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Somos un país de viejos Opinión

Somos un país de viejos

Camila Quinteros
Por : Camila Quinteros Socia Fundadora 60 y Más Consultores
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Antes de finalizar el año, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) nos dijo cuántos somos. Somos 17.574.003 personas en el país, una cifra nada despreciable y que refleja el éxito de las políticas públicas que se han implementado en Chile a lo largo de los años.


Sin embargo, cuando hace unos años se hizo el otro Censo, la crítica apuntaba a que los errores metodológicos impedirían formular políticas públicas efectivas. Ahora, con este nuevo Censo, se supone que las políticas deberían ser efectivas y estar dedicadas a aquellos grupos de personas que más han crecido o que tienen más necesidades.

Y ese grupo, señoras y señores, es nada más y nada menos que el de las personas mayores. Sí. Aquellas personas que tienen 60 y más años y que según este Censo representan cerca del 16% de la población nacional. Es que las cifras que entregó el INE ratifican aquello que los que trabajamos con y para las personas mayores venimos diciendo hace rato: Chile es un país envejecido y hay que generar una serie de condiciones que permitan que los actuales y futuros viejos de Chile vivan la vejez con calidad y dignidad y eso, por su puesto, va mucho más allá de la discusión por las pensiones.

Pero volvamos al Censo. Según el catastro realizado en 2002, había 1.717.478 personas de 60 años y más, correspondiente al 11,4% de la población total, hoy esa cifra subió a 2.850.171, es decir, el 16,2%. Y, tal como lo dijo la directora del INE, Ximena Clark, éste es el grupo que más crece lo que ha modificado la pirámide poblacional debido a que hoy tenemos baja natalidad, baja mortalidad y alta esperanza de vida, es decir, tenemos más viejos y cada vez tendremos viejos más viejos porque viviremos más.

Entonces, dado que el Censo reconfirma que Chile es un país envejecido y que las personas mayores deben ser un grupo prioritario en todos los sentidos, es esperable que las políticas públicas que impulse el nuevo gobierno estén enfocadas los viejos, en la generación de nuevos dispositivos de cuidado, en el fomento al trabajo, en la promoción del emprendimiento, en la educación continua, en servicios de entretención y ocio, en pensiones dignas, en accesos fáciles y expeditos a la salud, en la generación de planes de desarrollo urbano que contemplen la accesibilidad universal, por mencionar solo algunos.

Si, tal como decían los expertos al criticar el Censo anterior por su falta de rigurosidad, las políticas públicas van a focalizarse, tal como sugiere el análisis de las cifras del Censo, en la población adulta mayor, Chile será el paraíso de los gerontolólogos porque es un campo en el que todo está por hacer.

Entonces, junto con formular políticas públicas como sociedad avanzaremos hacia una especie de pacto social en el que todos: mujeres, hombres, niños, jóvenes, chilenos, extranjeros, empresarios, trabajadores, generaremos espacios y contribuiremos con actitud positiva y buenas maneras a la inclusión de las personas mayores y a prepararnos para que cuando nosotros tengamos 60, 68, 73, 86 o 103 años, podamos disfrutar de una ciudad y un país preparado para acogernos y aceptarnos sin diferencias de edad.

Las cifras del Censo nos invitan a asumir el desafío de ser un país de viejos y a ese desafío estamos todos llamados porque la vejez es transversal y democrática: a todos nos llega.

Un abrazo y que tengan un feliz 2018.

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