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El gigante cráter de Batagaika, el agujero siberiano que jamás podrá cerrarse Cambio climático

El gigante cráter de Batagaika, el agujero siberiano que jamás podrá cerrarse

El cambio climático, específicamente el calentamiento global es el responsable de la creación de este impresionante cráter en mitad del hielo siberiano que sigue creciendo año tras año. Los expertos afirman que es oficialmente imposible que desaparezca por medios naturales y se calcula que se expande de 15 a 18 metros cada año. Su aparición repentina e inesperada hace que tenga el nombre de “la puerta del infierno”.


El cráter de Batagaika es una gigantesca estructura geológica ubicada en Siberia Oriental. Se encuentra a 10 km al sudeste de la ciudad de  Batagai , a 5 km al noreste del asentamiento de  Esek hayya , y a cerca de 660 km al nor-noreste de la capital de  Yakutia , Yakutsk. Tiene 1 kilómetro de largo y 100 metros de profundidad aproximadamente.

Su origen se remonta a la década de los sesenta del siglo pasado, cuando, de la noche a la mañana, los habitantes de Batagai, una ciudad situada en la Siberia oriental (Rusia), encontraron algo inesperado: un impresionante cráter en mitad de la nada. Fue así como le pusieron el nombre de “la Puerta del infierno”.

Un accidente de la naturaleza

Algunos pobladores locales prefieren evitarlo y lo llaman “la puerta al infraundo”, otros “la puerta del infierno”. Lo cierto es que el cráter de Batagaika se ha creado de manera natural y no es solo el más grande de su tipo en esta región de Rusia, sino que también se está agrandando con el tiempo.  Está creciendo tan rápidamente que está descubriendo bosques, cadáveres de animales prehistóricos y registros climáticos históricos de hasta 200.000 años de antigüedad.

Los científicos llevan varios años realizando investigaciones en la zona, considerándola un lugar ideal para el análisis y el estudio. Fue así como descubrieron que la antigüedad del suelo es de 200.000 años y, en el interior del cráter, han conseguido encontrar restos de grandes bisontes o mamuts desaparecidos hace miles de años. Incluso han conseguido ir más allá porque descubrieron que hace 125.000 años la temperatura media en la zona era superior a la actual.

Por otra parte, dentro del gran agujero, un equipo de paleontólogos  ha hallado restos de bisontes, mamuts, caballos, alces y renos que datan incluso de hace 4400 años.

Los primeros científicos que llegaron hasta la zona comenzaron a investigar de qué se trataba este enorme agujero y pronto descubrieron el “misterio” de este impresionante accidente de la naturaleza. Así, los expertos llegaron a la conclusión de que el cambio climático y la deforestación eran los responsables de su creación y afirmaron que es oficialmente imposible que este enorme cráter se pueda cerrar de manera natural.

La formación del cráter comenzó después de que un gran pedazo de bosque se despejara cerca en la década de 1960. Debido a que el suelo ya no estaba oculto en verano, se calentó más rápidamente que antes provocando que el permafrost (suelo permanentemente congelado) se derritiera y el suelo colapsara. Las grandes inundaciones en 2008 empeoraron el derretimiento y contribuyeron al tamaño del cráter.

Un problema en crecimiento

El problema es que el cambio climático no solo no se ha detenido con el tiempo, sino que ha seguido incrementándose con el paso de los años, provocando que la Puerta del Infierno sea cada vez más grande.

La pared del cráter ha crecido un promedio de entre 15 a 18 metros al año. Pero en años de mayor temperatura el incremento ha sido de hasta 30 metros.

La inestabilidad de la región no solo es peligrosa para los locales, también existe la preocupación de que a medida que el agujero se haga más y más grande, expondrá las reservas de carbono que han estado ocultas durante miles de años. Así, a medida que el cráter continúa fundiéndose, estos gases de efecto invernadero podrían liberarse en la atmósfera, provocando un mayor calentamiento.

A medida que se derrite este permahielo, más y más carbono es expuesto a microbios. Estos consumen carbón y producen no sólo dióxido de carbono sino metano, un potente gas de invernadero. El metano atrapa 72 veces más calor que el dióxido de carbono en un período de 20 años y los gases liberados por microbios a la atmósfera aceleran aún más el calentamiento. En resumen, el calentamiento acelera el calentamiento y en el futuro se podrían ver más estructuras como el cráter de Batagaika.

No es un caso único

En Siberia, existen otros siete agujeros. Se encuentran en la región de Yamalo-Nenetsky, al noroeste. Dos de ellos se han convertido en lagos y uno de ellos está rodeado de un anillo formado por 20 cráteres en miniatura.

Diferentes científicos han encontrado varios cráteres en zonas cercanas al círculo polar ártico, concretamente, se han encontrado otros agujeros a pocos cientos de kilómetros de distancia. El cráter de Batagaika es también comparable con otros aparecidos en el norte de Canadá, pero éste es de dos a tres veces más profundo, y además, está situado en una de las zonas más frías del planeta.

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