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No es un desorden hormonal: una de cada cinco mujeres sufre de depresión durante el embarazo BRAGA

No es un desorden hormonal: una de cada cinco mujeres sufre de depresión durante el embarazo

Enfrentar un trastorno psiquiátrico durante el embarazo es muy común, sin embargo, muchos especialistas no logran identificarlos, ya que consideran que se trata de una «consecuencia hormonal del embarazo» más que de un trastorno psiquiátrico propiamente tal. «No entendía cómo si era un embarazo planeado, vivía en pareja y tenía los medios para mantener a mi bebé, no me alcanzaba para sentirme feliz», contó Elizabeth Olmedo, quien padeció de depresión durante el embarazo de su segundo hijo.


Una de cada cinco mujeres puede desarrollar un trastorno psiquiátrico durante el embarazo, siendo la depresión una de las principales enfermedades que prevalecen en esta etapa.

Así lo confirmó el especialista, César Velasco Téllez, coordinador de salud mental del Instituto Nacional de Perinatología de México.

Velasco señaló a Efe que la gravedad de la depresión es que muchos especialistas no logran identificarla, ya que, consideran que es una «consecuencia hormonal del embarazo» más que un trastorno psiquiátrico propiamente tal.

Además, el especialista indicó que hay cinco síntomas que se deben presentar durante dos semanas continuas para que se considere como depresión: tristeza, agotamiento, insomnio, irritabilidad y falta o exceso de apetito.

Velasco Téllez destacó que otro de los problemas por los cuales las mujeres embarazadas no son diagnosticadas ni tratadas, es por el estigma social de que en esta etapa «deben ser muy felices», así que cuando esto no sucede las mujeres sienten culpa y no lo hablan.

De esta manera, al no tratar los síntomas como un trastorno de la salud mental, éstos se intensifican durante la conocida depresión post parto.

Elizabeth Olmedo se embarazó de su segundo hijo en 2016 y relató que además de la tristeza y apatía, sentía culpa porque se suponía que tendría que ser una etapa muy feliz; sin embargo, lloraba todos los días.

«No entendía cómo si era un embarazo planeado, vivía en pareja y tenía los medios para mantener a mi bebé, no me alcanzaba para sentirme feliz. Me daba culpa con mi bebé, transmitirle todo eso», narró.

Reveló que no habló con nadie, ni con su esposo, de cómo se sentía por culpa y temor a ser juzgada.

Tras dar a luz su problema se agravó con ansiedad, le abrumaba tener a su cargo dos vidas y las nuevas responsabilidades que conllevaba.

Así pasaron dos años hasta que un día al salir de su trabajo se sintió sofocada y pensó que le daría un infarto por lo que le habló a su papá, que es médico, y la tranquilizó.

Luego de esto comenzó con terapia y, aunque no recibió medicación, continúa visitando al especialista semanalmente.

Por su parte, Lucía Hernández detalló que cuando se enteró que estaba embarazada en el 2014, lejos de estar feliz, solo pudo sentirse preocupada y con ganas de llorar.

Conforme el embarazo avanzaba se sentía más irritable hasta el punto de no querer ir a las reuniones. «Odié sentirme vulnerable, sentirme pesada y ver cómo mi cuerpo empezó a cambiar, además de que las náuseas nunca desaparecieron», compartió.

Lucía tampoco habló sobre lo que sentía y aunque reconoce que tras conocer a su hija todo cambió, enfatizó que no para todas las mujeres esta etapa es igual ni la más feliz.

Velasco Téllez resaltó que se piensa que las mujeres embarazadas no pueden ser tratadas por depresión, sin embargo, destacó que los antidepresivos son seguros para el feto y también durante la lactancia.

«El porcentaje de medicamento que pasa a la leche es apenas de 2 %», indicó.

Subrayó que las pacientes que no terminan el tratamiento tienen posibilidades muy altas de una recaída, además, no tratar la depresión puede tener un impacto directo en el neurodesarrollo de los bebés.

Apuntó que los hijos de mujeres que tuvieron depresión durante el embarazo «son niños con mayor probabilidad de tener trastornos psiquiátricos como depresión, ansiedad, abuso de sustancias, mayor riesgo de trastorno por déficit de atención, problemas cognitivos y dificultad para relacionarse».

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