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Valor Empresario: Mario Bustamante, de Instacrops, y su tecnología al alcance del celular que revolucionó la agricultura Emprendedores destacados

Valor Empresario: Mario Bustamante, de Instacrops, y su tecnología al alcance del celular que revolucionó la agricultura

El ingeniero eléctrico de la UCV marcó un hito al desarrollar un sistema que ha permitido salvar de las heladas la producción de pequeños y grandes productores. Actualmente los sistemas de sensores a distancia que desarrolla su empresa, que están enfocados a hacer más eficiente el uso de agua para riego y a controlar las variables climáticas, están siendo utilizados también en Colombia y México. Esta es su historia.


Mario Bustamante relata que, cuando llegó  a estudiar a la Universidad Católica de Valparaíso, descubrió que tenía un talento innato para el desarrollo de circuitos electrónicos. De hecho asegura que pasó días completos encerrado como «rata de laboratorio» para sacar adelante el proyecto de su tesis, consistente en el control a distancia de los parámetros de los contenedores refrigerados que se embarcaban cargados de fruta chilena con destino a Asia.

Fue una tecnología que logró en poco tiempo aplicarse en distintas áreas, hasta que su novia de profesión agrónoma le dio la idea de crear un sistema para el monitoreo de las enfermedades de las plantas. En un comienzo no fue fácil, pero a poco andar logró sacar adelante junto a su socio Jorge Vega -también ingeniero de la UCV- la empresa Instacrops, que desarrolla sistemas para conectar los cultivos agrícolas con sus productores y cuya historia de emprendimiento fue seleccionada este año por el programa Valor Empresario, una mirada diferente de Bci.

«Nosotros, a través del desarrollo de sensores, que desarrollamos nosotros mismos, medimos parámetros de clima, suelo, plantas e irrigación. Todos estos parámetros los metemos a la juguera, por decirlo de alguna forma, y entregamos información concreta al productor agrícola, por ejemplo cuándo y cuánto regar. Entonces si estaban regando 10 metros cúbicos dos veces a la semana, ahora están regando cinco metros cúbicos en el mismo tiempo. ¿Cuál es el impacto? El ahorro de agua y una mejor producción. Entonces en vez de sacar 20 toneladas por hectárea, logra producir 37. Y toda la información es recibida por el productor de forma muy amigable, es como un chat, donde la información llega al celular, por SMS o a través de una aplicación», explicó.

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Y enfatizó: «Nuestro servicio y tecnología nace para poder mitigar dos grandes problemas que tiene la agricultura no solamente en Chile sino que a nivel mundial: por un lado es que cerca del 90 por ciento de las pérdidas, del alimento, son ocasionadas por cambios climáticos; y por otro, que el recurso hídrico es cada vez más escaso. La realidad chilena es que desde el norte, en la Cuarta Región, ya se están peleando por el agua y eso viene acercándose cada vez más al sur, porque los cultivos se están arrancando de la sequía».

Terremoto blanco

Instacrops cuenta actualmente con representaciones en Colombia y México y sus sistemas han llamado la atención en todo el mundo. Curiosamente, fueron las severas heladas que causaron estragos a la agricultura en 2013 las que en buena medida hicieron posible la consolidación de la empresa. Esto, porque después de tocar muchas puertas ofreciendo servicios para el control de las plantas, Bustamente consiguió un cliente importante, la Agrícola Garcés, que es la mayor exportadora de cerezas del mundo, donde asumió el reto de desarrollar un sistema para hacer frente a las bajas temperaturas matinales.

[cita tipo=»destaque»]»Estamos haciendo tecnología en Chile para el agro, que es una de las industrias más importantes del planeta, para que la gente produzca con la mitad del agua; y por otro lado es un aporte social, porque tenemos productores pequeños que generan el sustento familiar, como los hortaliceros, que tienen una huerta de una hectárea y  que antes estaban acostumbrados a perder la mitad o el 100 por ciento; pero con todo esto no lo pierden».[/cita]

«Me acerqué a este productor para descubrir si el problema del que me había hablado mi novia era real, y me dijo que sí, pero que el suyo era un problema más grande que tenía que ver con las heladas. Entonces de a poco fuimos desarrollando prototipos, nos ganamos un Sercotec que era un subsidio muy chico, que nos sirvió para armar una maqueta. La probamos, funcionó y  después esta persona pasó a ser cliente. Nos compró y replicamos en otro campo. Justo para nuestra suerte, ese año fue el ‘terremoto blanco’, hubo una helada muy fuerte el 17 de septiembre de 2013. Para mí fue bueno porque donde nosotros habíamos instalado el sistema  hubo un efecto burbuja, nadie se heló», recuerda.

En ese momento, quienes habían salido airosos del desastre meteorológico contaron su secreto y los medios de comunicación empezaron a llamar a Mario para conocer los detalles. «Me empezaron a llamar de diarios nacionales y regionales, aparecimos en diarios de Bolivia, Argentina, Perú, España, me invitaron a Estados Unidos. De a poco esa atracción comercial fue dando lugar a un equipo de trabajo, y las ventas validaron que estábamos haciendo algo bueno. Me fui a postular a un fondo  más grande, y lo ganamos: 60 millones de Corfo. Con eso contratamos gente, y sacamos marca, página web y diseño».

Actualmente en Instacrops trabajan nueve personas, cifra que podría fácilmente triplicarse en uno o dos años,dado el rápido crecimiento de la empresa.

Aporte sustentable

Si bien partieron fuerte con las heladas, detalló que «hoy día también estamos haciendo riego de precisión, monitoreo de control de las casetas de riego, impulsando proyectos de energía renovable, levantando agua de varios metros de profundidad con paneles  y bombas solares. Es decir, un circuito completamente verde. Entonces, además del tema clima, nos metimos fuerte en el tema riego, que es una problemática mundial».

«Estamos haciendo tecnología en Chile para el agro, que es una de las industrias más importantes del planeta, para que la gente produzca con la mitad del agua; y por otro lado es un aporte social, porque tenemos productores pequeños que generan el sustento familiar, como los hortaliceros, que tienen una huerta de una hectárea y  que antes estaban acostumbrados a perder la mitad o el 100 por ciento; pero con todo esto no lo pierden», precisó.

Full emprendedor

Mario afirma que como emprendedor una de las cosas que  más le costó fue aprender a decir que no. «Muchas veces nos tocó que la demanda era más alta de lo que podíamos producir y tú como buen emprendedor, más allá del tema financiero, es que te late el corazón a 500 y tú dices sí a todos los desafíos. No importa dormir menos, ni alejarte de tu familia y amigos, estás como caballo de carrera, porque vas a mil por hora y estás en el tope de la ola, lo que no es tan bueno».

«Entonces de a poco, y aprovechando la experiencia de un emprendimiento pasado donde decíamos que sí a todo, es que fuimos bajando, dando más estructura y dijimos OK, paremos un poco y démosle más estructura en términos de marca y diseño».

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También sostiene que emprender hoy es mucho más fácil, ya que hay mecanismos de financiamiento que hace solo pocos años, o no existían, o requerían de una larga tramitación.

«Hoy en día tú llenas un formulario en Capital Semilla y te dan 25 millones. Obviamente no los regalan, tu idea tiene que ser buena y debes tener un poco de tracción, algunas validaciones de que realmente lo que estás haciendo es útil, pero si tienes esas dos o tres validaciones ya tienes los 25 millones para echar a andar tu empresa. También está Startup Chile que es la aceleradora más grande de Latinoamérica y la cuarta a nivel mundial. Antes no existía eso y a mí me tocó hacer todo el scouting de puerta por puerta y  reventar tarjetas de crédito. Hay mil facilidades que cuando yo partí no existían. Además que está armado un ecosistema, hay espacios de coworking, muchas aceleradoras de negocios en las universidades. Entonces el entorno está apto para que el que venga de la universidad salga y emprenda».

¿Empresarios?

Finalmente, Bustamante dijo que él, así como otros emprendedores de su generación, ven con distancia las irregularidades en las que se han visto envueltos los responsables de varias grandes empresas en los últimos años y que han desprestigiado la imagen que la opinión pública tiene de los empresarios.

Y aunque cree que se trata sólo de hechos puntuales, sostiene que «nosotros cabemos en un rubro diferente. Esta generación nueva o millenials como le llaman los gringos, que es gente que tiene 35 años o menos, no tiene ese chip de empresario de vender más, de comprar a un menor costo y marginar más, sino que estamos con un tema de causar un impacto ya más irruptivo, de realmente hacer un cambio que sea reconocido a nivel mundial. O sea, el tema financiero para nosotros es una consecuencia; en cambio para los empresarios tradicionales  el tema financiero está antes de cualquier cosa. Para ellos los empleados son números, los profits es lo que más importa en sus reuniones de directorio y para nosotros es al revés».

«Para mí tener hoy día presencia en dos países además de Chile, tener de partner a Cisco, a Intel, al centro I+D de Telefónica que son colosos, son validaciones que son más ricas, como también ser parte de Startup Chile. Son cosas enriquecedoras para nosotros, más allá del término del EBITDA… Es un tema más de actitud que financiero, que es una consecuencia, porque uno no trabaja gratis ni nada, pero es otro enfoque. Sentimos que somos otra cosa.

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