CULTURA
Arquitecto, acuarelista y escritor, se ha movido en distintas artes. Siendo creador y gestor, su entrega en cada área ha sido siempre desde una mirada novedosa. Hoy publica «Surtido para caldillo», libro que contiene cuatro cuentos. Dos de ellos, «Ostras con mostaza» y «El cajón está más podrido que el muerto», fueron publicados por la prestigiosa editorial Nascimento, en 1977 y 1983 respectivamente. Los otros dos «Olas en diagonal» y «La guitarra desafinada», están inspirados en oceánicas conversaciones sostenidas con Nicanor Parra.
Fue el 2017 cuando editorial Archipielago, publicó «Señor Director», libro de cuidada edición que reúne cientos de cartas que durante años el escritor y pintor Alberto Collados envió a distintos medios del país.
Lo que se inició como una manera de alzar la voz para la defensa de Sewell, ciudad minera que estaba destinada al olvido y abandono luego de que el Estado de Chile la adquiriera en 1977 en el marco de la nacionalización del cobre, se convirtió en un ejercicio diario de este destacado arquitecto chileno.
Con ese libro Collados se hizo conocido, sobre todo por lo hilarante, claras e irónicas de sus cartas, que al contrario de lo que se pueda imaginar eran breves, casi como precursoras del twitter.
Hoy Alberto Collados regresa con cuentos, cuatro historias que tienen en común un humor especial, tal como lo dice el crítico literario Pedro Gandolfo en el prólogo de «Surtido para Caldillo».
“Alberto Collados, tal vez debido a que también ha escrito poesía, domina una prosa imaginativa y agitada por materiales o anti materiales (no se debe olvidar aquí la gravitación de Nicanor Parra), cimientos de su construcción verbal en una apuesta arriesgadamente irreverente. El orden de las historias en este libro evidencia una clara intención. Cierta audacia insolente, lo anti convencional, se halla acompañado de toques de humor negro, con distintas intensidades y tonalidades”, expresa.
“Los relatos incluidos en el libro ‘Surtido para Caldillo’ obedecen a temas tan diversos como la sobrevida de las placentas tras el parto, una alegoría a la muerte de Antonio Gaudí, el desarrollo de una anécdota de infancia contada por Nicanor y un tour de sordomudos también inspirados en conversaciones con Parra, difícilmente pueden generar un libro unitario. Estos escritos están insertos en una atmósfera enrarecida y desconcertante, en una impúdica burla al sufrido lector”, dice Collados.
En las artes plásticas orientó sus inquietudes hacia la acuarela, desde hace diez años dirige el Concurso de Acuarela Hardy Wistuba con enorme participación y calidad, y dicta clases en el Taller Bremen-Wistuba.
La actividad principal de Collados ha sido la arquitectura, en el ámbito del diseño y la construcción, en la docencia y en lo gremial, destaca el proyecto y la edificación de un sector de la Remodelación San Luis, donde hoy está el Parque Araucano, cuyos últimos vestigios fueron tardíamente declarados Monumento Nacional.
Otro Monumento no sólo Nacional sino de la Humanidad, es la ciudad de Sewell, cuya conservación parcial se rescató en función de la campaña que inició en la década del setenta para salvarla de su demolición total, y que dio inicio a cuarenta años de cartas breves al director, hoy reunidas en otro libro reciente: «Señor Director».
“No soy un empedernido ni sistemático lector, puedo destacar autores como Eguren, Baudelaire, Esopo, Lägerkvist, Kafka, me atrae con mucha fuerza el sentido rupturista en las artes, de las que soy un entusiasta gozador más que un cultor o un difusor”.
