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Universidad del Desarrollo analizó el rol de «lo femenino y lo masculino en el cine chileno» Se analizó la asistencia al cine nacional entre 2000 y 2016

Universidad del Desarrollo analizó el rol de «lo femenino y lo masculino en el cine chileno»

El estudio tuvo por objetivo contar qué es ser mujer y qué es ser hombre en el Chile contemporáneo desde los ojos de los cineastas. 


El estudio «Lo femenino y lo masculino en Chile», elaborado por la Facultad de Comunicaciones de la Universidad del Desarrollo, tenía por objetivo contar qué es ser mujer y qué es ser hombre en el Chile contemporáneo desde los ojos de los cineastas. 

Para llevarlo a cabo se analizó la asistencia al cine nacional entre 2000 y 2016, y se conformó un grupo de películas que había logrado una asistencia de 100.000 espectadores o más durante ese período. En total fueron 29 películas, entre las que se incluyeron Stefan vs. Kramer, Sin filtro, Sexo con amor, Machuca, Fuerzas especiales, El bosque de Karadima, Qué pena tu boda, Qué pena tu familia, Gloria, Alma, El Rey de los huevones, entre otras.

Para ello se realizaron dos preguntas: ¿cuántas mujeres trabajaron en la dirección de esas películas, en la redacción de los guiones y en la producción? Ante esa interrogante ganaron los hombres, de acuerdo a lo indicado en el estudio. 

Sin embargo, el dato que más llamó la atención fue que no hubo mujeres en la dirección, ya que ellas prefieren la producción. 

La segunda interrogante tuvo que ver con los personajes de aquellas películas. El objetivo era saber cuántos hombres y cuántas mujeres fueron protagónicos, en qué espacio se concretaba el objetivo dramático de ellas y ellos. En total se contabilizaron 684 personajes, hombres o mujeres que tuvieron al menos una línea de diálogo en la historia. Se registraron 263 personajes femeninos y 421 hombres.

Por otra parte, el estudio buscaba ahondar en la hipersexualización de las mujeres jóvenes. En esa línea, el cuento de los personajes masculinos se concreta en el espacio público. Algunos personajes femeninos también, pero cinco veces menos que ellos.

«Esto demuestra que el espacio natural de los hombres, según el relato cinematográfico contemporáneo, es aquel que implica la interacción social, que posibilita el desarrollo profesional o que plantea, por ejemplo, la necesidad de negociar. La esfera privada, el espacio acotado físicamente, es que concentra el desarrollo de los personajes femeninos: la cocina, la habitación, la sala de una casa, un aula de clase», señala el estudio de la Universidad del Desarrollo. 

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