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Lula Almeyda, narradora y guionista: “Lo que hace falta es que más mujeres se permitan pasear por el mundo de las ideas” BRAGA

Lula Almeyda, narradora y guionista: “Lo que hace falta es que más mujeres se permitan pasear por el mundo de las ideas”

La guionista y comunicadora audiovisual, Lula Almeyda, conversó con El Mostrador sobre la influencia del feminismo en la industria audiovisual chilena, la mercantilización de la pantalla grande y su experiencia como locutora en el programa Aló Solte, podcast de conversación sobre diversas temáticas con perspectiva de género, espacio que compartió con Paola Molina, Josefina González y Paloma Elgueta.


Lula se hizo conocida en el mundo digital hace unos años por ser coanimadora en el programa radial “Aló Solte”. Actualmente trabaja como guionista de una teleserie nocturna y es parte de “No Sabes Nada”, podcast destinado al análisis de películas y series, junto a Claudia Cayo y José Bustamante.

En conversación con El Mostrador, Lula se describe como una persona curiosa, es “eso mismo  lo que genera en mí las ganas que tengo de encontrar historias y contarlas”. Es feminista, buena conversadora y preocupada por los hijos de otros, no de los suyos porque no es ni quiere ser madre.

-¿Cómo sientes que ha influido el feminismo en la industria audiovisual chilena?

– Ha influido, pero no sé si ha sido tan notorio el feminismo en la industria en Chile. Sobre todo porque nuestra cultura es muy machista desde sus raíces. Creo que a pesar de que está la idea de la mujer matriarca siempre hay una sumisión de parte de ella. De ella misma al no saber reconocer el valor de su trabajo y eso es lo que se traspasa a todas las otras áreas. Y por otro lado no somos nosotras, sino que es la imponente figura del hombre en todos los aspectos de nuestra sociedad, y obviamente en el audiovisual, en que los hombres siguen siendo reyes. No nos engañemos más.

Creo que lo que hace falta es que más mujeres se permitan pasear por el mundo de las ideas, de inspirarse y de descubrir cosas, pero es un poco difícil, insisto, porque  también las mujeres como que tenemos un poco menos la costumbre de deambular por el mundo, porque el mundo es inseguro para nosotras. Entonces, nosotras no nos vamos a tomar fotos al norte y darnos un mes de exploración, porque no podemos andar solas a veces.

Ahora, lo que sí ha pasado es que hay muy buenas directoras y guionistas en Chile y gracias al feminismo se les están abriendo las puertas, los proyectos también los están agarrando más fácilmente, quizás están entregando fondos para ciertos tipos de temáticas, con la intención de no quedarse atrás porque sería demasiado evidente el machismo si siguieran con las mismas costumbres que tenían antes.

-¿Qué opinas de que el feminismo se haya mercantilizado en la pantalla grande?

– A mí me parece que también se abusa un poco, como que al final igual empiezan a tomar el feminismo y la idea de “mujeres fuertes” para vender y eso está mal. O sea, está bien, tenemos que tener referentes femeninos y está bien que las películas de superhéroes tengan una figura femenina, pero están haciéndolo claramente para… robarte la plata de tus bolsillos, y no… No estoy de acuerdo con eso.

En relación al trabajo en la industria televisiva nacional y al desafío de estrechar la brecha de género en estos contextos, Lula comentó que mientras trabajó como asistente de guión en la teleserie Amanda, logró cambiar todos los personajes genéricos  a mujeres: “cambié todos los personajes a mujeres. Entonces, en vez de que sea un abogado, pongamos a una abogada o una psicóloga.

Amanda era una teleserie de las tres de la tarde, la veían todas las señoras de Chile, que esas señoras sepan que sus hijas pueden ser psiquiatras, juezas… para mí en parte era eso, y por otro lado, era darle pega a mujeres actrices que están ahí y sin trabajo, entonces uno sí puede plantar semillitas desde distintos lugares”.

-¿Consideras que ha habido un cambio cultural y que hoy se han normalizado ciertos cotidianos que antes eran considerados “anormales”?

Yo hay algo que normalizo, a mí antes igual me daba lata decir “tengo que ir al psicólogo” en la pega, era como “voy a terapia”, que suena como algo tan neoyorquino de película de Woody Allen y está bien, uno tiene sus procesos, yo también me tuve que acostumbrar a  aceptarlo en mí misma, y pensaba: “perfecto, van a creer que estoy un poco loca” porque son los prejuicios respecto de ir a terapia, claramente, sobre todo porque yo soy la más joven en mi pega, y allí los hombres no se terapean, las mujeres sí o muy poco. Yo ahora lo digo, digo “tengo que ir al psicólogo, voy a llegar más tarde”.  Es una estupidez, pero está bueno que la gente lo escuche, es como decir que andas con la regla en la pega, empecemos a normalizar ciertas cosas.

-Durante el “Aló Solte”, vimos y escuchamos cómo las voces femeninas se posicionaron y democratizaron a la vez. Ustedes mismas fueron portavoces de algunos temas…

 El “Aló Solte” era el espacio en donde volcábamos toda la energía y todas las herramientas que teníamos para ofrecer al resto, y con eso hicimos dos cosas bien importantes. La primera es que solo tuvimos dos invitados hombres a lo largo del programa que partió el 2017. Todas las invitadas eran mujeres con distintos grados de especialidades… Y la idea era un poco lo que dices tú, democratizar las voces y no solo entrar en la dinámica feminista de deconstrúyanse, cuídense, cuestiónense. Hagámonos cargo, sepamos entregar culpas, había un ecosistema que funcionaba de acuerdo a todos estos nuevos aprendizajes feministas que teníamos.

Además, llegó un momento en que ya hablamos de un montón de temas que se habían asentado en las bases del discurso que nosotras estábamos sustentando y decidimos empezar a entregar otro tipo de saberes, pero siempre con perspectiva de género, porque la historia siempre ha sido contada por hombres y para los hombres, entonces llegamos a educarnos, pero educarnos en serio.

 -En uno de los episodios se trató muy bien el tema de la responsabilidad sexoafectiva,  la gente lo agradeció mucho…

Nosotras con el “Aló Solte” invertimos mucho tiempo de trabajo desde nuestras casa, tiempo en difusión, tiempo en buscar a las invitadas. Cuando hicimos un par de capítulos como el de responsabilidad sexoafectiva, ahí nosotras estudiábamos. Por eso digo que nosotras también ahí volcábamos nuestro activismo, eso era un servicio a la comunidad, el “Aló solte” era un servicio a la comunidad. Muy bien recibido por la gente que nos escuchaba y eso se agradece.

El tema de la salud mental fue súper importante para nosotras con la Pao, bueno, yo me terapié, estoy ahora recién terminando mi terapia después de cómo 5 años y me sirvió mucho, entonces nosotras éramos muy conscientes de lo importante que es la salud mental y de lo poco que se habla al respecto  y la gente valoraba mucho ese tipo de asistencia y el cómo los chilenos somos tan prejuiciosos con esos temas. Entonces el eslogan era siempre “Terapéate”.

“Aló Solte” marcó una época en el inicio del boom de los Podcast, hace poco tiempo llenaron el Centro Arte Alameda con su show “Aló Solte en vivo”, el que debido a su éxito se repetirá  este 1 de octubre en Valparaíso, y el 2 en Santiago.

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