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Gordofobia en la publicidad infantil: ¿Estamos criando niños con miedo a la gordura? Crianza

Gordofobia en la publicidad infantil: ¿Estamos criando niños con miedo a la gordura?

Alejandra Valle
Por : Alejandra Valle Periodista, porteña. Conductora de televisión, editora de revistas, con un largo currículum en diversas plataformas de información. Directora en www.elmostrador.cl/braga @siliconvalle
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La semana pasada el poster de una película basada en el clásico de la Blancanieves ponía a la princesa en versión delgada y otra en versión gorda. A su lado la leyenda: ¿Y si Blancanieves ya no fuera guapa? El poster finalmente fue retirado. Pero el daño llevamos mucho rato haciéndolo. Las sicólogas Nerea de Ugarte y Johanna Narr, más la sicoanalista Constanza Michelson, analizan el efecto que provoca este estereotipo en nuestros hijos e hijas.


A mediados de febrero de este año, una portada de la revista Vouge generó controversia porque mostraba a la estupenda modelo curvy, Ashley Graham, junto a seis modelos más. En la fotografía de portada todas calzan hot pants de colores, mientras que los de Ashley son negros. Además la mano de Bella Hadid es tan deformemente larga, que parece estar ahí sólo para tapar el abdomen de Graham, quien a su vez es la única que tiene estirado su propio brazo, al parecer, para tapar su muslo, más grueso que el de las delgadas maniquíes que posan en la playa junto a ella.

La polémica se generó porque esa portada de Vougue demostró que los editores siguen llenos de tics gordofóbicos cuando se trata de elegir las tapas de sus revistas. La gordofobia se define como el sentimiento de repulsión o acentuado malestar contra las personas consideradas gordas, fuera de los patrones estéticos.

Sucede con Adele, a quien suelen poner en un primerísimo primer plano en las portadas. O con otras actrices a las que prefieren fotografiar con hermosos abrigos, que ojalá las tapen. Porque hay que vender. Y pesar de que el público no compra menos cuando hay mujeres con estereotipos diversos en las tapas de diarios o revistas, tanto la publicidad como las editoriales, insisten en asociar la belleza a la delgadez y la gordura a la fealdad.

¿Pero qué pasa si eso sucede en una publicidad para niños? Acaba de pasar con una película que se mostró en el reciente Festival de Cannes y reinterpreta el clásico cuento de la Blancanieves, Red Shoes and 7 Dwarfs (Zapatos Rojos y 7 Enanos). Según sus productores y la protagonista, la película busca combatir los estereotipos. Pero su campaña publicitaria hace todo lo contrario. El poster, que apareció el fin de semana pasado, tiene la leyenda: “¿Y si Blancanieves ya no fuera tan guapa?”, la cual está acompañada de Blancanieves en versión flaca y estilizada (linda) y luego en su versión con kilos demás (ya no tan guapa).

La que levantó la luz de alarma fue la modelo plussize Tess Holliday, quien a través de su cuenta de twitter se mostró indignada con lo que estaba viendo e interpeló directamente a Chole Moretz, quien pone la voz de Blancanieves. “¿Cómo ha sido esto aprobado por un equipo de marketing entero? ¿Por qué está bien decirle a los niños que ser gordo = feo?”. Esta publicidad de la película de Blancanieves fue retirada con disculpas de su productor, pero la verdad es que nuestros hijos están expuestos a mensajes de este tipo a diario.

¿Estamos criando niños gordofóbicos y obesos al mismo tiempo? Para la sicoanalista Constanza Michelson, “esto muestra que a pesar de las buenas intenciones actuales de no transmitirles ciertas cosas a los niños, de todas maneras en la cultura esas cosas se escapan. Lo que dice uno de los productores es que lo interesante de la película es precisamente hablar de la belleza interior, no de esta idea de la princesa que es bella estéticamente. Pero se les escapó en cómo figurar la fealdad. Y se les escapó el estereotipo de la gordura. Se les pasó de largo y demuestra cómo está instalado el tema de los ideales de belleza aun cuando los padres no quieran transmitir esas cosas a los hijos, estamos llenos de eso. Y los mismos padres podemos marcar lo de la gordofobia u otras fobias, a los narigones, los chicos, etcétera. Precisamente el acto fallido habla de esa dificulta porque la película se trata de salir del tema físico”.

“¿Hasta cuándo se sigue poniendo el cuerpo femenino como un espacio de aceptación o rechazo? ¿Por qué el tema de «la belleza» sigue protagonizando las películas para niños? ¿Hasta cuándo vamos a poner la discusión de lo femenino respecto a un estereotipo de mujer? ¿Cómo puede ser que sigamos perpetuando publicitariamente – más aún cuando el público objetivo es NIÑOS- que lo aceptable y lo deseable es la delgadez?”, lanza enojada la sicóloga y activista en el movimiento La Rebelión del Cuerpo, Nerea de Ugarte de entrada. Y explica su rabia con el tema.

“70 millones de personas en el mundo sufren un trastorno de la conducta alimentaria como anorexia y/o bulimia, ¡¡¡70 millones!!! Y la industria, que podría tener el impacto positivo más poderoso para nuestros niños, se encarga de hacer precisamente lo contrario: perpetuar prototipos y mostrar «la no delgadez» como fóbico y víctima consensuada de rechazo social. Me parece irresponsable, triste y, por sobre todo, peligroso que la industria de la entretención para niños tenga a estos «creativos» detrás”, agrega De Ugarte, quien se ha dedicado al tema de la autoestima de las mujeres desde hace años, trabajando con marcas que tratan de cambiar el estereotipo femenino, como Dove o Avon.

[cita tipo =»destaque»] La sociedad avala que quienes sufren de sobrepeso sean cuestionados constantemente, se permite que se debata públicamente acerca cómo un gordo puede cambiar su cuerpo para así lograr ser lindos y felices. [/cita]

Desde ese expertise, Nerea entrega cifras. “El 54% de las niñas en el mundo quiere cambiar algo de su cuerpo… ¡más de la mitad de nuestras niñas! Y en vez de promover a la mujer como un ser integral mucho más que un cuerpo, ponen más presión para mostrar que lo único importante para ser aceptada en esta sociedad es: ser flaca y linda”, termina incrédula.

Johanna Narr, sicóloga clínica en orientación familiar, coincide en espantarse con que este mensaje se haya pensado para un público infantil. “Influye mucho más cuando estos mensajes están destinados a los niños, así como también influyen las imágenes masivas de niños lindos asociados con niños delgados y asociados con niños felices y queridos. No recuerdo héroes o heroínas con sobrepeso. Y si la había, era la excepción. Pero sí recuerdo muchas películas de niños gorditos que eran objeto de burlas o de constantes rechazos en su mundo social”, explica.

Y, para profundizar, agrega: “El sobrepeso hoy en día (esta situación no ocurría cuando yo era niña) está íntimamente relacionado con percepciones negativas de la sociedad, ya sea que sean adultos o niños. Esta sociedad te enseña que lo valioso es lo ágil, lo rápido, lo dinámico, lo saludable, lo “bueno”. Por lo tanto, la lógica lineal inconsciente de nuestro pensamiento nos dirá que todo lo que se asocie a lento, pesado, torpe, poco saludable, será “malo”. Desde ese tipo de rigideces básicas es que la sociedad avala que quienes sufren de sobrepeso sean cuestionados constantemente, se permite que se debata públicamente acerca cómo un gordo puede cambiar su cuerpo para así lograr ser lindos y felices”.

– ¿Hay niños más propensos a transformarse en personas gordofóbicas en su adultez?

– Detrás de la fobia siempre hay temor. En ese sentido, los niños más propensos a ser gordofóbicos serían los niños más inseguros que basan su identidad en su delgadez (y les gusta alardear acerca de ella). Y/o bien aquellos que son propensos a engordar, que tienen problemas con la acumulación de grasa y tienen tanto temor que necesitan bloquear y ahuyentar esa posibilidad de subir de peso, aunque sea un kilo. Son niños que tienden a presentar trastornos de la alimentación. Estos niños gordofóbicos, lo que les dará alivio a su constante ansiedad, será justamente estar rechazando y burlándose de los gordos, ya que de esa manera, en lo profundo están rechazando, burlando e intentando ahuyentar al niño gordo que han reprimido. Si te fijas, ambos son víctimas de una sociedad que tiene valores errados. Pero lo realmente importante después de eso será la manera en que estos niños víctimas traspasan esa etapa: si no lo resuelven, repetirán modelos rígidos, si los resuelven, ayudarán a un cambio de valores en esta sociedad, el cual cada vez se hace más necesario.

– ¿Qué podría pasar con un niño que tiene sobrepeso y está contantemente bombardeado por este tipo de publicidad?

– La relación entre la imagen personal de un niño o niña, que está en proceso de identidad, es decir, descubriendo quién es dentro de esta sociedad, tiene una relación determinante (en términos de consecuencia) con la imagen que tiene esta sociedad acerca de ese niño o niña. Es decir, si los medios de comunicación sabemos que crean una necesidad en los consumidores para generar dependencia y estrechez de consciencia, podemos más o menos captar la importancia que tienen para los niños como definiciones de la realidad, es decir, lo que te dice que está bien o está mal, que es bueno o es malo, de qué se puede hablar y de lo que se debe guardar silencio. Para un niño con sobrepeso cada vez que ve en los medios de comunicación, que son como dijimos, parte importante de la definición de su realidad, cada vez que ve una publicidad donde se asocia lo feo con lo gordo, se vuelve menos querible en la definición de su propia realidad. Así de sencillo y así de cruel.

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