Medioambiente
Nunca la humanidad había generado tanto CO2 como en el 2018. Una tendencia que parecía controlada hace unos años, pero que se ha quebrado desde el 2017. Para Greenpeace, el incremento del 1.6% el 2017 y el de casi 3% el 2018 en las emisiones de CO2 demuestra que la creciente demanda global por energía está superando los esfuerzos para controlar las emisiones de efecto invernadero y que se hace urgente apurar el paso y profundizar las medidas de descarbonización.
En un informe dado a conocer por The Global Carbon Project se concluyó que, durante el 2018, las emisiones de dióxido de carbono alcanzaron un récord histórico al alcanzar 37.1 gigatoneladas, lo que equivale a un 2.7% más del CO2 generado el 2017.
El informe generado por 76 científicos de 57 instituciones de investigación en 15 países supone un fuerte golpe medioambiental y una preocupante tendencia que desmorona el optimismo que había reinado entre 2014 y 2016.
Durante ese períod, las emisiones generadas por los combustibles fósiles y la industria -que representan el 90% del dióxido de carbono que genera la humanidad- se habían mantenido estables.
Todo, mientras las economías iban al alza y era, supuestamente, la confirmación de que las mejoras en las economías podían ir de la mano con una contención en la generación de CO2.
“Son muy malas noticias ya que no se termina de consolidar una estabilización y menos una clara tendencia a la baja en las emisiones de CO2. No solo eso, sino que el 2018 registra la mayor emisión de la que se tenga registro en la historia de la humanidad”, dice Matías Asun, director nacional de Greenpeace en Chile.
«Si no reaccionamos de manera mucho más rápida y decidida se acrecentarán las situaciones de fenómenos meteorológicos extremos, alteraciones en los ecosistemas, alzas en los niveles del mar y migraciones masivas producto de afectaciones medioambientales», agrega.
Para la organización medioambiental, el incremento del 1.6% el 2017 y de casi 3% el 2018 en las emisiones de CO2 demuestra que la creciente demanda global por energía está superando los esfuerzos para controlar y limitar las emisiones de efecto invernadero.
Una de las medidas que se necesitan es profundizar las medidas de descarbonización.
En este sentido, hay señales especialmente preocupantes en los incrementos de CO2, como las que se han registrado en países clave, como Estados Unidos (aumentó un 2.5%), China (incrementó un 4.7%) y la India (con un alza de 6.3%).
El estudio del Global Project Carbon da cuenta que los principales impulsores del aumento en la emisiones de CO2 el 2018 fueron la quema de carbón en China e India, cuyas economías crecieron y utilizaron más petróleo en el transporte.
“Llama especialmente la atención el incremento que las emisiones de carbón, el más contaminante de los combustibles fósiles y que había mostrado caídas importantes años atrás. Es una señal de alerta que el 2017 y 2018 se haya incrementado de manera tan importante el uso de carbón», sostiene Asun.
En este contexto, para él «resulta incomprensible, por ejemplo, que iniciativas en Chile como Mina Invierno insistan en una energía que, lejos de potenciarse, debiese ir en clara retirada”.
En la actualidad, el 40% de la electricidad en Chile se obtiene de carbón.
