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Estudio regional desmitifica que millennials estén mal preparados para el mercado laboral o sean poco comprometidos Sociedad

Estudio regional desmitifica que millennials estén mal preparados para el mercado laboral o sean poco comprometidos

«Un factor que influye en cuanto a trabajar es que, si bien los jóvenes son optimistas, declaran enfrentarse a dificultades a la hora de ingresar al mercado laboral como salarios bajos, bajas capacitaciones, alta rotación y una extensa jornada laboral», dice analista. Destacan además las habilidades tecnológicas de los millennials chilenos comparados con el resto de la región, a diferencia del manejo del idioma inglés, las matemáticas y lenguaje.


¿Por qué los millennials deciden estudiar y/o trabajar? ¿Qué hacen realmente los ninis -ni trabajan ni estudian-de la región? ¿Cuáles son las habilidades con la que cuentan los jóvenes? Fueron algunas de las preguntas que se respondieron este jueves en el lanzamiento en Chile del libro “Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar?”.

La publicación es resultado de una investigación que se extendió por casi cuatro años y encuestó a más de 15 mil jóvenes (de entre 15 y 24 años), de nueve países de la región, incluido Chile, y que fue liderado por Espacio Público con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá (IDRC).

En el evento participaron el ministro del Trabajo y Seguridad Social, Nicolás Monckeberg; Verónica Alaimo, especialista del BID; Marisol Alarcón, socia y VP de partnerships de Laboratoria; Bernardo Larraín, presidente de la SOFOFA; y Juan Manuel Santa Cruz, director del SENCE. Asimismo, entre los asistentes, se encontraban la directora ejecutiva de ComunidadMujer, Alejandra Sepúlveda, el presidente ejecutivo de América Solidaria, Benito Baranda y el director nacional del INJUV, Mirko Salfate, entre otros.

“Este estudio aporta muchas cosas fundamentales a considerar para la elaboración de cualquier política pública. Nos encanta alimentarnos de prejuicios y de frases hechas para definir una realidad que tampoco se ha estudiado a fondo. Que se haga este análisis internacional permite conocer tendencias y hacer comparaciones en base a evidencia”, afirmó en la instancia el ministro Monckeberg respecto a la relevancia de este proyecto.

Entre los principales resultados del libro, cuyo capítulo regional fue presentado por el coeditor del libro y economista del BID, Rafael Novella, se encuentra que de los jóvenes encuestados, la mayoría (41%) estudia o se capacita y los ninis (21%), tal como se los ha perfilado hasta ahora, no existen.

Respecto a este último grupo, la coeditora del libro y directora de Espacio Público, Andrea Repetto, quien además moderó el panel de conversación, explicó que “uno tiende a pensar que ellos no hacen nada, pero en este estudio miramos con más detalle sus vidas y nos encontramos con que una proporción muy grande de los hombres están buscando empleo y están en el mundo laboral, desean participar en el sector productivo y trabajar. Mientras, que una parte importante de las mujeres ninis realizan labores de cuidado de otros (niños, adultos mayores y enfermos), y casi la totalidad de estos jóvenes ayudan en las labores del hogar o en negocios familiares”.

En tanto, en Chile las cifras son similares, aunque con un mayor índice de escolaridad: 54% de los jóvenes solo estudia, un 17% estudia y trabaja y un 15% solo trabaja. Mientras que los ninis representan un 14%, siendo el país de la región al que menos jóvenes pertenecen (promedio regional: 21%).

Al respecto, Eleonora Nun, investigadora de Espacio Público y coautora del capítulo de nuestro país, argumentó que los jóvenes «consideran que en Chile existen oportunidades para estudiar para todos, pero que hay restricciones que hacen que unos elijan por estudiar o no».

«Un factor que influye en cuanto a trabajar es que, si bien los jóvenes son optimistas, declaran enfrentarse a dificultades a la hora de ingresar al mercado laboral como salarios bajos, bajas capacitaciones, alta rotación y una extensa jornada laboral», agregó Nun.

Otro de los tópicos que aborda la investigación son las habilidades cognitivas de los jóvenes. En relación al uso de la tecnología, en promedio el 85% de los jóvenes de Latinoamérica y el Caribe tiene destrezas en el uso de tecnologías digitales (exceptuando Haití, con un 55%). Mientras que, en el caso chileno, el 94% tiene facilidad para usar internet, el 93% para usar celular, el 87% de los jóvenes tiene facilidad para usar un computador, y 81% para usar lector de códigos.

Sin duda, las habilidades tecnológicas son las más desarrolladas por los millennials en el país, a diferencia del manejo del idioma inglés, las matemáticas y lenguaje.

Finalmente, entre las principales recomendaciones que entrega el libro para la elaboración de políticas públicas se encuentran mejorar el acceso para el desarrollo de habilidades de los jóvenes, atender la calidad de la educación, en cuanto a enfatizar el desarrollo de las habilidades socioemocionales requeridas por los empleadores, aprovechar los niveles de acceso y habilidades tecnológicas con las que cuentan los jóvenes, mejorar la orientación e información; y fomentar la creación de observatorios laborales y los servicios públicos de empleo.

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