Sustentabilidad
El beneficio de reciclar PET es que, además de dejarlo fuera de la basura y disminuir la cantidad de residuos en el relleno sanitario, se evita importar plástico desde el extranjero como insumo para las industrias locales de reciclaje.
El plástico PET, material con que se fabrican las botellas de jugos, aguas y bebidas es 100% reciclable y puede transformarse en miles de productos, desde nuevos envases hasta hilos para fabricar ropa. El proceso es simple y para los consumidores sólo implica separar el plástico y depositarlo en un Punto Limpio. Desde ahí comienza el ciclo productivo que termina en nuevos productos.
Dentro de los plásticos post consumo o domiciliarios, el 53% de ese plástico que se recicla es PET y el otro 47% está compuesto por polietileno y polipropileno. Para los tres existe capacidad de reciclar dentro de Chile.
Los envases livianos van a una planta de clasificación, donde el PET es separado, incluso por colores, y enviado a fábricas chilenas que producen cajas para fruta de exportación (o clamshells) y bandejas para tortas.
El beneficio de reciclar PET es que, además de dejarlo fuera de la basura y disminuir la cantidad de residuos en el relleno sanitario, se evita importar plástico desde el extranjero como insumo para las industrias locales de reciclaje, que hoy no tienen suficiente materia prima para elaborar sus productos.
Otro eslabón clave en la cadena son los recicladores de base. En Chile existen 60 mil, la mayoría agrupados en el Movimiento de Recicladores de Chile. De ellos, más de la mitad son mujeres emprendedoras, todas con diversas historias: desde las que recolectan botellas en carro, hasta las dueñas de sus propias camionetas y centros de acopio
