Gonzalo Tapia, sociólogo, cumplió en el pasado labores como asesor estratégico del ex ministro de Energía, Máximo Pacheco (PS) y también fue parte del equipo de colaboradores de la reciente campaña de Ricardo Lagos, para quien ya había trabajado en la segunda vuelta del año 2000.
Ha sido uno de los puntos más débiles de los últimos dos años de actual administración, la ausencia de una buena estrategia comunicacional que le permita a los inquilinos de La Moneda no solo “lucir” los logros del gobierno, sino que además reaccionar de manera eficiente, asertiva y a tiempo ante las diversas crisis -políticas, sociales y climáticas- que ha debido sortear el mandato de la Presidenta Michelle Bachelet.
Los 10 meses restantes son considerados clave, no solo para intentar dar el mejor cierre posible al gobierno de Bachelet, porque La Moneda deberá sortear las fricciones de la carrera presidencial con la derecha y en especial, la tensión que impera en la Nueva Mayoría dividida entre las candidaturas presidenciales de Carolina Goic (DC) y Alejandro Guillier (PS-PPD-PC-PR).
Por eso, la Secretaria General de Gobierno liderada por la ministra PS, Paula Narváez, optó por jugarse una carta de reforzamiento y reclutar como asesor estratégico al sociólogo, Gonzalo Tapia, quien en el pasado cumplió ese mismo papel con el ministro de Energía, Máximo Pacheco (PS) y también fue parte del equipo de colaboradores de la reciente campaña de Ricardo Lagos, para quien ya había trabajado en la segunda vuelta del año 2000.
Además, trabajó con el DC, Marcelo Trivelli, en la Intendencia Metropolitana y durante el gobierno de Sebastián Piñera, compartió oficina – Ekhos- con el actual subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy.
El año pasado, tras la salida del entonces director de la SECOM, German Berger, el nombre de Tapia circuló como una de las alternativas que barajó La Moneda para reemplazarlo, lo que no se concretó y el puesto lo asumió el periodista Francisco Poblete. La razón, explicaron en ese momento autoridades de Palacio, se debió a la orden presidencial de mantener en un segundo plano a dicha oficina como también no hacer variaciones al estilo de trabajo que impuso Berger, que era más audiovisual que político a la hora de establecer definiciones comunicacionales en Palacio.
Debido a eso, la SECOM ha perdido paulatinamente el poder e injerencia que gozaba otrora esa mítica oficina y permanentemente su gestión es criticada a todo nivel en el gobierno, por carecer de directrices político-comunicaciones que alineen y potencien el trabajo gubernamental.
Como la SECOM depende de la SEGEGOB, la llegada de Tapia influirá sí o sí en el rumbo de la oficina. El sociólogo asesorará directamente a la ministra Narváez pero también ayudará a fortalecer la tarea de la SECOM.
