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Paola Molina, comediante y escritora: «En el chiste feminista el sujeto patético es el hombre abusador» BRAGA Crédito: @confesionesdesoltera

Paola Molina, comediante y escritora: «En el chiste feminista el sujeto patético es el hombre abusador»

«Hasta hace muy poco la mujer sólo era la mina sexy que acompañaba al comediante destartalado que podía hacer el ridículo y que era el que realmente hacía reír», reflexiona Paola Molina, escritora de «Confesiones de una soltera». Sin embargo, hoy en día con el feminismo presente en la comedia, «nos estamos riendo de la mentira que nos hicieron creer las novelas, teleseries y comerciales de lo que era ser mujer. Ahora el sujeto patético causal de risa ya no es la mujer víctima, sino el hombre abusador y el sistema opresor».


Paola Molina, escritora y comediante formada en Buenos Aires, es la mente y corazón detrás del popular libro «Confesiones de una soltera». Obra que comenzó como una fanpage de anécdotas personales en Facebook, y que fue sumando cada día cientos de miles de seguidores que empatizaban, reían e incluso, proyectaban sus propias vivencias con los relatos de «la Solte».

Y es que una de las herramientas más poderosas de la comedia de Paola es su capacidad de transformar lo tabú, lo vergonzoso y las tragedias de la adultez en un humor infalible. 

Pero el camino al éxito no fue nada fácil. Más aún si se trata de una mujer que combate desde el escenario el machismo presente en la comedia, y que es fomentado por los colegas, las productoras y el mismo público.

«En mis inicios siempre existió el prejuicio del público de que por ser mujer iba a ser fome«, relata Paola Molina a El Mostrador.

«Recuerdo un par de shows con hombres de brazos cruzados en la primera fila, de cejas levantadas con una mirada como de estar aprobando el show en vez de disfrutarlo», recuerda la Solte.

«También están los colegas que presentan a las mujeres como ‘bonitas’, por ejemplo, ‘ahora viene la guapa Paola’. Con eso, nos quitan del espectro cómico y nos relegan a lo de siempre: nuestra apariencia física como lo más importante«, añade.

Analizando la evolución de la mujer en la comedia, para Paola «hasta hace muy poco la mujer sólo era la mina sexy que acompañaba al comediante destartalado que podía hacer el ridículo y que era el que realmente hacía reír«, señala.

«Y si no era esa mujer, tenía que ser la vieja fea cuyos remates de chistes eran su fealdad. No había complejidad, no había capas y nuestra apariencia física seguía siendo la primera línea«, agrega.

No obstante, «ahora vas a un bar y hay mujeres jóvenes hablando de estar arrepentidas de ser madres y eso es maravilloso, porque sale del rol tradicional de la mujer postergada en pos de la familia. Mujeres hablando de temas que no tienen que ver con roles de género«, afirma.

¿De qué manera la comedia con perspectiva feminista puede ser una herramienta para reivindicar los derechos de las mujeres?

La comedia ayuda a bajar la guardia para poder reírnos de lo que no necesariamente estamos de acuerdo, pero que somos capaces de entender y sumergirnos en el mundo del comediante.

Con el feminismo en la comedia nos estamos riendo de la mentira que nos hicieron creer las novelas, teleseries y comerciales de lo que era ser mujer. En el chiste feminista el sujeto patético causal de risa ya no es la mujer víctima, sino el hombre abusador o el sistema opresor.

¿Cómo visualizas el stand up comedy de las mujeres actualmente? 

– Visualizo que hay muchas más mujeres en la comedia, donde no todas son feministas y eso está bien. Las mujeres siempre hemos tenido que ser sobresalientes en cualquier ámbito para tener el cupo y participar a la par con colegas hombres. Para mí eso es lo más importante, más que el discurso de la comediante, me parece importante que la sociedad al fin nos vea como personas normales. Que se nos permita la misma libertad y los mismos errores que los hombres han tenido espacio para sortear.

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