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Tenor pehuenche vencedor de Festival de Olmué: «Militarizar es un concepto errado, jamás va a ser una solución» CULTURA

Tenor pehuenche vencedor de Festival de Olmué: «Militarizar es un concepto errado, jamás va a ser una solución»

Pellao se impuso con la canción “Del Ñielol viene bajando”, que mezcla español y mapudungun, para quedarse con el “Guitarpín de Oro” en los 50 años del evento. Sobre el escenario desplegó una bandera mapuche, además de un lienzo donde se leía «Resistencia no es terrorismo». «Cuando debo representar al pueblo mapuche como tenor, lo hago con mucho respeto y sentimiento. Imagínate, no es menor lo que está pasando hoy en día. Culturizar a la gente para que entienda las problemáticas del pueblo mapuche sería un paso muy importante», dijo.


Producto de la espontaneidad y la emoción del momento fue la reivindicación del pueblo mapuche que realizó el tenor pehuenche Miguel Angel Pellao sobre el escenario del Festival de Olmué, al ser declarado ganador de la competencia oficial.

«La verdad es que nada estaba preparado. Yo estaba sumamente nervioso. No estoy acostumbrado a presentarme en un escenario compitiendo con otros colegas cantantes. Yo vengo hace muchos años haciendo mis conciertos, abriéndome un camino en Chile. Era raro encontrarme en esa situación, esperando un resultado», comenta Pellao a El Mostrador.

Pellao se impuso con la canción “Del Ñielol viene bajando”, que mezcla español y mapudungun, para quedarse con el “Guitarpín de Oro” en los 50 años del evento. Sobre el escenario desplegó una bandera mapuche, además de un lienzo donde se leía «Resistencia no es terrorismo».

«Fue todo espontáneo. Yo, entre mí, pensé que si no me pasaban un micrófono para agradecer al festival, a la organización, a los demás concursantes, tengo una bandera en mi bolsillo. La saqué porque finalmente soy pehuenche, yo represento al pueblo mapuche, a los pueblos originarios de mi país. No puedo desmarcarme de eso. De lo contrario mis hermanos, los peñi, también me hubieran criticado. Si tengo el espacio, ¿por qué no puedo hacerlo de manera respetuosa?», explica.

«Siempre le he dicho, soy partidario de la causa, soy de los que piensan que hay que respetar al pueblo mapuche. Yo puedo hacer muchas cosas también a través de mi voz. Primero, hay una emoción y, segundo, se pudo canalizar a través de este premio», dice.

Singular trayectoria

Pellao cuenta con una singular biografía: nació en Alto Bío Bío y fue en un internado mapuche donde descubrió su pasión por la música lírica. En su etapa escolar ganó una importante beca para el conservatorio Vivaldi de Concepción, luego continuó sus estudios en la Universidad de Chile.

En 2008 viajó a Italia para perfeccionarse en el Conservatorio Luisa D’Annunzio. Allí participó como corista y solista en diversas obras teatrales líricas, obteniendo diversos premios y reconocimientos.

Desde el 2015, ya radicado en Chile, participa en innumerables presentaciones en festivales nacionales e internacionales, cantando como solista o acompañando a grandes artistas nacionales como Los Jaivas, Inti Illimani, Manuel García, Illapu, entre otros.

Actualmente se encuentra promocionando su último disco, Cancionero Sinfónico, un homenaje a populares canciones chilenas de los últimos 50 años en adaptaciones sinfónicas de primer nivel.

Canción clave

El artista confiesa que el propio tema con el que ganó, de Didier González, con música de Eduardo Gajardo, «es muy potente».

La canción llegó a él gracias al tenor Gonzalo Tomckowiack, que le hizo clases hace muchos años, a quien le llegó primero.

«Me dijo ‘esta canción no la puedo cantar yo, tiene que ser tuya, por tu timbre, la gente te conoce’. Me enamoré de la canción, vi la letra», cuenta.

«Del Ñielol se oye el canto/ que susurran los werkenes/ y un coro de pidenes/ hacen ecos en los quilantos./ Como flecha va volando/ aquel grito ancestral;/ Libre soy, jamás cadenas./ ¡No me someterán!», reza la canción.

«Inche Mapu, inche Kutral/ soy la magia del canelo,/ soy el viento, aguas nieves,/ soy el rojo copihual./ Soy la raza siempre altiva,/ yo soy libre, es mi cantar/ Inche Mapu, inche kutral/ yo soy libre, es mi cantar», continúa.

«El Cautín va pregonando/ día a día en su raudal/ y se lleva hasta la mar/ los lamentos de mi canto./ Rogativas de quebrantos/ que en el sagrado canelo,/ Ngenechen… aún espero/ poder vivir en paz».

«Es una letra también contingente, sin querer queriendo. Diedier la compuso un año atrás y justo calzó con el tema del hermano (Camilo) Catrillanca. Imagínate, una emoción, yo me sentí parte de la letra, de la música, así que cuando me propusieron este proyecto, más que por las lucas, al tiro dije que sí, porque era una canción que me representaba, y estaba orgulloso también de representar al pueblo mapuche a través de mi canto, de la música», dice.

La importancia de ganar

Pallao agradeció la la posibilidad de representar esta canción en la televisión, algo que «normalmente quizás no es permitido. Que se haya abierto esa posibilidad, o los que hicieron que clasificara esta canción, de alguna manera tengo que agradecerles, porque abrieron otra ventana».

También destacó que haya sido en el marco de los 50 años del Festival de Olmué.

«Es importante haber podido representar al pueblo mapuche a través de mi canto, para mí es un honor. Tiene una importancia trascendental porque la misma noche estaban los Illapu. Allí la gente se manifestó sin que (el vocalista) Roberto (Márquez) incitara al público», señaló, en referencia a los gritos de «fuera Chadwick».

«Todos sabemos cómo Illapu se manifiesta musical y políticamente, así que era algo que se veía venir. Eso sumó también para lo nuestro. Yo creo que fue trascendental en el sentido de que marcamos un hito, porque en los 50 años del Festival de Olmué ganó una canción mapuche, con un cantante mapuche-pehuenche, es una emoción muy grande, todavía estoy tratando de masticar, de digerir este sueño», expresa.

Representar a los mapuches

«Yo no voy diciendo que soy de izquierda o de derecha, pero la gente entiende perfecto que con mi voz puedo decir muchas cosas que muchos hermanos quisieran decir y que no tienen la posibilidad de hacerlo. Es como cuando digo que en Chile hay talento, lo que no hay son las oportunidades que los jóvenes debieran tener. A mí se me dio esta oportunidad para representar esta canción, para representar al pueblo mapuche en este festival y las cosas se dieron así. Para mí esto solo tiene sesgos de positivismo y de acompañar la causa mapuche», señala.

Sin embargo, Olmué no solo sirvió para destacar la causa mapuche, sino también al propio pueblo como tal.

«A través de la música los mapuches decimos que no somos borrachos, no somos terroristas, no somos flojos, que tenemos que unirnos para que el Gobierno de turno reconozca al pueblo mapuche como un pueblo ancestral, con respeto, con leyes», dice.

«Cuando debo representar al pueblo mapuche como tenor, lo hago con mucho respeto y sentimiento. Imagínate, no es menor lo que está pasando hoy en día. Culturizar a la gente para que entienda las problemáticas del pueblo mapuche sería un paso muy importante», sostiene.

Pellao comenta que en ese mismo marco él, en los meses de junio, de manera gratuita, da charlas motivacionales en los colegios más vulnerables, preferentemente mapuche, de La Araucanía. «Les cuento del Hogar Indígena donde viví, las cosas que he hecho en la televisión, este paso por Italia, que las cosas no son tan fáciles, pero que se pueden lograr. Y lo hago concientizando incluso a los profesores», detalla.

Para él son pequeños pasos que dan los mapuche, en su caso en la música, pero otros en área diversas: en el periodismo Pedro Cayuqueo, en la política la diputada Emilia Nuyado y el senador Francisco Huenchumilla.

Conflicto mapuche

Para Pellao, en el caso concreto del conflicto mapuche, solo sirve el diálogo, y en ningún caso la militarización.

«Militarizar es un concepto errado, jamás va a ser una solución», insiste.

«El pueblo mapuche siempre ha estado dispuesto a un diálogo y el Gobierno de turno tiene que dar una mano de confianza y que el mapuche pueda sentirla para sentarse a dialogar», plantea.

También hace falta reconocer los tratados que antes permitieron la convivencia pacífica con el pueblo mapuche, puntualiza. Un ejemplo es el Tratado de Tapihue (1825) entre Chile y los mapuche.

«¿Somos capaces de reconocer una cultura milenaria, ancestral, de nuestras raíces? Si es así, podemos hablar de otras cosas. No podemos luchar otros 50 años con el pueblo mapuche. Si no se llega a un diálogo, en 10 años más no va a existir el pueblo mapuche. Un diálogo con respeto con los lonkos de nuestra Mapu Ñuke, madre tierra», sentencia.

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