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¿Tiene que ver la «Quinta» de Beethoven con el destino? CULTURA

¿Tiene que ver la «Quinta» de Beethoven con el destino?

Cuatro contundentes notas dan comienzo a la «Quinta Sinfonía» de Beethoven, cuatro notas que se asocian al destino y que dan sobrenombre a toda la obra . Pero ¿se trata realmente del destino llamando a la puerta?


Ta-ta-ta-taaaa (Sol sol sol mi…) No hay fragmento sinfónico más conocido en el mundo que el comienzo de la Quinta Sinfonía de Beethoven. Si el compositor de Bonn hubiera vivido en nuestros tiempos, se hubiera hecho rico solo por la cantidad de veces que esas cuatro notas se emplean, desde melodías para el celular hasta infinidad de arreglos. El inicio de la Quinta también aparece impreso en tazas, bolsos y paraguas. Por no hablar de los derechos de autor que generaría su música cada vez que una de sus obras es interpretada. En la edición 2018 del Festival Beethoven de Bonn,  que tiene el «Destino” como lema, se puede escuchar hasta cuatro veces la Quinta Sinfonía de Beethoven, una en su versión original y cuatro en arreglos modernos.

¿Por qué Sinfonía del Destino?

La Sinfonía n°5 en Do menor, escrita en 1808, ha pasado a la historia como Sinfonía del Destino. El sobrenombre se debe al secretario y biógrafo de Beethoven, Anton Schindler. Según Schindler, cuando preguntó al compositor por las cuatro contundentes notas de inicio de la Quinta Sinfonía, Beethoven respondió: «Así llama el destino a la puerta”.

Jens Dufner,  musicólogo empleado en el Archivo Beethoven de Bonn, no da demasiada credibilidad a las palabras de Schindler. «Anton Schindler es una figura dudosa”, dice. «Es cierto que fue un testigo directo al que básicamente se puede tomar en serio, pero presentó su relación con Beethoven de manera diferente a la que realmente era. Con el paso del tiempo se fue esforzando por hacer parecer que tenía una relación muy estrecha con el compositor y fue adornando su relato con  hechos inexistentes”, asegura Dufner.

Nueve años antes de mencionar la famosa frase de «el destino llama a la puerta” en un artículo sobre la Quinta de Beethoven, Schindler escribió que él percibía esa música como la lucha de un héroe contra el destino. «Mucho tiempo después, vino la frase del destino supuestamente dicha por Beethoven. Eso hace desconfiar”, dice Dufner. Por su parte, el musicólogo Michael Stuck-Scholen supone que, incluso aunque la frase viniera del propio Beethoven, este habría dado esa breve explicación tan solo para quitarse de encima a Schindler.

Al contrario que la Quinta, la Sexta Sinfonía sí lleva un sobrenombre dado por el propio compositor. «En 1809, Beethoven comunica a su editor que el título de la Sinfonía en Fa mayor es ‘Sinfonía  Pastoral o recuerdo de la vida en el campo, expresión de sensaciones más que cuadro pictórico’. Eso es algo que está bien documentado”, dice Dufner, «cosa que no sucede con la Quinta y el supuesto sobrenombre del destino”.

El auténtico destino de Beethoven: la sordera

Lo que sí es seguro es que la Quinta Sinfonía nació en un momento en el que Beethoven ya padecía una sordera severa agravada por el tinitus. Su dolencia comenzó en 1798, pero no fue hasta más de una década después cuando se quedó completamente sordo. Durante una estancia en la ciudad de Heiligenstadt, en 1802, el compositor llegó a redactar su testamento. «Ha faltado poco para que me quitara la vida», escribió Beethoven. «Solo por el arte continúo en este mundo». Aunque en esta época ya tiene esbozados fragmentos que después utilizó en la Quinta Sinfonía, Beethoven inició esta obra mucho después. «No hay pruebas de que la crisis de Heiligenstadt haya tenido influencia alguna en la Quinta Sinfonía”, dice Jens Dufner.

El musicólogo, director y biógrafo de Beethoven Jan Caeyers describe cómo Beethoven tuvo que cambiar su vida debido a la sordera. Para empezar, su carrera como pianista estaba acabada, por lo que arreciaron sus aspiraciones para entrar en la historia como gran compositor y dejar música para la eternidad. «Una fase de su vida concluye y se inicia un Beethoven más grande”, dice a DW Caeyers. «Así pues, Beethoven desarrolla un nuevo lenguaje orquestal, dinamita los límites de la sinfonía, amplía las dimensiones de sus obras y su sonido orquestal adquiere mayor intensidad y profundidad”. El compositor escribió a un amigo: «Quiero enfrentar cara a cara el destino, no me va a doblegar por completo”.

La influencia de la Revolución Francesa

La imagen de hombre solitario, que solo se dedica a la música, no se corresponde con la realidad de Beethoven, al menos en sus años jóvenes. El compositor se interesó por la literatura y la filosofía y, sobre todo, por la política. Le entusiasmó la Revolución Francesa y compartió sus ideales de libertad, igualdad y fraternidad. Llegó a incluir en su obra ritmos y motivos melódicos de la música revolucionaria francesa.

El director de orquesta francés Francois-Xavier Roth interpreta la Quinta Sinfonía en clave revolucionaria: «La tormenta, el viento que sopla a lo largo de esta obra, procede realmente de los nuevos aspectos filosóficos de la Revolución y explota en el Finale”, dice Roth. Por cierto, en Francia, la Quinta, con su explosivo final, es más conocida como «canto de la victoria” que como «Sinfonía del Destino”.

Un sobrenombre persistente

El sobrenombre de Sinfonía del Destino se mantiene obstinadamente, a pesar de la incertidumbre que rodea su origen. Los artistas del Romanticismo creían en la fuerza del destino. Johannes Brahms cita el motivo inicial de la Quinta en su Cuarteto con piano en Do menor en una época en la que sufría mal de amores.

«Es legítimo que la gente sienta que esta obra es la ‘Sinfonía del Destino”, dice Jan Dufner. «Lo único es que hay que saber es de dónde procede ese sobrenombre y que es dudoso que sea del propio Beethoven ”, concluye.

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