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Avistan nuevo tipo de ballena depredadora y no descrita por la ciencia en la Patagonia chilena CULTURA|CIENCIA

Avistan nuevo tipo de ballena depredadora y no descrita por la ciencia en la Patagonia chilena

Los investigadores del NOAA de Estados Unidos vieron a los animales, conocidos como ballenas asesinas de Tipo D, en el Cabo de Hornos, y creen que de hecho es una especie hasta ahora no descrita por la ciencia. Los científicos incluso pudieron realizar una filmación submarina de los cetáceos. La investigación se realizó con ayuda del Centro de Conservación Cetácea de Chile. «Nos sentimos muy orgullosos y agradecidos de haber podido colaborar en esta histórica expedición», indicó el CCC.


Un equipo internacional de científicos detectó en la Patagonia chilena un tipo de ballena desconocida hasta ahora sumamente depredadora, según informó la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

Los investigadores vieron a los animales, conocidos como ballenas asesinas de Tipo D, en el Cabo de Hornos, y creen que de hecho es una especie hasta ahora no descrita por la ciencia.

La expedición, integrada por investigadores de la NOAA, pudo recolectar tres muestras de biopsia, pequeños trozos de piel de las ballenas con un dardo de ballesta. Las muestras serán analizadas para confirmar la nueva especie.

La investigación se realizó con ayuda del Centro de Conservación Cetácea de Chile (CCC). «Nos sentimos muy orgullosos y agradecidos de haber podido colaborar en esta histórica expedición», indicó el CCC en sus redes sociales.

Expectativa por el hallazgo

Los científicos manifestaron su expectativa por el hallazgo, para el cual debieron permanecer una semana anclados en el lugar del mismo.

“Estamos muy emocionadso sobre el resultado de los análisis genéticos», señaló Bob Pitman, investigador del centro científico del NOAA de La Jolla, en California.

«El asesino de ballenas tipo D podría ser el mayor animal no descrito que queda en el planeta, y un claro indicador de lo poco que sabemos de la vida en nuestros océanos”, agregó.

Los científicos incluso pudieron realizar una filmación submarina de los animales.

«Estamos muy contentos de haber podido colaborar activamente para que esta expedición pudiese llevarse a cabo exitosamente», señaló Bárbara Galletti, presidenta del Centro de Conservación Cetácea de Chile.

«Los resultados de esta investigación son muy importantes para Chile, porque se trata de una orca muy diferente, posiblemente una nueva especie, pero aún más importante es que existe interacción entre orcas y pesquerías que operan en esa zona. Este es un llamado a que en Chile debemos comenzar a realizar mayores esfuerzos para asegurar la conservación de estos desconocidos animales”, señaló según informaciones del CCC.

Registros anteriores

“Estas muestras tienen la llave para determinar si esta forma de ballena asesina representa una especie distinta”, aseguró Pitman.

El primer registro de estas inusuales ballenas asesinas data de 1955, cuando 17 animales vararon en la costa de Paraparaumu, en Nueva Zelandia, según la NOAA.

Desde entonces, numerosos fotógrafos tomaron imágenes en la zona. Para monitorear la distribución, movimientos y abundancia de las ballenas en aguas antárticas, Pitman y sus colegas, incluidos miembros de la International Association of Antarctica Tour Operators, comenzaron a recolectar imágenes de los animales en el sur del planeta.

En 2010, Pitman y sus colegas publicaron un artículo en la revista científica Polar Biology, en que describieron las ballenas asesinas tipo D. Incluyeron imágenes y un mapa de los avistamientos.

Donante anónimo

La expedición se pudo realizar con el apoyo de un donante anónimo y de Cookson Adventure Tours, y en colaboración con el Centro de Conservación Cetácea de Chile, Pitman reunió a un equipo multinacional de expertos en cetáceos: Bob Pitman y Lisa Ballance de Estados Unidos, John Totterdell y Rebecca Wellard de Australia, Jared Towers de Canadá y Mariano Sironi de Argentina.

En enero, se embarcaron desde Ushuaia, Argentina, en el motovelero de 22 metros Australis, para buscar las esquivas orcas Tipo D.

Al principio, la suerte pareció no acompañar al equipo del Australis. De hecho, los investigadores pasaron ocho días de mucha ansiedad con la embarcación anclada en una pequeña bahía mientras el viento en el Cabo de Hornos soplaba entre 50 y 100 kilómetros por hora. Luego, el clima mejoró temporalmente, el Australis pudo salir a los golpes al mar abierto y la suerte del equipo cambió.

El Australis pasó tres horas con un grupo de unas 30 orcas, que se acercaron al barco muchas veces. Cuando Rebecca Wellard, experta en comunicación acústica de orcas, colocó un hidrófono detrás del velero para grabar las vocalizaciones de las Tipo D, las orcas se acercaron inmediatamente a inspeccionar el instrumental. A través de cámaras gran angular montadas en el hidrófono, obtuvo imágenes reveladoras cuando las orcas pasaron junto al aparato, mostrando detalles de su patrón de coloración y de la forma de su cuerpo.

Sironi, director científico del Instituto de Conservación de Ballenas de Argentina e integrante de la expedición, recuerda sus impresiones del encuentro con estas misteriosas orcas.

«Haber pasado una mañana rodeado por estos animales en el extremo sur de la Patagonia fue una experiencia que no olvidaré nunca. Los datos que obtuvimos son un gran paso adelante para comprender las relaciones de estas orcas con otras especies y sus necesidades ecológicas, algo clave para protegerlas», dijo al CCC.

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