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El sexismo que persiste en el Código Civil: ¿por qué es menos cuestionado que la Carta Magna si pareciera su incidencia ser más crucial en la vida cotidiana? BRAGA Créditos: Foto UDP

El sexismo que persiste en el Código Civil: ¿por qué es menos cuestionado que la Carta Magna si pareciera su incidencia ser más crucial en la vida cotidiana?

Lideradas por Alejandra Araya, directora del Archivo Central Andrés Bello, docentes expertas en áreas como derecho, filosofía, historia, salud y psicología, integran -desde enero- un grupo estable dedicado a analizar el cuerpo legal que rige al país hace 166 años y cómo debería modificarse a la luz de una Carta Magna con perspectiva de género.


En 2004 se promulgó la ley de divorcio, que tipifica como uno de los motivos la violencia dentro del matrimonio; en 1998 se modificó la ley que trataba a los hijos naturales como ilegítimos y reciéentemente entró en vigencia la ley de aborto en tres causales, que despenaliza parcialmente la interrupción del embarazo.

Estas tres leyes que afectan directamente a la mujer, fueron posibles luego de intensos y largos debates éticos e históricos para modificar artículos específicos en el Código Civil chileno, que si bien es uno de los cuerpos legales más estables e influyentes en América Latina, no es en absoluto invencible al paso del tiempo, la modernización de las relaciones sociales y sobre todo al estatus que la mujer ha logrado ir reivindicando como integrante igualitaria de la sociedad.

¿Por qué el Código Civil es menos cuestionado que la Carta Magna si pareciera que su incidencia es tanto o más crucial en la vida cotidiana? Esta es una de las preguntas que la historiadora Alejandra Araya -directora del Archivo Central Andrés Bello- planteó a inicios de año a un grupo de académicas de la Universidad de Chile, con la invitación de reflexionar, analizar y cuestionar este conjunto de leyes, sobre todo a la luz de la perspectiva de género.

“Se está poniendo mucho deseo y mucha esperanza en el cambio constitucional en Chile, sin embargo, en el Código Civil hay cuestiones que deberían modificarse eventualmente para que una nueva Constitución implique un efectivo mejor contexto para las mujeres. Por ejemplo, el concepto de familia que rige no es acorde a los tiempos diversos que vivimos hoy y eso sin duda afecta a las mujeres”, señala la historiadora.

Se trata de un grupo transdisciplinario conformado por académicas del área del derecho, la historia, la psicología, la ciencia, el periodismo y la filosofía, llamado a sesionar periódicamente, y que tendrá como primer resultado una publicación que será lanzada próximamente, y que será entregada a los integrantes electos en la Convención Constituyente, para luego, en el segundo semestre realizar un foro abierto a la comunidad, donde se debatirá la relación entre mujeres y Código Civil.

“La actividad tendrá un carácter internacional, y por eso estamos planeando que sea junto al Museo Histórico de Sarmiento, ya que Argentina tiene su propio Código Civil de 1869, redactado por Dalmacio Vélez, contemporáneo a Bello, y la idea es cotejar esas experiencias”, explica Alejandra Araya.

Modelo patriarcal

Sin duda, la situación de los derechos de la mujer en el Código Civil chileno ha evolucionado, gatillado sobre todo por las transformaciones sociales, como la incorporación de la mujer al mundo del trabajo y también por las presiones de los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos, que abogan por un trato igualitario entre hombres y mujeres, lo que dentro del Estado chileno aún es tarea pendiente.

“Hay un montón de proyectos en el Congreso de reformas como el de la sociedad conyugal, de parentalidad y filiación, entre otras materias que han avanzado muy poco para ver la luz”, dice la abogada María Agnes Salah, experta en  Derecho Privado y académica de la Facultad de Derecho de  la U. de Chile integrante de este grupo de discusión.

“Todo está interconectado, entonces aunque hay otros debates que no están estipulados explícitamente, temas indirectos donde la mujer es discriminada como la desigualdad salarial, los derechos de propiedad, derecho a la vivienda o a la herencia, tienen inevitablemente un impacto en el propio Código y es preciso discutirlos”, agrega Salah.

La historiadora, Carolina González, académica y directora del Centro de Estudios de Género y Cultura en América Latina (Cegecal) de la Facultad de Filosofía y Humanidades, dice que si bien el Código ha sufrido cambios, «hay amarres epistemológicos complejos para las mujeres que es importante pensar y vincular”, y agrega que “el concepto de familia salga del modelo patriarcal o impulsar la justicia sexual y reproductiva son temas en los que me gustaría aportar en este grupo”.

“Las normativas hacen eco de ciertos supuestos de verdad y naturaleza que no son tales, amarres epistemológicos y binarios que hay que cuestionar. Si fuese diferente, por ejemplo, adoptar en Chile sería mucho menos engorroso”, plantea la historiadora.

Para Roxana Pey, coordinadora de la Cátedra Amanda Labarca e integrante también de este grupo interdisciplinario, “hay aspectos laborales en Chile, como las brecha salariales o la discriminación hacia las mujeres jubiladas, que a mi  personalmente me mueven a debatir. Un sistema de pensiones injusto que discrimina directamente a las mujeres y que está enraizado en este Código Civil”.

Eso sí, María Agnes Salah advierte que “el Código Civil de Bello es valorado como un gran instrumento y no tengo conocimiento de instancias que quieran sustituirlo”. Sin embargo, «muchos de los aspectos negativos responden a la época en que fueron redactados, el tema de género es uno que ha tenido sus altos y bajos, y hoy vivimos cada día momentos de mayor conciencia y reivindicación debido a la fuerza del movimiento feminista”, señala la abogada.

El grupo de discusión se completa con la Premio Nacional de Periodismo y vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Faride Zerán; la psicóloga y directora de Extensión de la U. de Chile, Svenska Arensburg; la historiadora del Archivo Central Andrés Bello, Ariadna Biotti y las abogadas y académicas de la U. de Chile Bárbara Sepúlveda, Fabiola Lathrop, Claudia Iriarte, Lieta Vivaldi y Silvia Lamadrid.

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