Salud
Según la Organización para Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) Chile figura como el tercer país con mayor incremento de la obesidad entre los jóvenes de 5 a 19 años, siendo superado solo Estados Unidos y Arabia Saudita. Aunque iniciativas como la Ley de Etiquetados y programa como Elige Vivir Sano o Heroes del Cambio han contribuido a generar una cultura sobre la alimentación saludable, aún queda mucho por hacer.
En Chile los índices de obesidad son alarmantes, según el último informe sobre obesidad y sobrepeso de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), Chile figura como el tercer país con mayor incremento de la obesidad entre los jóvenes de 5 a 19 años, siendo superado solo por Estados Unidos y Arabia Saudita.
La obesidad infantil y la mala alimentación de los chilenos es un problema donde los expertos asumen que se trata de una situación que no se puede revertir a corto plazo y ha sido catalogada mundialmente como uno de los problemas de salud pública más grande del siglo XXI.
Según evidencia de la FAO y OMS, el sobrepeso y la obesidad pueden llevar a problemas de salud a lo largo de todo el ciclo vital y su desarrollo durante la infancia, a menudo, persiste hasta la edad adulta.
Como adultos, las personas obesas cuentan con mayores tasas de mortalidad debido a que los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes son mucho mayores. Por su parte, los niños y niñas con sobrepeso se exponen a mayores riesgos de desarrollar diabetes tipo 2, hipertensión, asma, trastornos del sueño y enfermedades hepáticas, sin contar las consecuencias psicológicas de la baja autoestima, que pueden derivar en depresión y aislamiento social.
Según un estudio de la Universidad de Chile, el costo económico promedio atribuible al sobrepeso y la obesidad asciende a $455 mil millones anuales, donde cada año fallecen 14.780 personas.
Los costos económicos nacionales aumentarían el gasto total en salud de un 2,4% del presupuesto total en 2016, a un 3,9% en 2030. La velocidad del aumento en los costos directos atribuibles a la obesidad es 4 veces mayor que la de los costos estimados en la población de peso normal.
Además, se proyecta un alza considerable en los costos totales como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) de un 0,5% en 2016 a un 1,5% al año 2030. La misma investigación señala que las personas obesas son 46% más costosas que quienes presentan un peso normal, tienen un 27% más de consultas médicas y presentan un 80% más de gasto en medicamentos.
Chile se encuentra lejos de cumplir las recomendaciones nutricionales y de actividad física que en mayo de 2004 aprobó la OMS como “Estrategia Mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud”.
Según la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario (ENCA) 2010, sólo el 5% de la población chilena se alimenta saludablemente y el 95% requiere realizar cambios a su dieta. La alimentación recomendada incluye 5 porciones diarias de frutas y verduras, comer 2 veces por semana tanto pescado y mariscos como legumbres, 6 vasos de agua diaria y solo un vaso de bebidas azucaradas.
Además, según la Encuesta Nacional de Hábitos de Actividad Física y Deporte 2018, el 19% es activo físicamente y el 81% es inactivo. Lejos de las recomendaciones de la OMS que incluyen un mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa, en el caso de los niños y jóvenes de entre 5 y 17 años; y mínimo 150
minutos semanales de práctica de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, en el caso de adultos y personas mayores.
Luego de que se revelaran los datos de la ENS 2010, el primer gobierno de Sebastián Piñera y la Primera Dama Cecilia Morel implementaron el Programa Elige Vivir Sano, que ha desarrollado distintas estrategias para combatir la obesidad.
Además, se promulgó la Ley de Etiquetados el año 2016. En junio de este año comenzó la tercera etapa de la ley, con mayor límite de nutrientes críticos. Comparado a la segunda etapa, se redujo, entre otras cosas, un tercio más el azúcar y un quinto más las grasas y el sodio.
Los cambios en la industria se han hecho en forma gradual desde que en 2016 comenzó la primera etapa. Así, por ejemplo, en los alimentos sólidos las industrias han tenido que disminuir en 55,5% los gramos de azúcar entre la primera y tercera etapa y en 50% el sodio (de 800 mg/100g a 400 mg/100g).
Recientemente se lanzó además la Estrategia Nacional Cero Obesidad que busca detener el aumento de la obesidad al año 2030, con programas que promueven una mejor alimentación, más actividad física y mayor bienestar.
Además existen iniciativas público-privadas como la campaña Héroes del Cambio, en la cual Jumbo junto a Team Chile han impulsado durante el segundo semestre de este año un cambio en hábitos en más de 800 niños de 18 colegios a lo largo del país.
La iniciativa consiste en talleres de alimentación saludable y deportivos a cargos de destacados deportistas como los primos Grimalt, la pesista María Fernanda Valdés y la atleta Karen Gallardo, quienes han apadrinado colegios para incentivar a los niños a llevar una vida saludable.
“En Chile la obesidad infantil es aún una deuda pendiente, es importante lograr inculcar valores alimenticios a los niños desde temprana edad, pero también incentivar a los padres para que entreguen hábitos de vida saludable a sus hijos”, destacó la nutricionista del programa, Florencia Orphanopoulos.
