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Premio Ecoscience-El Mostrador: los 10 mil dólares de la filantropía científica chilena buscan candidatos CULTURA

Premio Ecoscience-El Mostrador: los 10 mil dólares de la filantropía científica chilena buscan candidatos

En su tercera versión, el Premio Ecoscience, que busca reconocer el aporte a la ciencia de una persona que no posea necesariamente formación científica, abre su postulaciones a la comunidad para que desde la sociedad civil emerjan los candidatos que reúnan los requisitos de haber aportado al desarrollo o la curiosidad científica: desde un profesor rural a un inventor, de un ingeniero a un divulgador. El mundo experimenta cambios vertiginosos en la economía, la política, la cultura y la sociedad. En cada una de esas áreas el conocimiento científico ha jugado un rol esencial. Y para que estos cambios fueran posible hubo mucha gente que contribuyó, gente anónima, gente que, sin ser científica, motivó a otros, aportó con su ejemplo. Ese es el espíritu que busca destacar el premio.


El Premio Ecoscience, el único que reconoce el aporte a la ciencia de un líder sin formación científica en Chile, dio inicio a sus postulaciones. La versión 2018 viene con un gran cambio: un sello ciudadano. Así, la convocatoria está abierta a todos los quienes cumplan con los requisitos.

«El público va a poder postular a su propio candidato», destaca el empresario Eduardo Ergas, promotor del galardón a través de su fundación Ecoscience.

Pueden postular todos los profesionales que trabajen en nuestro país y que en su desarrollo laboral hayan hecho una contribución al quehacer científico más allá del laboratorio. La elección final estará en manos de un jurado y será en septiembre.

Dotado de diez mil dólares, esta es la tercera versión del premio que entrega la Fundación Ecoscience y El Mostrador, y que premió en sus versiones anteriores a Chantal Signorio, creadora de Puerto de Ideas, y a Gabriel Rodríguez García-Huidobro, director de Energía, Ciencia y Tecnología e Innovación del Ministerio de Relaciones Exteriores.

 

Nuevo formato

Para Ergas, la idea es que cualquier persona pueda postular a un candidato o candidata que quepa en la categoría.

“Este nuevo formato del premio nos tiene muy contentos y orgullosos. En los años previos elegimos a personas destacadas, que han hecho una importante contribución a la ciencia. Sin embargo, en el camino, nos dimos cuenta que hay muchos otros chilenos aportando desde otros espacios a la ciencia y que la única forma de saber de ellos, de conocerlos, es a través de un concurso abierto. Puede que algunos de ellos trabajen en una escuela rural en un pueblo pequeño o en una isla y no tenemos cómo conocer su trabajo, si no es por una vía como esta. Por eso, nuestra invitación es para que todos los que cumplan con características postulen al premio”, enfatiza Ergas.

«Mucha gente hace su trabajo en forma bastante anónima, lejana y escondida. La idea es premiar a una persona que, viniendo de un área distinta a la ciencia, haya hecho mucho más allá de lo que le corresponde para promocionar temas científicos entre los chilenos», añade.

En ese sentido, el postulado puede ser un diputado, un senador, un alcalde, un profesor rural, un director de colegio o un animador de radio o televisión, por dar algunos ejemplos. No importa el género ni la edad.

En esa misma línea apunta Federico Joannon, Director Ejecutivo de El Mostrador, quien junto con celebrar la alianza con la Fundación Ecoscience, repara en que «el mundo –y Chile desde luego dentro de él– experimenta cambios de manera vertiginosa en el área de la economía, de la política y de la cultura, en sus más variadas expresiones. En cada una de esas áreas el conocimiento científico ha jugado un rol esencial. Hoy hay criptomonedas, se realizan ensayos con inteligencia artificial para mejorar la democracia e, incluso, se está hablando con propiedad de habitar Marte en un tiempo relativamente cercano. Para que todo esto fuera posible –remarca– hubo mucha gente que contribuyó, gente anónima, gente que, sin ser científica, motivó a otros, aportó con su ejemplo. Ese es el espíritu que buscamos destacar con este premio».

El director ejecutivo de la fundación, Óscar Contreras, asegura que el premio Ecoscience, además es distinto por diferentes variables. «Primero, este es el único premio del área científica a nivel nacional, y me atrevería a decir a nivel mundial, que reconoce a un no-científico por su trabajo más allá del laboratorio. En segundo lugar, es un premio que entrega dinero, y no hay muchos que hagan eso, más allá de que 10 mil dólares sean mucho o poco. Eso significa que hay un compromiso real de resaltar la labor de esa persona”.

Postulaciones

Las postulaciones se pueden presentar hasta el 31 de agosto a través del sitio www.ecoscience.org y en El Mostrador.

El galardonado será elegido por un jurado multidisciplinario integrado por Eduardo Ergas (ingeniero comercial) y Óscar Contreras (bioquímico) de la Fundación Ecoscience, Federico Joannon (abogado) y Héctor Cossio (periodista) del diario El Mostrador, y Chantal Signorio, creadora y directora del Festival Puerto de Ideas y ganadora del premio el año pasado. La ceremonia de premiación tendrá lugar a mediados de septiembre.

La fundación Ecoscience fue fundada en el 2004 por Eduardo Ergas. Su pasión por la ciencia lo llevó a crear esta institución, que busca tender puentes entre la ciencia y sociedad y que, desde entonces, ha sido pionera en diversas áreas en nuestro país.

Entre ellas, cuentan la organización de tertulias con reconocidos científicos a nivel nacional e internacional, incluidos Premios Nobel. Además, desde ahí, se ha impulsado el programa Labmóviles Conciencia. Se trata de buses que, con un laboratorio en su interior, recorren las escuelas rurales acercando la ciencia a niños vulnerables de Chile.

También la fundación administra las cerca de 100 mil hectáreas de tierras de conservación que tiene Ergas a lo largo del territorio nacional.

Además lleva más de una década apoyando 140 diversos proyectos de ciencia o ecología a lo largo de todo el país.

Otros premiados

En esa misma línea, el 2015 se creó el premio Ecoscience. En esa ocasión, recayó sobre Gabriel Rodríguez García-Huidobro, jefe de la Dirección de Energía, Ciencia y Tecnología e Innovación (DECYTI) de la Cancillería. Como responsable de las negociaciones de ciencia, tecnología y energía en ese ministerio, ha liderado los convenios relacionados con la Antártica y los observatorios de nuestro país, entre otros.

En esa línea, justamente, el diplomático, con estudios de filosofía, estuvo a cargo de las negociaciones internacionales para la instalación y operación en Chile de los telescopios ópticos y radioastronómicos de última generación.

Ergas tiene solo palabras de elogio para Rodríguez. “En cierta medida, él inspiró la instauración de este premio. Fue y es un gran ejemplo de cómo una persona que no trabaja en un laboratorio puede ser un gran aporte a la ciencia, un puente entre esa disciplina y las demás y el resto de la comunidad», expresa.

La siguiente premiada, en el 2017, fue Chantal Signorio. La cientista política organiza el festival Puerto de Ideas desde el 2011 que, en sus versiones de Valparaíso y Antofagasta, ha reunido a connotados intelectuales a nivel mundial, entre los que han destacado varios del área científica.

Respecto a Signorio, Contreras dice: «La mejor forma de explicar esa elección es replicando las palabras que usó al recibir el reconocimiento: ‘Al igual que Ecoscience, queremos ser un puente entre contenidos especializados y un público transversal, entre el mundo y la ciudadanía. Nos interesa acercar el saber, generar discusiones, despertar la curiosidad de grandes y chicos. Creo que algo que hemos demostrado con nuestros festivales es que los chilenos tienen ganas de aprender, de conectarse con la ciencia y la cultura’”, puntualiza.

Chantal Signorio, ganadora del Premio Ecoscience 2017.

Filantropía científica

La fundación Ecoscience, con Ergas a la cabeza, es un caso singular de filantropía científica en Chile.

«Es importante aportar, y cada uno debe saber cómo hacerlo», comenta el empresario. «Este es el secreto mejor guardado. Nadie te dice la felicidad que da el poder ayudar a otros a salir adelante. Cada uno puede ayudar donde más le guste: a través de la música, la ciencia, el tema social, con los viejitos… «.

«En mi caso, creo que los países los cambian las personas, más que los gobiernos. Independientemente del gobierno que tengamos, de nosotros depende que la sociedad mejore cada vez más. Soy un firme creyente que la ciencia es el camino para cuestionarse y así encontrar las verdades. Es un antídoto contra los dogmas», señala.

Por otro lado, el conocimiento científico tiene un enorme poder a nivel social.

«Cuando un niño estudia ciencia, la posibilidad de salir de la pobreza y de seguir estudiando, incluso un posgrado, aunque no sea en ciencia, son mucho mayores. Es un catalizador de la educación. Esa es la sociedad en la que quiero vivir», afirma.

El empresario Eduardo Ergas.

¿Por qué hay tan poca filantropía científica en Chile?

«Chile es un país peculiar. Uno podría ver el vaso medio vacío y decir que hay muy poca filantropía, cosa que es verdad. Pero te puedo decir que lo que ha ido pasando en los últimos dos, tres años, es que la filantropía ha crecido mucho», dice.

«Lo que más ha crecido son las generaciones jóvenes tratando de hacer trabajo con sentido y eso es el primer camino. Cuando tienes una generación tratando de cambiar la forma en que vivimos, el futuro es mucho más brillante y feliz», plantea.

En cuanto a la filantropía científica, «somos los últimos de la cola, porque las necesidades vienen por otro lado: pobreza, injusticia, diferencias de género. Pero de a poco vamos cayendo en gente que es más instruida, y a través de la instrucción la gente toma estas decisiones».

«Hay muchos (filántropos de la ciencia), pero también hay muchos por venir. Claro que hacen falta más, pero creo que están llegando en la velocidad que este país permite, así que soy optimista con respecto a eso. La labor que hacen ustedes, los periodistas, es súper importante, porque en la medida en que muestren que hay gente haciendo cosas, otros van a querer hacer lo mismo», asegura.

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