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La campaña que busca terminar con los catálogos navideños Sustentabilidad

La campaña que busca terminar con los catálogos navideños

Fernanda Vargas
Por : Fernanda Vargas Estudiante de Periodismo en U. de Chile. Intereses en temas medioambientales
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Es usual ver en época de navidad que las tiendas de retail repartan su catálogo de ofertas, desde algunos pequeños trípticos, hasta otros que parecen libros bíblicos por la cantidad de páginas que tienen ¿Es necesario generar esa cantidad de material?


Hace un par de semanas nació una iniciativa llamada #NoMásCatálogos, que busca mediante una petición en la plataforma online Change.org reunir más firmas para hacerlas llegar al Ministerio de Medio Ambiente como una forma de regular el tema.

A la fecha ya tiene más de tres mil adeptos y “es como un llamado de atención a que el ministerio a lo mejor pudiera hablar justamente como con estas grandes tiendas o holdings de empresas”, dice Hernán Inssen, precursor de esta campaña.

Esta campaña se inició en un grupo de amigos que preocupados por la cantidad de papel innecesaria que invadía sus casas en épocas estivales, como el día de la madre, del padre, Navidad o Halloween, “hay un montón de grandes tiendas o de organizaciones que te entregan información que tu no quieres o no buscas, las mandan a tu casa y más encima te tienes que hacer cargo de esa basura que te entregan”, añade Hernán Inssen quien también es dueño de una empresa de reciclaje llamada Hope Chile.

El tema va en aumento. Incluso ya una tienda de retail anunció que sólo tendría catálogos electrónicos. Y es que los impresos no sólo son los entregados a aquellas personas suscritas a diarios y/o revistas, a ellos hay que sumarles los que son repartidos en la calle y en las tiendas. Una tesis de la Universidad de Chile que trabajó con el marketing en catálogos, consideró que en promedio durante los años 2008 y 2009 una empresa de retail realizó 6,1 tipos de catálogos mensuales para ser repartidos.

La cantidad de catálogos que se imprimen en está época según Inssen es cercana al millón y medio, y tan sólo para producir una tonelada de papel o celulosa se necesita la tala de 17 árboles “es cosa de multiplicar 17 por 650 y sale un montón de árboles que estás evitando talar, que se puede traducir en millones de árboles o varios de cientos de árboles al año” asegura el dueño de la empresa de reciclaje.

Pino Radiata: el árbol tras el papel

Para hacer papel o celulosa el árbol que más se utiliza es el pino radiata, según datos de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) “las plantaciones forestales cubren una superficie aproximada de 2,87 millones de hectáreas” y de ese total, “aproximadamente el 68% de esta superficie corresponde a pino radiata”.

Esta especie es originaria de California y desde la década de los 80 aproximadamente varios bosques nativos fueron reemplazados por estos árboles entre las regiones de O’higgins y Los Lagos.

Los pinos radiata tienen la característica de ser una planta pirófila, es que decir que tiene afinidad con el fuego, por lo que los incendios forestales en bosques con árboles con esta condición son más comunes que en nativos.

Además este tipo de árbol, según un reportaje de la BBC produce sequedad en el suelo y en las napas subterráneas, aumentando las probabilidades de incendio. En ese sentido, Hernán Inssen autor de la campaña #NoMásCatálogos dice “si es que se consume menos papel, van a haber menos plantaciones de pino, por lo tanto va a ver menos presión sobre los ecosistemas” .

¿Quién se hace cargo del reciclaje?

Otra de las motivaciones de la creación de la campaña #NoMásCatálogos es la acumulación de papel couché en las casas, y que termina convirtiéndose en basura. El precursor de la campaña, que también es dueño de una empresa de reciclaje explica que “hubo un periodo en donde las plantas de reciclaje no recibían papel de revista o papel couché para reciclaje”.

Una de las razones es que “algunos dicen que el material de la publicación, el tipo de fibra no era muy buena, entonces no se podía reutilizar”.

Además de estos argumentos está el factor económico, el dueño de la empresa de reciclaje cuenta que el precio de compra de este residuo es muy bajo y que a pesar de juntar grandes cantidades, las ganancias no son significativas. “Para los recicladores si bien es harto peso en términos de kilo, no te lo pagan tan bien como residuo, como materia prima para ocuparlo para algún proceso” , dice Inssen, por lo que también es una desmotivación para las empresas recicladoras.

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