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Eugenio Cruz Vargas, un artista total

Eugenio Cruz Vargas, un artista total

El artista dejó ver todo en sus obras su espíritu franco y honesto; la palabra se entremezcla con el trazo y este a su vez promueve una simbiosis entre pintura-poesía-pintura, escasamente encontrada salvo en los ingleses Dante Gabriel Rosselli (1828-1882) y William Blake (1757-1827).


Este 2 de octubre se conmemora el nacimiento de Eugenio Cruz Vargas,  pintor y poeta, maestro de si mismo. Su obra pictórica se desarrolla en el paisajismo naturalista clásico y terminando en la abstracción parcial y total. Sus poemarios se basan bajo el concepto del surrealismo y terminan en el creacionismo literario. Nació en Santiago el  año de 1923 y falleció en Olmué el 18 de enero de 2014.

Fue el tercero de seis hermanos y su infancia se desarrolló principalmente en los fundos Las Cabras, Viña San Pedro y El Carmen. Tuvo siempre una sensibilidad extraordinaria con la naturaleza, donde con el contacto con ella, le permitía distinguir toda la naturaleza del campo chileno.  Sus padres son el vitivinicultor Pedro Nolasco Cruz Correa (1887-1939) y María Emilia Vargas Bello (1896-1978). Su gran inspiración para desarrollar su arte fue su esposa, María de la Luz Vergara Errázuriz (10 de julio de 1927- 25 de Junio de 2014) que se encuentra reflejada en múltiples pinturas y poemas.

Puerto de San Antonio

A temprana edad fue dueño de una extraordinaria sensibilidad y se hicieron visibles sus aptitudes artísticas, orientadas, junto a sus estudios en el Colegio San Ignacio. Pero al terminar su educación y por la muerte de su padre,  le impidieron continuar su vocación artística ya manifiesta. Se incorporó, entonces, a la emergente actividad inmobiliaria y posteriormente publicitaria nacional de post guerra. Esta creatividad la desarrolló en todas sus actividades consiguiendo por ende gran notoriedad, llegando a ocupar los más altas responsabilidades en dicha actividad.

En los años 1970 viajó por América, Europa, Rusia y Estados Unidos de Norteamérica  en actividades vinculadas al desarrollo del arte escénico,  principalmente en la producción teatral y cinematográfica. En París asistió a cursos libres de Historia del Arte en la École du Louvre, donde amplio su visión de la pintura clásica,  convertido ésta en su impulso conductor conjuntamente con su ser creador, le permitió posteriormente desarrollarse a plenitud, con sus capacidades artísticas en lo pictórico y literario.

Para tener contacto directo con la naturaleza, se radicó en el Sur de Chile, donde pudo tener el tiempo y la tranquilidad para dedicar los últimos 40 años de su existencia a la pintura y la poesía. El resultado fue un extraordinario trabajo en más de 300 óleos de mediano y gran formato y escribir tres poemarios. Su primer libro de poemas lo escribió en 1978: La única vez que miento.

Potrero en Melipilla

Estos poemas temáticamente asimétricos y escritos en lenguaje simple, entremezclan intensos sentimientos de amor y reflexiones sobre la naturaleza con evocaciones de la vida de ciudad y del campo del sur de Chile. En 1980, su segundo poemario, Cielo contiene un estilo más depurado que en el anterior, pero sosteniendo la misma temática identificada con el surrealismo. En 2011 su último poemario De lo terrenal a lo espacial., es prologado por el poeta chileno, Emilio Antilef,

Estos tres libros hablan del transcurso desde el surrealismo hacia el creacionismo.

En los últimos años de vida, imposibilitado físicamente de pintar, Cruz Vargas se aboca al campo de la escultura. Logroó terminar tres obras de gran tamaño en materiales reciclados de acero y cobre antes de fallecer que se encuentran en el parque privado de su familia ubicado en la localidad de Olmué, V región.

En sus obras pictóricas se reconocen dos períodos: El primero se advierte el clasicismo figurativo de los maestros de los siglos XIX y XX, expresada en óleo sobre tela, preferentemente de formato mediano y mayor, donde recrea la ruralidad y costa de la zona central y sur del país, evidenciando un sincero realismo de corte naturalista.

El segundo período está marcado por el abandono de la figuración clásica y su posicionamiento inicial en la composición abstracta objetiva/expresiva donde aún hay elementos reconocibles y es evidente que perviven afectos por la naturaleza. A esa abstracción parcial adviene la total, donde ya no hay trazas ni elementos referenciales de nada que pueda reconocerse.

Podemos afirmar que con su arte dejó ver todo su espíritu franco y honesto que experimenta todo artista auténtico; la palabra se entremezcla con el trazo y este a su vez  promueve una simbiosis entre pintura-poesía-pintura, escasamente encontrada salvo en los ingleses Dante Gabriel Rosselli (1828-1882) y  William Blake (1757-1827).

Eugenio Cruz Vargas estará siempre plasmado en su obra pictórica y literaria, una singular duplicidad en Chile, la más noble forma de perpetuarse en la historia de su país y de trascender a las generaciones del futuro como modelo de esfuerzo y tenacidad”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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