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Alimentación saludable para escolares: cambiar el paradigma Opinión

Alimentación saludable para escolares: cambiar el paradigma

Lilián Borcoski
Por : Lilián Borcoski Gerente de Operaciones Educación de Aramark.
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Los estudiantes en Chile presentan uno de los índices más altos de sobrepeso y obesidad en América Latina, asociado a una vida sedentaria y una dieta basada en alimentos procesados. Enfrentar este desafío no es simple, ya que hay muchos factores que
influyen en las decisiones alimentarias de un menor de 18 años.

Si bien la mayoría del tiempo la pasan dentro de un colegio, los niños de hoy están cada vez más empoderados y tienen acceso a más información. Según la séptima versión del estudio Chile Saludable de Fundación Chile, que se enfocó en la alimentación escolar y
las colaciones, un 74% de los niños siente que su opinión es relevante a la hora de tomar decisiones sobre su alimentación y el 64% elige sus colaciones. Por lo tanto el modelo restrictivo de imponer una elección más saludable a un niño ya no parece razonable.

La pregunta que surge entre la comunidad escolar es cómo abordarlos y motivarlos a tomar sus propias decisiones de manera más saludable. Los encargados de los servicios de alimentación, como Aramark, sólo influyen en el 30% de los requerimientos diarios de alimentación de cada alumno, y el 70% restante queda determinada por el entorno. Por lo que es clave no sólo entregar una alimentación balanceada a nivel institucional, sino también construir entre todos un ecosistema saludable, que asegure una coherencia entre los espacios públicos/educativos y privados/familiares.

Aplicar modelos de atención que utilizamos para adultos, como el caso del sistema de autoservicio, nos permite crear experiencias para los pequeños consumidores. De esta manera son ellos mismos los que pueden elegir de manera autónoma entre las diferentes preparaciones que ponemos a su disposición, mezclarlas de la manera que más les guste y sobre todo decidir por sí mismos la cantidad que desean consumir.

Además de la autonomía, la conexión a internet y el acceso a un celular nos impulsa a ocupar nuevos canales de comunicación con los escolares. Según Chile Saludable, un 57% de los niños entre los 8 y 10 años ya tiene celular y este porcentaje aumenta a más de 80% para los jóvenes sobre 14 años. Por lo tanto se vuelve una necesidad aplicar el uso de apps y tecnología que permite realizar pedidos online, evitando filas y optimizando los tiempos para crear una oferta saludable más flexible y atractiva.

Estas iniciativas muestran el valor de una visión más inclusiva de la alimentación escolar. Nuestro modelo tiene que adaptarse a las nuevas exigencias de los usuarios, y muchas veces lo tenemos más presente en la alimentación para adultos, que en el caso de los escolares.

Es necesario cambiar el paradigma y crear junto a los establecimientos, padres y apoderados un ecosistema saludable, que permita generar un cambio sostenible en los hábitos alimentarios de nuestros niños y dejar de posicionarnos como uno de los países con mayor obesidad infantil en Sudamérica.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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