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Por qué es importante tener un canal de TV infantil y cómo se transformó en una deuda de los gobiernos Día del Niño y la Niña

Por qué es importante tener un canal de TV infantil y cómo se transformó en una deuda de los gobiernos

Ingrid Garces
Por : Ingrid Garces Periodista, penquista, ex Sub gerente de contenidos de La Red, experta en marketing digital. Directora en www.elmostrador.cl/braga En Instagram @ingridgarces En Twitter @ingrid_garces
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Las estadísticas dejan claro que los niños están dejando de ver televisión abierta. El académico Valerio Fuenzalida levantó la bandera de lucha para crear una señal para los infantes y plantea su importancia en el plan educativo y familiar. Además explica que no bastan las franjas: los pequeños quieren tener una estación las 24 horas y que los represente.


Pedro Pablo tiene 3 años, ya se sabe los números del 1 al 10, los colores en inglés, el abecedario, las vocales, y uno que otro dato de historia. Este pequeño está en el jardín infantil y, aunque estos conocimientos han sido reforzados de cierta manera en el aula, fue mediante los programas como Peppa Pig, Baby Tv y El perrito Doki que aprendió, tras ver una y otra vez los mismos capítulos que lo entretienen y además le enseñan.

Según el informe estadístico anual del año 2016 que elabora el Consejo Nacional de Televisión y que muestra las estadísticas del consumo de televisión de los chilenos, son alrededor de 818 horas, es decir, 2 horas 20 minutos diarias que las personas están frente a la pantalla.

De las 54.592 horas de televisión abierta que se emitieron durante 2016, sólo 1.692 (3,1%) correspondieron a programas diseñados y dirigidos especialmente para niños y niñas menores de 12 años (0,9% para el público preescolar y 2,2% para niños y niñas entre 6 y 12 años). Experimentando una fuerte baja con respecto al año 2015, en el que la programación infantil fue de 2.177 horas (4.0%). Ello se complementa con un 0,7% de espacios diseñados para adolescentes, sumando en total una oferta especializada de 3,8% para el público menor de edad (el año 2015 fue de 4,5%).

Es que hace rato los canales de TV abierta dejaron de lado la programación infantil. Primero, según señalan algunos expertos, por el alto costo de las producciones y lo poco competitivas respecto a los canales de cable especializados en este segmento. Y segundo, porque no son atractivos para las agencias publicitarias y, por lo tanto, no se solventan.

Sin embargo, para Valerio Fuenzalida, experto en televisión infantil e investigador de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica, el problema es cómo se concibe la pantalla chica para los pequeños: “Los niños no están viendo programas para niños en televisión abierta, entonces todas estas ideas de que hay que tener más programas en televisión abierta para ellos, son ideas que no corresponden a sus hábitos. La única solución es tener un canal para niños en televisión digital, que puede llegar a sectores que no tienen capacidad de pago para el cable y a sectores rurales donde no llega el cable. Yo creo que esa es la solución”.

Lo que explica Fuenzalida, escritor del libro La Nueva Televisión Infantil, es que hacer televisión para infantes no es sólo darle algunas horas en una parrilla programática, porque eso no es lo que consumen los niños. Además especifica que lo que se requiere no es una franja, sino que un canal que trasmita las 24 horas del día programación para niños: “Estamos trasmitiendo una ópera, terminamos, y ahora horario de niños, eso no sirve. Los niños están acostumbrados al formato del Discovery Kids, que todo el tiempo está trasmitiendo para ellos, o habituados a Baby TV, que está todo el día y que tienen permanentemente un discurso, una presentación, una identidad que le dice al niño: yo soy un canal para ti”.

Óscar Reyes, presidente del CNTV, señaló que “la oferta de programación infantil ha ido disminuyendo progresivamente en la TV abierta. Hoy, los niños, niñas y adolescentes ven, en mayor medida, telenovelas, seguidas por programas informativos y misceláneos. El consumo promedio de televisión abierta en este segmento es de 1 hora y 7 minutos, y hoy no hay oferta suficiente dirigida a este público propiamente tal, por eso se trasladan al cable y otras tecnologías como el tablet y el celular”.

Es común ver a nuestros niños mirando su tablet o celular, repitiendo una y otra vez los capítulos preferidos de sus programas animados. Es una nueva forma de ver televisión para esta generación, que no debería dejarse de lado, sino que, todo lo contrario. Las audiencias están envejeciendo y la TV debe conquistar, de una u otra forma, a las nuevas generaciones, que cada vez están menos vinculadas a las señales.

Esto explica las cifras en cuanto al consumo promedio de televisión abierta, los niños entre 4 y 12 años vieron, durante 2016, 1 hora y 7 minutos de televisión al día. Solo 1,8% de ese consumo correspondió a programación orientada hacia ellos.

El académico de la PUC manifestó que hay que tomar conciencia y no se debe seguir exigiendo programas infantiles en TV abierta o que el CNTV dicte órdenes, ya que esa idea es de más de 20 años atrás. “Los canales Disney en EEUU han perdido cualquier cantidad de audiencia porque los niños ya están viendo televisión en el celular, en la tableta y en el streaming”. Es por eso que Fuenzalida propone una especie de trasmisión multiplataforma: “Necesitamos un canal para niños que pueda estar en la pantalla, pero también con aplicaciones para bajarlas en el celular y en un tablet”.

Además, reveló que es importantísima la conexión de estos contenidos infantiles con el Ministerio de Educación. “La vinculación es clave y, por lo tanto, el financiamiento también tiene que ser asumido por el gobierno, porque esta es una tarea educativa, que queda en el aula escolar”, explicó.

El Mostrador publicó en julio del 2015, que mientras en países vecinos se fortaleció la televisión pública, creando incluso –como en Argentina– canales dedicados especialmente a los niños, en Chile, por términos comerciales, se optó por reducirla y, en algunos casos, incluso eliminar la franja infantil.

Ximena Muñoz, experta en psicología infantil de la Universidad Católica y presidenta del Primer Congreso de Roscharch y Otras Técnicas en Chile, explicó que la formación de la personalidad y la identidad de los chicos se crea en el vínculo con el otro, y que, en este caso, la TV también se erige como un «otro».

Lo mismo relató Valerio Fuenzalida sobre los contenidos infantiles de calidad. «Estos contenidos deben estar vinculados a la formación y a las capacidades internas que el niño tiene. Es un tipo de TV que al niño lo atrae porque se siente vinculado con sus capacidades y no solamente porque hay colores o tomas inesperadas que atraen su atención. Es un nuevo tipo de televisión, que no solamente entretiene, sino que educa y forma al niño en sus capacidades internas» dijo.

Además, ejemplificó con la experiencia que tuvo: «En Quillota hicimos una capacitación en pre-kinder, kínder y primero básico y uno de los programas que se dio era Peppa Pig donde aprendían a hacer compost en la casa del abuelo que tenía una pequeña huerta. Como estas son actividades constructivistas, a los niños se les pide imaginar qué harían ustedes, qué les gustó de este programa. Los niños fueron llegando a la idea de por qué no hacían una huerta en el colegio, las profesoras quedaron encantadas”. Esto significa que a nivel cognitivo el niño acoge una sensibilidad en torno a la sustentabilidad ecológica.

¿Cómo financiar la TV infantil?

Sabida es la crisis publicitaria que vive la televisión y sobre todo la llamada televisión pública de TVN. Por eso para algunos realizadores y ejecutivos de TV parece descabellada esta misión. Valerio Fuenzalida lleva años estudiando todos los procesos de lo que puede ser una señal infantil y, sobre todo, cómo se puede financiar esta operación.

Este académico tiene muy claro que es el gobierno es quien debe asumir esta responsabilidad como un deber educativo. “Un canal infantil en televisión digital abierta tiene que ser financiado por fondos públicos, no debe tener publicidad porque la publicidad para niños tiene que ver con comida que vuelven obesos a los niños o con juguetes que pueden ser violentos”, expuso.

El financiamiento público debe ser coordinado con el Ministerio de Educación: “Además es un financiamiento que creo que va prestigiar a TVN, ellos deberían ser los operadores de este canal porque van a sentir muy claramente que hay un canal educativo que es confiable, que las mamás pueden dejar a los niños frente a esos canales. Un canal así va a ser claramente percibido como un canal que está al servicio de la familia y de los niños y, por lo tanto, se legitima un financiamiento público”.

La televisión infantil hasta el día de hoy ha sido mirada como una TV para entretener a los niños en el hogar y que descansen. Hoy a través de las ciencias como la neurobiología, la neurociencia y ciencias del desarrollo infantil han ido surgiendo otro tipo de programación para los niños que está mucho más vinculada con la educación, con el desarrollo de las capacidades de los infantes. “Entonces es entretener, pero educando”, explicó el docente.

Otro punto para financiar una señal enfocada en los niños, es la capacitación de realizadores y creativos que hagan producciones que se puedan exportar. “Desarrollemos capacidades en Chile, eso también es parte de un financiamiento que, por ejemplo, a través de CNTV debería afrontarse”. Y agrega que “el consejo puede pedir que los programas que se presenten a concursos tienen que cumplir con estos criterios de capacitación”.

El académico se refiere a que las creaciones de los programas deben ser en diversos en procesos cognitivos de aprendizaje, como Plaza Sesamo, o constructivistas como el Perro Doki o Dora la Exploradora, que invitan a niños a interactuar para aprender de forma divertida.

Una experiencia digna de destacar es lo que sucede con 31 Minutos, que hoy se puede ver en Cartoon Network y se ha convertido en una relación de calidad con varios elementos que en la construcción de su discurso se vuelve atractivo para los niños y también para los padres, por lo que lo transformó en una realización para ver en familia. “Es gente que tiene una visión más lúdica, cosa que importa mucho. También ellos en algunos segmentos captaron muy bien los intereses que tienen los niños en relación a la sustentabilidad de nuestra vida, fueron mostrando todos estos aspectos. Los niños hoy tienen una familiaridad y un interés en la ecología que para mí es sorprendente”, explicó el académico de la UC sobre el fenómeno de los títeres.

El valor de la programación infantil en una señal abierta y que esté conectada a multiplataforma, genera una articulación con el aula escolar y garantiza que los niños la pueden hacer suya mucho mejor. “No es tirar programas al lote y ahí dejamos que las familias se las arreglen. Tenemos una experiencia con varias municipalidades, con escuelas públicas, y las maestras acogen muy bien esto. Por lo tanto, hay una predisposición a que esta forma de utilizar la TV en el aula es práctica y hay motivación por parte de las profesoras”.

La deuda de los gobiernos con la TV infantil

Lamentablemente, según el informe del CNTV, lo que más ven los infantes en televisión abierta son teleseries o programas para adultos. El 24% de los niños que consumen televisión abierta en días de la semana, lo hace entre las 22:00 y la 01:59 horas.

En cinco años la TV infantil en Chile pasó, de ocupar el 13% de la parrilla el 2010 a 7,6 % el 2014, y sigue en descenso.

Paradójicamente los canales más pequeños lideran: UCV TV con un 10,4% es el canal que transmitió la mayor cantidad de programación tanto para preescolares (4,3%) como para niños y niñas de 6 a 12 años (6,1%), con programas como Cantando Aprendo a Hablar, Dora la Exploradora y Patrulla de Cachorros, entre otros. Telecanal se sitúa en un segundo lugar en la programación infantil con 7,7% y programas como La Abeja Maya, Academia de Titanes, Beyblades” e “Iron Kid”).

Cuando se ha hablado de la idea de concebir programación infantil se pensó incluir en algunas franjas del ya mencionado canal cultural, unas horas al día, lo que ya sabemos no es recomendable para los hábitos de los niños. Parece casi una utopía proponer un canal para niños al 100 por ciento, pero Valerio Fuenzalida ya lo ha conversado con el Ministerio de Educación y con TVN. Sin embargo, sabe que a nivel político es un poco más complejo “aquí hay un problema de decisión política, el gobierno no tiene una claridad, uno presenta una propuesta ellos te escuchan y nada más, porque al frente de esta propuesta está el Ministerio de Cultura que dicen nosotros queremos tener un canal cultural y ellos entienden que un canal cultural es lo tradicional. ´Vamos a dar ópera, vamos mostrar conciertos y de repente a las 11 de la mañana franja infantil y después seguimos con otra cosa`. Esta pelea es política y es el gobierno, yo creo que el futuro, el que debe tomar una decisión. TVN y el Ministerio de Educación entienden y apoyan la postura de un canal infantil, segmentados hacia los intereses de los niños, entretenido, educativo, que nos comuniquemos con sus desafíos y aspiraciones profundas”.

Acá hay una nueva forma de educar a los niños mientras más pequeños son más eficientes en la educación. “Cuando esos niños lleguen a la etapa media van a estar mucho más preparados que los niños que actualmente han pasado por parvularia y por básica. Entonces es una inversión que es un beneficio para la calidad de la educación. Vamos a tener mejores niños, mejores educados, con mayor calidad, eso amerita una inversión. Los canales infantiles son baratos, en la BBC el 4% de la inversión total va dirigido la programación infantil porque se repiten lo que no es aleatorio, sino que es un ejercicio cognitivo, ya que los niños aprenden por repetición. Se terminó una generación de niños y puedes repetir parte la programación” manifestó el docente.

Para Elizabeth Gática, madre de Pedro Pablo, el niño que ha aprendido con la tv infantil, es importante y le encantaría que nuestro país tenga sus propios contenidos, “es necesario que aparte de aprender las cosas básicas, también se relacionen con nuestra cultura y tradiciones, y sería súper bueno que eso lo transmitan programas para niños de Chile” relató.

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