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La sombra del camino propio que ha rondado la previa a la Junta DC

La sombra del camino propio que ha rondado la previa a la Junta DC

Las semanas previas a la Junta Nacional de este 29 de abril, circuló en las filas DC la información que el poderoso consejero nacional, ex diputado y ex timonel Gutenberg Martínez, junto a la ex ministra Mariana Aylwin, efectivamente estaban explorando internamente en la colectividad si “había agua en la piscina” de la falange para pensar más concretamente en el camino propio y que para ello, habrían sondeado –sin éxito- en reservadas conversaciones con distintos personeros de todas las facciones de la colectividad.


Durante todo el debate interno en la DC sobre el rumbo que debe tomar la colectividad en la carrera presidencial, participar en las primarias o ir hasta la primera vuelta de noviembre de la mano de la candidatura de su timonel, Carolina Goic, ha estado la sombra permanente del riesgo que la falange avance un paso más allá, se salga de la coalición oficialista y comience un camino propio.

No por nada, la principal resolución a la que llegó el Consejo Nacional del partido el lunes 24 de abril –después de dos jornadas debatiendo las opciones presidenciales- fue precisamente poner coto institucional a los cantos de sirenas internos en las huestes de la falange que apuntan precisamente en la línea de ese camino propio. Un partido más reducido, casi “boutique”, con menos parlamentarios, más homogéneo y fácil de controlar, cuyo objetivo central sea ser bisagra tanto con la derecha como con la centroizquierda, sin ser parte de esta última.

Las semanas previas a la Junta Nacional de este 29 de abril, circuló en las filas DC la información que el poderoso consejero nacional, ex diputado y ex timonel Gutenberg Martínez, junto a la ex ministra Mariana Aylwin, efectivamente estaban explorando internamente en la colectividad si “había agua en la piscina” de la falange para pensar más concretamente en el camino propio y que para ello, habrían sondeado –sin éxito- en reservadas conversaciones con distintos personeros de todas las facciones de la colectividad.

En la DC no es sorpresa para nadie que el llamado partido bisagra es el escenario ideal para Martínez y para Aylwin, quienes públicamente han evidenciado los últimos tres años su incomodidad en la Nueva Mayoría. Pero son minoría, las exploraciones que habrían hecho recibieron varios portazos, porque de cuajo la mayoría del partido no comulga con la idea del camino propio y entre quienes piensan que puede darse a futuro, consideran que este no es el momento.

Esa exploración, explicaron dirigentes y asesores DC, estuvo siempre destinada al fracaso, porque aseguraron que en el ADN de la falange no está ser una colectividad de elite, porque era una jugada errática previa a la Junta Nacional y porque toda operación donde está Aylwin, genera ronchas internas. La ex ministra no cuenta con representatividad interna, no tiene votos ni apoyos, no tiene conexión con la militancia de base y por ende, tampoco en la Junta Nacional, basta recordar el rechazo transversal que generaron en la DC sus últimas declaraciones cuando dijo que el electorado de la falange sin un candidato propio se inclinaría por apoyar al abanderado de derecha, Sebastián Piñera.

Quienes conocen bien al “Gute” y en especial su forma de operar, recalcaron que era difícil que el ex timonel se lanzara en una “maniobra burda” ad portas de la Junta sabiendo el destino que tendría. Agregaron que su estrategia es más bien a largo plazo, ir pavimentando y cubriendo de legitimidad interna el avance de la DC hacia ese partido de elite, que implica el camino propio.

“Es como la teoría de la rana, si uno la pone en agua hirviendo va a saltar, pero si se pone en una olla de agua fría y lentamente se cocina, no se va a dar cuenta, aquí es lo mismo, el Gute apunta a esa estrategia”, explicó uno de sus colaboradores más cercanos.

No es una estrategia errada, recalcaron en la DC, la que aplicaría “El Gute”, porque estas semanas en el partido han existido fuertes presiones de la militancia, tanto a nivel parlamentario como desde los que están en distintos cargos en la administración bacheletista, precisamente para neutralizar cualquier amague de camino propio, porque eso implicaría dar un paso al costado inmediatamente del gobierno.

Lo que suceda con la Nueva Mayoría después de las elecciones presidenciales es un misterio y otro escenario totalmente distinto, Martínez lo sabe y varios en la falange también: si la coalición pierde el gobierno, si no hay un liderazgo aglutinador, sin la presión por dos años de una negociación electoral, todos con sus escaños ya asegurados, la piscina ahí sí podría tener más agua que ahora.

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