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Neurocientífico Anil Seth, invitado a Congreso Futuro, explica la conciencia como tipos de alucinaciones controladas CULTURA

Neurocientífico Anil Seth, invitado a Congreso Futuro, explica la conciencia como tipos de alucinaciones controladas

El británico, que lleva dos décadas investigando el tema de la conciencia, un concepto que suena más bien ligado a la filosofía, lo centra en el cerebro. «Creo que la principal contribución de mi grupo de investigación ha sido la idea de que el cerebro es una suerte de máquina predictora. No solo lee señales que vienen del mundo exterior, sino que realiza una suposición de lo que significan, y eso es la percepción». El Congreso Futuro, del cual El Mostrador es media partner, se realizará desde el 14 al 20 de enero en Santiago. [ACTUALIZADA]


El científico británico Anil Seth lleva dos décadas investigando el tema de la conciencia. Este concepto, que suena más bien ligado a la filosofía, él lo centra en el cerebro. Y quiere probarlo.

Seth será uno de los invitados estrella del Congreso Futuro, el principal encuentro internacional de científicos e intelectuales que se realiza en Chile, y que se celebrará desde el 14 al 20 de enero en Santiago.

«Hablaré sobre mi investigación en neurociencia. La conciencia significa muchas cosas diferentes para gente diversa y es uno de los principales temas de la filosofía, pero también es central en neurociencia y sicología. ¿Cómo nuestro organismo da cuerpo a la experiencia consciente?», adelanta.

Un tema etéreo

Seth acepta que, durante mucho tiempo, su tema de investigación era demasiado etéreo para ser abordado por las ciencias «duras», pero él comenzó ya durante su doctorado.

Su propio interés nació porque lo califica como un «gran misterio», pero al mismo tiempo posee una «relevancia personal inmediata».

«Soy consciente, tengo experiencias conscientes, y me experimento siendo yo», reflexiona. «También sé que estas experiencias cambian a medida que envejezco, si estoy bajo anestesia o si sufro un daño cerebral o una enfermedad psiquiátrica», detalla.

¿Una sola realidad?

La diferente manera de percibir de cada uno abre la puerta a una pregunta que cae de cajón: si todos percibimos «a nuestra manera», ¿hay una realidad común?

«Hay una realidad, algo existe en el universo, independiente de ti o de mí, pero lo que percibimos no es un reflejo directo de ella. Siempre hay una interpretación», responde.

«Nunca percibimos la realidad exactamente como es, sino que es a través de mi propio cerebro. Un ejemplo son los colores, que nosotros creamos en nuestra mente». Un ejemplo de lo cual es, obviamente, el daltonismo.

Esto abre la cuestión de en qué grado experimentamos las mismas cosas y situaciones. «Probablemente lo hacemos en mayor grado, pero no totalmente».

Para él, la forma de entender el mundo tiene que ver con millones de años de evolución, que han «programado» de cierta manera al cerebro.

«Aprendemos a percibir el mundo de cierta manera», dice. Si el contexto cambia, también la percepción.

«De alguna forma, la forma de percibir el mundo es una herencia de nuestros ancestros, aunque la evolución nos ha dado la ventaja de ser muy flexibles», señala.

¿Tienen conciencia los animales?

Esto hace surgir la pregunta de si los otros animales que habitan este planeta poseen algún grado de conciencia. Seth cree que sí, especialmente los mamíferos, aunque admite que es difícil probarlo.

«No puede preguntarle a una llama si es consciente. Sin embargo, hay que ser cuidadoso con dos cuestiones: una es usar a los seres humanos como único ejemplo de lo que puede ser la conciencia», y la otra es vincular a la conciencia exclusivamente al lenguaje.

«Es perfectamente posible tener experiencias conscientes sin lenguaje, como lo demuestran los bebés humanos, pero ellos tampoco nos pueden hablar al respecto», dice.

Él vincula la conciencia a experiencias simples, como dolor, placer, hambre o sed, una sensación que experimentan con seguridad los mamíferos, aves y pulpos. Todos los que tengan algún tipo de sistema nervioso.

Método de investigación

Para el trabajo en su laboratorio, Seth utiliza distintos tipos de procedimientos. Examina imágenes cerebrales, hace test sicológicos, realiza pruebas físicas e incluso usa realidad virtual.

«Usamos distintos enfoques, porque para un problema así lo necesitas. No sirve una sola disciplina», justifica.

Estas pruebas además las realizan bajo distintos estados, como bajo la anestesia, vigilia o mientras el paciente duerme.

Asimismo, a través de las matemáticas intentan establecer nuevos marcos sobre el tema, gracias a los datos que obtienen en los experimentos.

Resultados

Para Seth los avances han sido paso a paso y no cree que haya una «momento eureka» que permita entender todo el problema de una sola vez.

«Hemos hecho muchos experimentos, pero no hay un descubrimiento clave, sino más bien el armado de una imagen», dice.

«Creo que la principal contribución de mi grupo de investigación ha sido la idea de que el cerebro es una suerte de máquina predictora. No solo lee señales que vienen del mundo exterior, sino que realiza una suposición de lo que significan, y eso es la percepción», afirma.

También han hecho un trabajo sobre cómo el cerebro lee las señales que vienen del propio cuerpo «y de cómo eso estructura la sensación de ser uno mismo».

Beneficios

Esto es en beneficio no solo de disciplinas como la psiquiatría, sino del propio vivir en sociedad, ya que nos ayuda a entender cómo y por qué cada uno entiende el mundo de determinada forma, lo que facilita entender sociedades y religiones diversas, por ejemplo.

En su laboratorio, por cierto, también hay filósofos, «pero no creo que la filosofía por sí sola pueda proveer las soluciones que necesitamos».

«La filosofía, al igual que la ciencia, implica un pensamiento crítico y creativo, pero la segunda además tiene las herramientas de la experimentación y la hipótesis. Son muy complementarias», concluye.

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