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Derechos indígenas y desarrollo sostenible: ¿unidos por el conflicto? Sustentabilidad

Derechos indígenas y desarrollo sostenible: ¿unidos por el conflicto?

El desarrollo sostenible en América Latina suele chocar con los derechos de los pueblos indígenas, creando numerosos conflictos en la región. En Chile, el pueblo mapuche -ligado a la tierra- sufre los impactos de la sequía, el aumento de los incendios y la erosión de los suelos, entre otros fenómenos.


Carreteras, puertos y otros megaproyectos amenazan los derechos territoriales de los pueblos indígenas en Centroamérica y América del Sur a pesar de que “sus derechos se han introducido en convenios internacionales y muchos Gobiernos los han aceptado”, dice a DW  Wolfgang Gabbert, sociólogo de la Universidad Leibniz de Hannover. Dicha contradicción se produce porque “los recursos biológicos se consideran como bienes utilizables que deben desplegarse al máximo”, lamentó

Gabbert fue uno de los participantes de la conferencia «Las Américas 2019. Futuro hoy, ayer, mañana», organizada por la Universidad de Bonn que, del 12 al 14 de junio, exploró la situación del continente en diversos aspectos, incluido el medioambiental. “A menudo, el control de las tierras indígenas es cuestionado por los Estados y los intereses privados, y las políticas aún fomentan modelos económicos basados en la explotación de los recursos naturales para la exportación”, criticó.

Así, lamentó que “las poblaciones locales no se benefician de los megaproyectos”, poniendo como ejemplo el ‘Proyecto Mesoamericano’, que propone la creación de numerosas infraestructuras en América Central. “Este tipo de políticas no es de interés para la mayoría de la población”, recordó apuntando el caso de la cancelación de un proyecto hidroeléctrico en territorio indígena en Costa Rica.

Crítico con los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por las Naciones Unidas, Gabbert abogó por una “redefinición” de los mismos y “terminar con el capitalismo”. “Puede ser una utopía pero es una necesidad”, aseguró.

Bonn - Plattform der indigenen Völker in SB48 (DW/J. Alonso)

La plataforma de conocimiento indígena es uno de los hitos de los pueblos originarios que reconoce su sabiduría en la lucha contra el cambio climático.

Doblemente vulnerables

Las poblaciones indígenas son uno de los principales perjudicados del calentamiento global. “El cambio climático genera efectos locales que repercuten directamente sobre las sociedades que dependen de los ecosistemas“, recordó a DW la chilena Rosario Carmona, doctoranda de la Universidad de Bonn y coordinadora del panel dedicado a esta cuestión.

En Chile, el pueblo mapuche sufre, entre otros, los impactos de la sequía, el aumento de los incendios y la erosión de los suelos que “tienen repercusiones sobre la agricultura, los modos de vida, el acceso a plantas medicinales y el desarrollo a la salud”, según Carmona. A  lo que hay que añadir el “estado de vulneración de derechos que se remonta a la ocupación del territorio y el desplazamiento hacia zonas extremas”, hecho que “los deja en un escenario aún más complejo para abordar el cambio climático”. Aunque consideró que éste “acrecienta las desigualdades existentes”, también “es una gran oportunidad de transformar las sociedades, disminuir las brechas y fortalecer procesos democráticos reales donde los conocimientos locales sean valorados”.

De este modo, la investigadora chilena reclamó que se reconozca la voz del pueblo indígena y abogó para que se le tenga en cuenta en temas que le afectan directamente como “las negociaciones climáticas, la administración de sus territorios, la incidencia de las empresas o actividades extractivas”. Asimismo, subrayó algunas soluciones que el colectivo está aportando para luchar contra este reto global como la recuperación de técnicas de agricultura, técnicas de manejo de bosques y un banco de semillas mapuche. “Algo que se da mucho es el intercambio de semillas y alimentos en el orden de preservar los ecosistemas y no explotarlos de manera tan extensiva”, agregó.

Guardianes de saberes

Para Carmona, el mayor aporte de los pueblos indígenas es tener “otra relación con la naturaleza que no se basa en algo cuantificable, el hecho de considerarse parte del ecosistema”. En ese sentido, alabó la tarea “histórica” del pueblo mapuche que con sus conocimientos y prácticas ha contribuido a la conservación de los bosques.

Por otro lado, destaca el trabajo de restauración que llevan a cabo los pueblos indígenas de Guatemala. “Guardan el conocimiento sobre tradiciones y su entorno, conocen la naturaleza y la saben manejar de manera sostenible”, dijo a DW el antropólogo Paul Graf. “En la Sierra del Lacandón usan fuegos pequeños en los campos de cultivo en el bosque para enriquecer el suelo delgado y aumentar la regeneración de la vegetación natural”, subrayó el alemán que abordó el ejemplo maya a través de las casas tradicionales.

“Las comunidades siempre han sido afectadas por el impacto del clima en la península Yucatán, donde se alteran sequías e inundaciones en un espacio tropical”, recordó. No obstante, “la agricultura de tala y quema de árboles, la construcción de grandes reservorios de agua y la casa tradicional ligera que se han conservado hasta hoy pueden ayudarnos a encontrar métodos sostenibles que son más efectivos que las tecnologías industriales del mundo occidental”, consideró.

Igualmente, vinculó la protección del patrimonio natural con el cultural. “Muchas tradiciones están conectadas con recursos de la vegetación natural. Si no hay bosque, muchas tradiciones útiles como la casa maya van a morir”, alertó.

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