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Cómo enseñar en tiempos en que todo está en Internet: experta argentina tiene la receta CULTURA

Cómo enseñar en tiempos en que todo está en Internet: experta argentina tiene la receta

Melina Furman será parte de Puerto de Ideas, que se realizará durante los días 12, 13 y 14 de abril en Antofagasta, donde dará la conferencia «La curiosidad, una ciencia necesaria». Para la académica, «cuando la enseñanza va más allá de la información, apunta a la comprensión, al desarrollo de capacidades de pensamiento y la acción, Google se convierte en un aliado, no en un enemigo».


¿Cómo enseñar en una era donde todo el conocimiento (o casi todo) está en Internet? ¿Es el celular un aliado o un enemigo en el aula? ¿Cómo guiar la curiosidad en los niños? Estas preguntas tratará de responder la académica argentina Melina Furman, en su exposición «La curiosidad, una ciencia necesaria», la que realizará en el marco de festival Puerto Ideas, que se realizará durante los dóas 12, 13 y 14 de abril en Antofagasta.

Furman es bióloga, doctora en Educación de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, profesora de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés e Investigadora del Conicet, el equivalente argentino al Conicyt.

A partir de ejemplos del aula y aportes de la investigación educativa, Furman analizará en su conferencia el rol de las preguntas, el trabajo con relatos y otras estrategias de enseñanza que posicionan a los estudiantes en un rol intelectualmente activo y contribuyen al desarrollo de capacidades para la vida.

Crédito: MESO

Reproductores de datos

Furman investiga sobre la enseñanza del pensamiento curioso y crítico, desde el jardín infantil hasta la universidad y en los últimos años ha explorado nuevos formatos educativos. Es autora de varios libros, entre ellos, La aventura de enseñar ciencias naturales (Aique, 2009), La ciencia en el aula (Siglo XXI, 2005) y Guía para criar hijos curiosos (Siglo XXI, 2018).

Recientemente, la experta lamentó que estemos «enseñando a los niños y niñas a no pensar. Me refiero a que muchas veces y con las mejores intenciones, el acento en las clases está puesto en que los estudiantes reproduzcan datos, hechos y teorías que no terminan de comprender en profundidad. Y que hay menos espacio para el trabajo en la resolución de problemas, exploraciones o desafíos que tengan sentido, en generar aprendizaje profundo».

La académica advirtió que eso genera que los niños y niñas se vayan acostumbrando a no comprender, que aprenden para otros, no para ellos mismos y, en definitiva, a no pensar de manera crítica ni ser curiosos por el conocimiento mismo.

¿Cómo se cambia esta situación? ¿Qué papel juegan la familia y la escuela? «La pregunta es enorme. Pero un modo de empezar es generar situaciones en las que el aprendizaje tenga sentido. Que requieran que los niños, tanto en casa o en la escuela, resuelvan un reto, investiguen sobre alguna cuestión intrigante, conecten las ideas con lo que ya conocen, intercambien con otros», afirmó la experta argentina.

«En casa hay montones de cosas que se pueden hacer, empezando por aprovechar las preguntas que los niños hacen como punto de partida para explorar juntos haciendo experiencias, buscando videos o textos en nuestras bibliotecas o en internet, conversando juntos sobre lo que vamos descubriendo», agregó.

Uso de Internet…

Uno de los debates actuales en torno al aprendizaje es el uso de Internet. ¿Cómo enseñar hoy cuando cualquier pregunta se responde en Google? «Justamente, cuando la enseñanza va más allá de la información y apunta a la comprensión y al desarrollo de capacidades de pensamiento y de acción, Google se convierte en un aliado, no en un enemigo», sentenció Furman.

Los profesores deben usar Internet, añadió, para construir su clase «como en cualquier ámbito de la vida» y que la red sirve «para buscar ideas y actividades interesantes para sus clases, recursos como videos y páginas con información confiable, simulaciones que puedan mostrar en clase fenómenos de la vida real y, en definitiva, como una ventana al mundo que nos invita a conocer más».

[cita tipo=»destaque»]Furman tampoco rechaza por completo el uso del celular en el aula, el que ha sido prohibido en las escuelas de países como Francia. Para ella, depende del uso que se le dé, siempre y cuando el fin sea potenciar el aprendizaje, con un acuerdo «claro» entre el docente y sus alumnos. Un ejemplo, son las clases de ciencias naturales, donde se puede utilizar como sensor de determinadas magnitudes, como velocidad o frecuencia cardíaca, para registrar datos y graficarlos.[/cita].

Un ejemplo es el uso de videos de YouTube para la enseñanza. «Son interesantes para poder abordar temas concretos, donde los alumnos pueden, una y otra vez, revisar el contenido, detenerse, volver a mirar. Creo que son una ayuda valiosa en el marco de esta estrategia que se llama ‘clase invertida’, que permite que el tiempo del profesor en clases no sea solo para explicar un contenido, sino también trabajar con las dudas de los alumnos, con problemas más difíciles o interesantes o, ayudar a aquellos que están trabados», relató Furman.

Incluso va más allá y apuntó a videos de los propios alumnos para explicar lo que aprendieron a sus coetáneos. Un ejemplo son reseñas de libros que han leído, a la usanza de los booktubers, para poder recomendar sus lecturas a otros o videotutoriales sobre otras materias.

Celular en el aula

En ese mismo sentido, Furman tampoco rechaza por completo el uso del celular en el aula, el que ha sido prohibido en las escuelas de países como Francia. Para ella, depende del uso que se le dé, siempre y cuando el fin sea potenciar el aprendizaje, con un acuerdo «claro» entre el docente y sus alumnos. Un ejemplo, son las clases de ciencias naturales, donde se puede utilizar como sensor de determinadas magnitudes, como velocidad o frecuencia cardíaca, para registrar datos y graficarlos.

En una época donde hay numerosos cuestionamientos a los docentes, para Furman el rol del maestro es el de generador de contextos, actividades y problemas, donde los alumnos deben poner sus ideas en acción, resolver algo que no saben y buscar información. «Es el que ayuda a sistematizar, a dar sentido al aprendizaje, alguien muy cercano», agregó.

Asimismo, para ella no hay un choque generacional entre docentes veteranos y los nuevos. «Lo que sí veo son profesores de larga data que tienen muchas ganas de renovar la enseñanza, y otros menos. No tiene que ver con la edad, sino con las ganas de encontrar algo distinto, para que las clases sean más plenas y más interesantes, tanto para los docentes como los alumnos».

La especialista ha destacado reiteradamente el éxito de las «parejas pedagógicas» en el aula, tanto para la planificación como para las clases propiamente tales, «donde cada uno aporte sus estrategias y conocimientos». Al respecto, explicó que «hay iniciativas interesantes, como la de Horizonte 2020 de Barcelona, que han decidido aumentar el tamaño de las aulas», en las que  puede haber hasta 60 alumnos con tres docentes, con el fin de poder conciliar el aspecto económico y el pedagógico de la iniciativa, «con muy buenos resultados».

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