de las Culturas y el sindicato Sidarte, rápidamente surgieron dudas desde ese sector, por una supuesta discriminación que afecta a la Región Metropolitana y, por ende, al Teatro Municipal de Santiago, el principal escenario del género.

Cristian Navarrete, presidente de la Asociación de Cantantes Líricos, comenta que efectivamente «fue un error lo de Santiago», en alusión a la exclusión explícita que afecta a la ópera en el caso de la principal región del país.

De manera similar se manifestó el exministro de Cultura y actual jefe de la bancada de Evópoli en la Cámara de Diputados, Luciano Cruz-Coke.

Mala noticia para la ópera

En un comunicado, Cruz-Coke afirmó que «lo que representa una muy buena noticia para el teatro, la danza y otras disciplinas artísticas no es una noticia alegre para el mundo de la ópera nacional».

«Por una inexplicable razón, la nueva ley inhibe a la ópera en la Región Metropolitana de postular a recursos del recién creado fondo de cerca de $3.500 millones, dejando fuera de la posibilidad de acceder a recursos a las comunas más pobres de la Región Metropolitana bajo la pretendida excusa de que el Teatro Municipal de Santiago monopolizaría, eventualmente, los recursos del fondo, afectando a las otras disciplinas debido a su alto costo», señala.

Según el legislador, el Teatro Municipal de Santiago recibe transferencias del propio Ministerio de las Culturas y tiene, en virtud del acuerdo logrado en la negociación de la Ley de Rentas 2 a través de un acuerdo, en 2005, entre el Gobierno del Presidente Ricardo Lagos y Joaquín Lavín, una parte relevante de su financiamiento anual asegurado, por lo que está lejos de verse mayormente afectado por esta inhibición.

«Quienes sí se verán afectados serán todos aquellos habitantes de las comunas más pobres de Santiago, que no pueden asistir a ver la ópera en el Teatro Municipal, y los autores y artistas de ópera popular y clásica que no podrán presentar sus obras en las comunas de la Región Metropolitana por falta de financiamiento», acusa.

Exclusión explícita

El proyecto ingresó oficialmente al Congreso el 30 de agosto de 2017, aunque fue fruto de varios años de trabajo de la Plataforma de Artes Escénicas, que agrupa a sendas organizaciones del sector, incluido Sidarte. Cuando se comenzó a discutir el proyecto, la ópera no estaba considerada, según admiten en el ministerio.

Los representantes de la ópera llegaron tarde a la discusión, cuando ya estaba en el Parlamento, lo que no impidió que manifestaran su descontento el año pasado.

Por acción del Ejecutivo, en segundo trámite constitucional en la Comisión de Educación y Cultura del Senado, la disciplina en cuestión fue finalmente incluida.

Así, el monto del Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas, que nace con la ley, subió de los 3.333.480.000 millones de pesos a 4.003.483.000 millones. Este Fondo incluye una línea específica para financiar obras de ópera –con un presupuesto determinado, por lo que su inclusión no afectará al resto de las artes escénicas– destinadas a regiones distintas de la Metropolitana, destaca Juan Carlos Silva, subsecretario de las Culturas y las Artes.

Tras casi dos años de tramitaciones, indicaciones del Ejecutivo y modificaciones en ambas cámaras, la ley finalmente fue aprobada el 4 de junio de este año.

Su artículo 9, en su cuarto párrafo, sin embargo, señala explícitamente que «tratándose de la ópera, la asignación de recursos provenientes del Fondo deberá ser destinada exclusivamente a regiones distintas de la Región Metropolitana, en la forma que determine» el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, una entidad también creada por esta ley.

Para Silva, a pesar de esto, existen múltiples oportunidades desde el Ministerio de las Culturas para que el sector operático financie el proceso creativo, el fomento y la presentación de sus obras en las distintas comunas de la Región Metropolitana.

«El Ministerio de las Culturas cuenta con un Programa de Financiamiento para Instituciones al que pueden postular las organizaciones interesadas en montar obras de ópera en la Región Metropolitana, para financiar los gastos en los que tenga que incurrir. Estos fondos –específicamente la línea de Fortalecimiento de Organizaciones Culturales y el Programa Otras Instituciones Colaboradoras– en su conjunto aportan más de 5.100 millones de pesos a las instituciones que se los adjudican».

A todo esto hay que sumar que aquellos proyectos de carácter interregional, podrán postular a cualquiera de los fondos mencionados, aun cuando incluyan a la Región Metropolitana en su programa de circulación, añade.

El «error de Santiago»

Aunque el presidente de la Asociación de Cantantes Líricos reconoce el trabajo de los impulsores de la ley y destaca que la normativa consagra 600 millones de pesos para la ópera, lamenta que «se esté confundiendo al Teatro Municipal con el movimiento lírico y los cantantes líricos que existen en Santiago».

«La gente que está en el Teatro Municipal es un pequeño grupo de 60 personas que están de planta y hay uno que otro solista. Pero el universo de cantantes líricos independientes y que están en compañías independientes, y que están formando agrupaciones para hacer arte, para hacer ópera, son varios y no tienen que ver con el Teatro Municipal, ni están a la sombra ni bajo el alero del Teatro Municipal. Y creo que eso no se entendió», apunta Navarrete.

En su momento, la Asociación hizo hincapié en que todos estos fondos fueran concursables, porque así se podía fiscalizar mejor o más fácilmente que las platas no llegaran a un teatro grande como el Municipal o los regionales.

«Lo que pasa es que la plata se pone para otro tipo de espectáculos. Puede ser ópera, pero puede ser con otros cantantes, con cantantes extranjeros, y que no es la idea para fomentar a los artistas chilenos», lamenta Navarrete.

«Es importante para nosotros que estos fondos, que están aprobados, y que van a regiones y en regiones los necesitan también, y que me parece importante que ellos también los tengan, sean concursables. Porque si llegan a los teatros lo van a hacer con la gente que ellos prefieran hacerlo. De hecho, ya ha pasado que en los teatros hubo galas con cantantes extranjeros. Tú puedes decir que eso es lírico, pero no está fomentando ni haciendo desarrollar al cantante chileno», remató.

Los costos de la ópera

Desde el Sidarte, en cambio, defienden la ley y señalan que la discusión ya está «zanjada».

Ignacio Achurra, presidente de la entidad, recuerda que la ley lo que hace es unificar fondos que ya existían en artes escénicas. En el caso específico de la ópera, recuerda que los costos en la ópera son totalmente diferentes al del resto de las disciplinas del género.

«Producir una ópera cuesta sobre 200 millones de pesos. Por eso parecía complejo que entrase en un fondo de tres mil y tantos millones de pesos, sin fondos frescos», destaca. Por eso la ópera entró con un fondo extra de 600 millones de pesos, añade.

El Senado decidió

Achurra también apunta a que fue el Senado el que definió que esos fondos fueran a regiones, entre otros aspectos, para aprovechar la nueva infraestructura que poseen varios teatros públicos en el norte y sur del país. Asimismo, según dice, el Teatro Municipal ya recibe ocho mil millones de pesos por la ley de 2005.

«El Teatro Municipal además tiene la obligación de desarrollar planes y programas en todo Chile, en particular en la Región Metropolitana y las comunas más vulnerables de Santiago», insiste.

En ese sentido, dice, la entidad posee el doble de los recursos que obtienen las artes escénicas en la ley recién aprobada.

«Por eso parece contraproducente reflotar una discusión que ya se dio», concluye.

En el mismo sentido opina el subsecretario Silva.

«Hoy la escena operática ocurre principalmente en Santiago, y como Ministerio de las Culturas queremos que todas y todos tengan la opción de ver espectáculos de este calibre, sin ser discriminados por su ubicación en el mapa», señala.

«De hecho, hemos tenido una gran acogida de artistas, cantantes y otros profesionales de la ópera, que nos han declarado lo contentos que están con la opción de poder desempeñarse en sus propias ciudades y territorios, sin tener que venir a Santiago para cumplir con su vocación. Esto nos parece un indicador coherente con los valores de descentralización de esta administración y, también, de que el Fondo apunta en el sentido correcto».

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