Uno de los casos más insólitos registrado de manera paralela a la polémica por las 100 notarías nuevas creadas por el Ministerio de Justicia, se dio en la Notaría en Nacimiento, donde dos ministros de de Corte de Apelaciones integraron la terna para ocupar el cargo. Uno de ellos fue nada menos que Jaime Simón Solís Pino, ministro de la Corte de Concepción, precisamente la misma Corte que debía elegir la terna. El otro corresponde a Diego Gonzalo Simpertigue Limare, ministro de la Corte de San Miguel, cuya esposa Gilda Miranda es notario en Curacaví.
Nadie es capaz de calcular el costo simbólico o material para el Poder Judicial y la fe pública que tiene el tema de la designación de notarios. La inconsulta propuesta del Ministro de Justicia Jaime Campos de crear más de cien notarias nuevas en el país ha terminado por poner un foco sobre todo lo que se hace o dice sobre la materia.
Hace pocos días se produjo la designación de varios notarios, entre ellos en Pirque y Nacimiento. En la designación de Pirque se confirmó lo señalado por El Mostrador de que el cargo tenía nombre y apellido desde antes que esa Notaría pasara a ser también Conservador: Ricardo Moyano, hijo de viejos amigos del ministro Campos en Concepción.
Pero donde el sistema mostró su máximo descontrol fue en la generación de la terna para una Notaría en Nacimiento. Ella, que pertenece a la jurisdicción de la Corte de Apelaciones de Concepción, quedó integrada nada menos que por dos ministros de Corte de Apelaciones: Diego Gonzalo Simpertigue Limare, ministro de la Corte de San Miguel, cuya esposa Gilda Miranda es notario en Curacaví, y Jaime Simón Solís Pino, ministro de ¡la misma Corte que debía elegir la terna! Se dice que ese día,por transparencia, no fue a votar al tribunal.
No se sabe qué opina de este juego de influencias la Corte Suprema, pero finalmente en Nacimiento fue nombrada la tercera componente de la terna Mariana Cristina Abuter Game, quien era notaria y Conservadora en Lota, muy cercana del ex senador radical Augusto Parra, correligionario de Jaime Campos, quien aplicó la receta política en el proceso.
