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Valentina Muñoz se convierte en la programadora más joven en contribuir a la construcción de la Primera Política de Inteligencia Artificial en Chile BRAGA

Valentina Muñoz se convierte en la programadora más joven en contribuir a la construcción de la Primera Política de Inteligencia Artificial en Chile

“Al principio fue difícil lograr un contacto con el Ministerio, la mayoría de las personas que pude contactar al inicio no resolvían mis dudas porque al tener 17 años no podía ser una colaboradora oficial” ​cuenta Muñoz, quien sin rendirse, tuvo una idea. Valentina cumplía 18 años a finales de julio, y el plazo para ser parte del proceso finalizaba a mediados de agosto. En tan sólo unos días, Valentina, Fernanda Acuña y Michelle Contreras se organizaron para brindar a niñas desde los 12 años una Jornada de Formación y Diálogo sobre Políticas de Inteligencia Artificial, ahora con el apoyo del Ministerio, y finalmente llevar todo lo recopilado a un documento final junto a sus comentarios como Colaboradora Oficial.


Un importante paso más ha dado Valentina Muñoz, la chilena de recién cumplidos 18 años, Fundadora de la Asociación de Mujeres Jóvenes por las Ideas (AMUJI Chile), quien será la contribuyente más joven en la construcción de la Primera Política de Inteligencia Artificial en Chile.

Valentina es programadora desde los 12 años, tricampeona regional, campeona nacional y mundial del concurso internacional de robótica First LEGO League. Embajadora de UNICEF, ONU Mujeres, Inspiring Girls y Defensoría de la Niñez; y fue elegida entre las 7 jóvenes más influyentes de Chile 2020.

La construcción de la Primera Política de Inteligencia Artificial (en adelante, IA) en Chile, será gestionada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Conocimiento y busca definir qué es IA y qué no, factores habilitantes (estándares, acceso y características de los datos, capital humano e infraestructura a nivel nacional), desarrollo y aplicaciones de la IA, ética y aspectos normativos. Una política capaz de integrar las preocupaciones y necesidades del país hacia una legislación que regule todo el proceso que conlleva esta inteligencia, desde su programación hasta la interacción usuaria.

Para llevar a cabo este proceso, una de las etapas fue hacer un llamado abierto a la comunidad a ser parte de la Consulta Pública que permite a los integrantes de la sociedad civil realizar aportes concretos y sustanciales para que sean tomados en cuenta a nivel estatal a la hora de construir la política oficial.

Cuando Muñoz se enteró de este llamado, inmediatamente quiso informarse sobre quiénes y cómo podían participar, a lo que le respondieron que el proceso se daría mediante mesas de trabajo que debían ser convocadas por colaboradores oficiales reconocidos por el Ministerio de Ciencia. ¿Quiénes podían ser colaboradores? Personas mayores de 18 años.

Esto inquietó muchísimo a Valentina, quien hace varios años es reconocida como una destacada activista juvenil y se preguntó cómo niños, niñas y adolescentes podrían ser parte del proceso, tomando en cuenta que el adultocentrismo hace que muchas veces las personas adultas no se enfoquen en generar espacios dedicados específicamente para la comunidad infantojuvenil.

“Mi principal preocupación respecto a la Inteligencia Artificial es, precisamente, la posibilidad de retroceder en todos esos avances que hemos

logrado a través de movimientos sociales durante décadas. Necesitamos ser protagonistas de esta adaptación a los medios digitales para que no termine siendo un nuevo medio de segregación, sino que, por el contrario, nos permita acceder a los derechos digitales de forma unánime e inclusiva”, comenta.

Con esta preocupación en mente, a sus 17 años inició todas las averiguaciones y procesos burocráticos para poder gestionar una mesa de trabajo enfocada a niñas, adolescentes y mujeres jóvenes, que fuera reconocida por el Ministerio de Ciencia. Se volcó de lleno sumando sus conocimientos como programadora, para poder coordinar un grupo de moderadoras desde la organizanización que lidera, AMUJI Chile, que pudiesen dictar una clase abierta y dinámica sobre el tema y luego guiar la conversación hacia recopilar la visión de las asistentes.

“Al principio fue difícil lograr un contacto con el Ministerio, la mayoría de las personas que pude contactar al inicio no resolvían mis dudas porque al tener

no podía ser una colaboradora oficial” ​, Valentina cuenta que este proceso empezó a mediados de mayo y que fue un arduo trabajo lograr ser escuchada. “Les niñes y adolescentes debemos estar todo el tiempo demostrando que somos suficientemente buenos como para ser merecedores de ingresar al ​ “mundo de las personas adultas” ​, eso es el adultocentrismo. Es reforzar un sistema que no está pensado para que niñes o incluso adultos mayores sean protagonistas”, cuenta.

Entonces, tuvo una idea. Valentina cumplía 18 años a finales de julio, y el plazo para ser parte del proceso finalizaba a mediados de agosto. En tan sólo unos días, Valentina, Fernanda Acuña y Michelle Contreras se organizaron para brindar a niñas desde los 12 años una Jornada de Formación y Diálogo sobre Políticas de Inteligencia Artificial, ahora con el apoyo del Ministerio, y finalmente llevar todo lo recopilado a un documento final junto a sus comentarios como Colaboradora Oficial.

Para las chicas el sólo haber participado y poder abrir el espacio a que más niñas pudieran hacer valer su voz en este nuevo proceso a nivel nacional significó una victoria, por lo que no pudieron más de sorpresa cuando el Ministerio les comunicó que, además, Valentina ostentaba el título de Colaboradora más joven en la construcción de una política de estas características, a sus 18 años, marcando un hito sin precedentes.

“No siento que en esos días de diferencia entre mis 17 años y el día en que firmé el documento final haya cambiado algo en mí, no me sentí distinta o más adulta, era sólo yo. Sí siento que es un gran hito y me siento orgullosa del impacto que esto ha generado en la comunidad, me encanta cuando gente me escribe para decirme que les inspiré o que derribé la barrera imaginaria que muchas personas tienen respecto a la idea que hay edades para ciertas cosas, pero me apena un montón saber que por sólo unos días pude ser parte oficial del proceso mientras que miles de niñes y adolescentes no tuvieron esa opción por la misma razón: días. Esto sólo me llena de fuerzas para seguir luchando por lo que creo: les niñes no necesitamos ser representades, necesitamos empezar a ser protagonistas. Somos grandes accionadores de cambios y no deberíamos parar hasta que podamos ser parte de cada espacio, hasta que nuestras voces puedan sonar con la misma fuerza que la de un adulto en la toma de decisiones a nivel país”, finaliza.

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