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La bitácora del doctor Höfer: Orcadas del sur, un barrio concurrido CULTURA|CIENCIA

La bitácora del doctor Höfer: Orcadas del sur, un barrio concurrido

En la tercera entrega de su viaje por la Antártica a bordo del rompehielo noruego «Kronprins Haakon», el científico español del centro investigador chileno IDEAL narra su alegría con la gran cantidad de krill hallado, suficiente para comenzar a hacer análisis y experimentos.


Hemos abandonado el estrecho del Bransfield y nos encontramos en los alrededores de las islas Orcadas del Sur. Estas islas forman la parte sur del llamado Arco de Escocia, que es un conjunto de islas que comienza con la isla de los estados (cerca del extremo del continente sudamericano) y continua con la isla de Georgia del Sur.

Al este las islas Sandwich del sur lo cierran mientras que al sur son las Orcadas del sur y la isla elefante, donde Schakelton y su tripulación se refugiaron hasta que fueron rescatados por el piloto Pardo.

Las Orcadas del sur son un grupo de pequeñas islas escarpadas coronadas por nieve y glaciares. Al sur de las islas el suelo del océano alcanza sólo los 200 metros de profundidad, mientras que al norte nos encontramos con un abismo que puede alcanzar los 2.000 ó 3.000 metros de profundidad.

La gran diferencia en la profundidad al norte y al sur de las islas hace que las condiciones del mar sean muy diferentes en cada zona. Al norte de las Orcadas existen una serie de cañones submarinos donde observamos una gran cantidad de kril según los registros acústicos del barco.

El radar detecta una serie de iceberg.

Mucho kril

Los colegas noruegos, que visitan estas aguas todos los veranos, nos dicen que esta situación se repite de forma muy similar cada año. Unas horas después una red vuelve a la cubierta del barco con más de 200 kilos de kril.

Las caras de asombro y alegría se suceden entre los investigadores. Aún estamos sorprendidos por la gran cantidad de kril y el intenso olor a pescado u hierro que desprende, pero la buena noticia es que habrá kril de sobra para que todos tomemos nuestras muestras y hagamos nuestros experimentos.

El trabajo continua noche y día de forma intensa durante varios días ya que esta es la zona donde concentraremos la mayor parte del esfuerzo de muestreo de este crucero científico. Por la zona abundan los icebergs de diversos tamaños y formas, así como las ballenas y los barcos.

Y es que el kril que nosotros detectamos con nuestros equipos acústicos y redes atrae por igual a la industria pesquera y a estos gigantes marinos. En la zona norte de las islas, donde observamos tanto kril, el radar del rompehielos detecta hasta cuatro barcos de pesca en la zona.

Una red descarga kril en el barco.

Ballenas yubartas

Al día siguiente, una veintena de ballenas yubartas, también llamadas jorobadas, nos flanquea mientras estamos tomando muestreando. Por un momento todo se paraliza a bordo mientras los científicos corren hacia sus camarotes para recoger sus cámaras de foto y video, pero al volver las ballenas se han ido. Y es que ellas, las ballenas, como los barcos pesqueros aprovechan cada minuto del corto verano austral para capturar tanto kril como puedan en estas productivas y gélidas aguas.

Es cierto que la cantidad de kril que hemos observado es enorme y no parece muy probable que la cuota pesquera pueda tener un efecto considerable a gran escala. Pero al ver a las ballenas y los barcos de pesca tan cerca unos de otros a uno le entra la duda si podría llegar a dar un efecto a pequeña escala.

Probablemente no afecte a las ballenas que pueden desplazarse miles de kilómetros sin mayores problemas, pero quizás lo pingüinos capaces de nadar distancias mucho menores sí podrían verse afectados y por eso los datos como los que estamos registrando son tan importantes. Aunque todavía nos quedan muchos análisis antes de poder alcanzar ninguna conclusión.

Análisis de kril.

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