Publicidad
Biólogo mexicano: “Los movimientos antivacunas y la resistencia a los antibióticos son un riesgo brutal” CULTURA

Biólogo mexicano: “Los movimientos antivacunas y la resistencia a los antibióticos son un riesgo brutal”

Antonio Lazcano fue uno de los exponentes destacados en la reciente versión de Puerto de Ideas de Antofagasta, donde expuso en la charla “Darwin bajo el microscopio: la evolución celular”. “La mejor medicina es la prevención, y eso requiere campañas desde la promoción de las vacunas hasta el sexo seguro (en el caso del SIDA), que es algo que todo el mundo debe tomar en cuenta de manera constante”, señaló en una entrevista con El Mostrador.


Sobre los peligros del regreso del virus del SIDA, los movimientos antivacuna y la resistencia de los antibióticos alertó el biólogo mexicano Antonio Lazcano, uno de los exponentes destacados en la reciente versión de Puerto de Ideas de Antofagasta, donde expuso en la charla “Darwin bajo el microscopio: la evolución celular”.

“La mejor medicina es la prevención y eso requiere campañas desde la promoción de las vacunas hasta el sexo seguro, que es algo que todo el mundo debe tomar en cuenta de manera constante”, señaló Lazcano en una entrevista con El Mostrador.

Lazcano se dedica a la investigación y docencia sobre el origen y la evolución temprana de la vida. Ha sido profesor e investigador visitante en reconocidas universidades de Europa y América. Es el único científico latinoamericano que ha presidido el Comité Evaluador del NASA Astrobiology Institute. Además, es presidente de la International Society of the Study of the Origins of Life y en octubre del 2014 ingresó al Colegio Nacional, la máxima institución cultural de México.

El retorno del SIDA

En el caso del SIDA, el especialista coincidió con el diagnóstico de que como los antirretrovirales en la actualidad prolongan la vida de los portadores, ha habido una suerte de “relajo” en las campañas de prevención. Según datos oficiales de 2018, en Chile los contagios confirmados habían aumentado en un 96% entre 2010-2017 y un informe de OnuSida del año pasado advirtió que es uno de los diez países donde más han aumentado los casos, a la par de Egipto, Madagascar, Macedonia y Filipinas.

“El problema es que la gente se sigue infectando y ya hay cepas resistentes. El tema es cómo se contienen para evitar que se vuelvan a presentar con una distribución universal. Ahí uno se da cuenta que es un problema de combinación de la estrategia, la estrategia del tratamiento, junto con el estar desarrollando campañas de prevención que tienen que ser constantes”, planteó Lazcano.

¿Pero cómo enfrentar este fenómeno? Para Lazcano hay distintas estrategias. “La primera, que es muy obvia, es parar el uso indiscriminado de antibióticos. Es algo que la comunidad médica está aprendiendo, que han tomado medidas de regulación muy estrictas. Al mismo tiempo, es gracioso cómo hay unos barrios en Ciudad de México donde hay unos mercados en que uno encuentra, y estoy seguro que lo mismo pasa en Santiago o Nueva York, la venta clandestina de antibióticos, que pueden estar vencidos o ser falsos. Ese es un problema. La sociedad entera se debería dar cuenta de que es indispensable restringir el uso de antibióticos. Así como no dejamos que un niño juegue con cerillos en una gasolinera, debemos evitar el uso de antibióticos sin receta, y eso ya existe en muchos países”, puntualizó.

El problema es especialmente grave entre la gente joven. “Da igual si son estudiantes chilenos, guatemaltecos o mexicanos, es gente que cuando nació ya se conocía bien lo que es el VIH y un conocimiento impecable de cómo prevenirlo. Y, sin embargo, continúan infectándose”.

A pesar de la efectividad de los antirretrovirales, Lazcano advirtió que el virus muta todo el tiempo y no porque sea perverso, sino porque es inevitable. “En México hay un juego infantil llamado ‘teléfono descompuesto’, donde yo le digo una frase a usted y usted se la dice a otra persona. Es la teoría del rumor. Este juego se puede hacer en un auditorio o en un salón de clase y es exactamente lo mismo que pasa con el virus del SIDA, o el de la hepatitis C. Son virus que están mutando constantemente y la mejor manera es prevenirlo. Hacer que la gente tenga sexo seguro, garantizar que la sangre que tenemos en los bancos sea segura, garantizar una campaña constante, que atienda sobre todo las necesidades de la gente más joven”, recalcó.

Antobióticos en medio ambiente

Otros de los problemas actuales para Lazcano es la resistencia a los antibióticos, que no se encuentran solo en los hospitales, sino en el medio ambiente. Según un informe de Naciones Unidas difundido a fines de abril, las infecciones resistentes provocan hoy 700 mil muertes, que podrían elevarse a 10 millones en 2050, por lo que la ONU hizo un informe con recomendaciones a los países para poner freno a la amenaza.

“Hay un problema que a veces se nos olvida”, comentó el mexicano, “los antibióticos son moléculas o combinaciones de moléculas. Y estas moléculas se le pueden aplicar a un paciente. Una parte va a ser rápidamente utilizada para combatir a un microorganismo, pero otra parte la desechamos en la orina o al defecar. Y esta se queda en las aguas y eventualmente terminan en el ambiente y también generan resistencia”, agregó.

“Entonces aquí tenemos un problema que es una mezcla de la estabilidad química de las moléculas y algo que puede durar décadas en el ambiente provocando ahora el fenómeno de resistencia en las poblaciones naturales, aunque no las usemos para consumo directo nosotros”, dijo.

Lazcano resaltó que la resistencia a los antibióticos es un proceso natural y no antropogénico. El problema es el abuso de los antibióticos. “En este momento estamos siendo víctimas, los humanos, los animales, las plantas, de un proceso de evolución que es implacable, que no se puede detener, que es la transferencia de material genético que ha hecho que muchos patógenos sean resistentes a los antibióticos. Ya la OMS ha dicho que es uno de los grandes riesgos que la humanidad está enfrentando ahora”, señaló.

“Las bacterias han estado intercambiando genes desde el comienzo de la vida. A veces ese cambio es entre individuos de una misma especie, a veces entre grupos o ‘reinos’ muy diferentes, pero es un proceso muy antiguo. Es un proceso en que –y eso lo vemos en nuestro laboratorio– creemos subyace la resistencia a los daños que causa el oxígeno. Antropocéntricamente vemos el oxígeno como esencial para la vida, pero el oxígeno fue uno de los grandes contaminantes cuando se empezó a acumular en la atmósfera en la Tierra y el éxito evolutivo, reflejado en la diversidad de especies, de algunos grupos microbianos, se debe a que transfirieron muy rápidamente los mecanismos de resistencia”, explicó.

Hoy lo que hay es el abuso de antibióticos. “Lo que ha provocado es que ese intercambio de genes se dé de forma muy intensa y los resultados se ven en terapia intensiva o en el terror que tiene la comunidad médica ante enfermedades que antes se podían resolver muy fácilmente y ahora no”, explicó.

“Un amigo médico mexicano me comentaba que hay casos de resistencia a antibióticos en terapia intensiva que se dan en veinte minutos. En veinte minutos la bacteria se vuelve resistente, y donde se observa con más claridad el fenómeno es en terapia intensiva o medicina crítica. Tanto así, que los médicos están tomando una serie de medidas que son muy importantes, desde la restricción de venta de antibióticos hasta la sustitución del instrumental de aluminio, en el caso de Inglaterra, por instrumental de cobre”, dijo.

Este fenómeno se intensifica, además, por los antibióticos usados en la producción de alimentos. “Es una ‘presión de selección’ que provoca que rápidamente se dispersen los genes, para usar un lenguaje típico de la evolución”, explicó.

“Transferencia horizontal”

Para explicar lo que es la transferencia genética, Lazcano hizo una analogía con lo que sucede en el lenguaje humano. “Por ejemplo, yo puedo llegar a un restaurante en Santiago y decir que quiero un pedazo de pizza. Todo el mundo entiende de lo que se está hablando. La pizza, en realidad, es una palabra de origen napolitano y rápidamente se extendió por todo el mundo. Ustedes usan la palabra ‘palta’ para lo que en México llamamos ‘aguacate’. En inglés se usa un derivado, ‘avocado’. La palabra ‘tomate’ tiene origen azteca. Yo recuerdo haber visto en un Pizza Hut cerca de Beijing un cartel que decía ‘Good pizza with a lot of tomato sauce’. Ese es un ejemplo interesantísimo de transferencia horizontal de términos, porque era una frase en inglés en China e incluía una palabra de origen prehispánico y otra de origen europeo. Y esa transferencia se dio y se entiende perfectamente bien”, ejemplificó.

“Bueno, las bacterias, todos los microorganismos, pueden estar recibiendo genes de distintos donantes y esos genes permanecen, porque tienen un valor adaptativo. Para nosotros, el antibiótico es una forma de recuperar la salud, como parte de una terapia. Para las bacterias es un elemento en contra, entonces, transferir el gen que permite hidrolizar el antibiótico representa una ventaja adaptativa”, señaló.

El biólogo insistió en que las bacterias no son “inteligentes”. “La inteligencia se ve claramente en el reino animal, en la memoria, que se refleja de forma distinta en un perro o la inteligencia que ve uno en las aves, que son animales brillantísimos, y se ve en nosotros. También en muchos otros primates. Pero no hay inteligencia en las plantas, no hay un hongo capaz de resolver una ecuación o una ameba que pueda componer un cuarteto”, insistió.

“Lo que ahí vemos es una estrategia evolutiva que hay que reconocer como un fenómeno perfectamente natural”, resumió.

Alternativa a los antibióticos

¿Pero cómo enfrentar este fenómeno? Para Lazcano hay distintas estrategias. “La primera, que es muy obvia, es parar el uso indiscriminado de antibióticos. Es algo que la comunidad médica está aprendiendo, que han tomado medidas de regulación muy estrictas. Al mismo tiempo, es gracioso cómo hay unos barrios en Ciudad de México donde hay unos mercados en que uno encuentra, y estoy seguro que lo mismo pasa en Santiago o Nueva York, la venta clandestina de antibióticos, que pueden estar vencidos o ser falsos. Ese es un problema. La sociedad entera se debería dar cuenta de que es indispensable restringir el uso de antibióticos. Así como no dejamos que un niño juegue con cerillos en una gasolinera, debemos evitar el uso de antibióticos sin receta, y eso ya existe en muchos países”, dijo.

En segundo lugar, el especialista cree que tiene que haber un acuerdo entre las farmacéuticas y los gobiernos para asegurar que se van a seguir buscando nuevos antibióticos. “La investigación biomédica aplicada es un proceso muy costoso. Actualmente muchas farmacéuticas prefieren buscar productos para evitar la caída del pelo o las arrugas porque son mucho más rentables”, lamentó.

En tercer lugar, para Lazcano hay que evitar el uso de antibióticos en la producción de alimentos. Actualmente se usa en todo tipo de criaderos, ya sea de vacas, cerdos, gallinas e incluso salmones, como los que exporta Chile.

En cuarto lugar, el mexicano apunta al desarrollo de otros antimicrobianos, como el cobre. “Acabo de ver una exposición en el Museo de Historia Natural en Londres sobre la resistencia a los antibióticos, y estaban los nuevos instrumentos de hospitales, desde las perillas de las puertas hasta las mesitas con cobre en vez de aluminio. Los etruscos usaban jarras de plata para comer, sin saber que matan los microorganismos”, ejemplificó.

“Medidas tan elementales como lavarse las manos nos evitarían el uso de los antibióticos. Un amigo publicó un estudio en la revista The Lancet, una de las grandes de investigación biomédica, donde analizó uno de estos programas médicos que se pusieron de moda hace unos años, tipo ‘Doctor House’, y decía que en ningún capítulo los médicos se habían lavado las manos”, contó.

“Allí hay un problema de educación, de desarrollar una conciencia colectiva y especialmente garantizar que algunos fenómenos que ahora son cada vez más comunes, como el turismo médico, de gente que se va a operar a la India porque es más barato, tengan presente que esté certificado el uso de antibióticos”, dijo.

Lazcano insistió en que la resistencia a los antibióticos es unos de los grandes riesgos de salud pública, “y aquí estoy citando a especialistas a la OMS. Un grupo inglés hizo un análisis devastador, pero muy interesante. The Economist publicó una versión resumida del análisis. Examinaban desde los costos económicos hasta algo que es muy difícil de evaluar en términos de dinero, que es esencial: el costo humano, el costo poblacional, de la resistencia a los antibióticos. Lograron llevar el tema al pleno de Naciones Unidas. Creo que ese es un reflejo de la situación que hay”.

La resistencia, por cierto, no se da solo con bacterias: también puede ser en otros microorganismos, como los hongos. “Alguna vez la resistencia es indirecta: puede ser de un organelo dentro de un hongo o unicelular, como en el caso de Candida auris“, dijo.

En abril, la Sociedad Chilena de Infectología (Sochinf) aseguró que halló el primer caso de contagio de Candida auris en Chile, un hongo resistente a los medicamentos.

Antivacunas

Lazcano también alertó que hay que generar una conciencia en la sociedad sobre algunas “modas”, como la resistencia a las vacunas. “La resistencia a las vacunas es uno de los mejores aliados para la resistencia de los antibióticos. La OMS dice que uno de los 10 riesgos mundiales para la salud pública es la resistencia a las vacunas”, advirtió.

Contó que en un reciente diálogo público con el divulgador científico Martín Bonfil, en México, este último le preguntó al público cuantos allí conocían a alguien que se opusiera a las vacunas, y entre una tercera parte y la mitad del público alzó la mano. “Eso es peligrosísimo, un riesgo brutal”, reiteró.

En su charla en Puerto de Ideas, Lazcano se centró en los microorganismos, que han sido claves para la conformación de la atmósfera terrestre y la diversidad biológica actual. “Básicamente, lo que hice fue hablar de un mecanismo que es muy importante en la evolución en general, y en particular de los microorganismos, que es la simbiosis”, explicó.

“Uno siempre piensa, y esa es una caricatura de las ideas de Charles Darwin, que los individuos de una población están siempre en competencia entre sí, las poblaciones están enfrentadas unas con otras, las especies compiten”. Sin embargo, “eso es solo un componente en realidad. Darwin, en su momento, subrayó mucho esto”.

A comienzos del siglo XX, se comenzó a reconocer la importancia de la simbiosis, que en el sentido más general no es la interacción positiva, donde un organismo de una especie trabaja para el bienestar de otra, sino que se establecen correlaciones morfológicas, fisiológicas, ecológicas y moleculares entre distintas especies, según el especialista.

“En el caso específico de nosotros los humanos, los animales en general, las células con núcleo, que representan las formas de vida que morfológicamente se han diversificado mucho, es claro que respiramos, hacemos fotosíntesis si somos lechugas o alcachofas, gracias a que lo que alguna vez fueron bacterias de vida independiente, entraron a vivir adentro de otro microorganismo. Y ese proceso de simbiosis ha definido de una forma muy clara la biósfera”, afirmó.

“Por ejemplo, si arrancamos de una plantita de frijoles, uno ve en las raíces unas férulas que en realidad son colonia de bacterias que están fijando nitrógeno, y si esas bacterias no estuvieran ahí, no solo no habría frijoles, sino tampoco estaríamos nosotros. Yo creo que eso es súper importante, porque cuando uno habla de evolución, todo el mundo piensa en dinosaurios o los hombres Neandertal, cuando en realidad la evolución es un proceso dinámico, que está permeando toda la biósfera”, concluyó.

Publicidad

Tendencias