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A 130 años del natalicio de Gabriela Mistral: entre celebraciones y luto CULTURA|OPINIÓN

A 130 años del natalicio de Gabriela Mistral: entre celebraciones y luto

Carola Sepúlveda Vásquez
Por : Carola Sepúlveda Vásquez Doctora en Educación Académica Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación
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El 7 de abril de 2019 se conmemoran 130 años del natalicio de Gabriela Mistral y variadas son las celebraciones que se han organizado.  


En momentos como este, en que las coyunturas revisionistas nos invitan a pensar en Mistral, me pregunto acerca de la vigencia de algunas de sus reflexiones en materia de educación, principalmente aquellas que a educación pública se refieren. Marcada por numerosas experiencias de exclusión en su etapa escolar y en su intento por ingresar a la Escuela Normal, Mistral se preocupó por construir una escuela democrática, entendida como un espacio de negación de las castas y de puertas abiertas a todos/as los/as ciudadanos/as, siendo especialmente pensada para los abajados, término con el cual ella se refería a los excluidos políticamente.   

[cita tipo=»destaque»]Cuando conmemoramos su natalicio N°130, me pregunto acerca de todo lo que Mistral nos invita a pensar y creo que, si somos sinceros (as), en lugar de celebrar, debiésemos preguntarnos acerca de las formas en que siguen operando lógicas educativas excluyentes- que continúan marginando personas, saberes y experiencias- esas mismas de las que nuestra profesora Nobel ya nos alertaba hace años [/cita]

Cuando gran parte de nuestras escuelas y liceos públicos continúan segregando por condición socioeconómica y de sexo-género, entre otras cosas, el gobierno anuncia Aula segura para enfrentar las situaciones de violencia y Admisión justa, donde a partir del restablecimiento del mérito académico como modificación a la ley de inclusión, en palabras de la Ministra, se pretende disminuir las injusticias que se presentan cuando un alumno tiene todos los antecedentes para haber quedado en un liceo en el cual soñó toda su vida y no quedó. Por otra parte, también este año de celebraciones, como guinda de la torta, nos sorprendió la noticia de que miles de estudiantes de enseñanza superior perdieron el beneficio de la gratuidad antes de finalizar sus carreras.

Recuerdo que, en el año 2015, durante las manifestaciones estudiantiles chilenas que se oponían a que el Proyecto de Carrera Docente elaborado por el Gobierno entrara a discusión en el Congreso, en una Universidad que guarda el busto de Gabriela Mistral, un lienzo la evocaba. Gabriela de luto por la educación resistía en las rejas, simbólicamente, fuera de los muros universitarios, igual que ella.  

Cuando conmemoramos su natalicio N°130, me pregunto acerca de todo lo que Mistral nos invita a pensar y creo que, si somos sinceros (as), en lugar de celebrar, debiésemos preguntarnos acerca de las formas en que siguen operando lógicas educativas excluyentes- que continúan marginando personas, saberes y experiencias- esas mismas de las que nuestra profesora Nobel ya nos alertaba hace años. Cuando los discursos por parte del gobierno en materia de educación pública se centran en seguridad y en el restablecimiento de selecciones que perpetúan las desigualdades, podemos concluir que los Recados de Mistral no fueron escuchados y que nuestra injusticia consistió en ignorar esa escuela democrática que ella soñó durante toda su vida.

Mientras la educación pública chilena no se piense de puertas abiertas y siga perpetuando abajados. Mientras existan niños, niñas y niñes, jóvenes y adultos chilenos y extranjeros que estudien en escuelas y liceos públicos que no les aseguran una educación democrática, no sexista y descolonizadora, no pudiendo habitar el establecimiento que soñaron: sea este rural o urbano; técnico profesional o científico; se ubique en Santiago, en el Valle del Elqui o en Punta Arenas, y mientras continuemos presenciando como miles de estudiantes son condenados a quedarse fuera de los muros universitarios, como el lienzo y Mistral, creo que no tenemos mucho que celebrar, porque recuperando las palabras de los (as) estudiantes, creo que seguramente en este natalicio N° 130 tendríamos a la niña Lucila y a Gabriela de luto por la educación.

Carola Sepúlveda Vásquez. Doctora en Educación Académica Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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