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La incómoda posición del partido del “Presidente”: entre la dureza UDI y la irrupción de Evópoli PAÍS

La incómoda posición del partido del “Presidente”: entre la dureza UDI y la irrupción de Evópoli

Hernán Leighton
Por : Hernán Leighton Periodista de El Mostrador
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Se confiesan más unidos y con mejor manejo para llegar a acuerdos que sus socios de ChileVamos, pero tienen claridad absoluta que ya en este primer mes en calidad de oficialismo, tuvieron que “tragarse el sapo” que significó la designación de Intendentes favorable al gremialismo y ver como la tercera fuerza de la coalición se arrogaba un triunfo ideológico al lograr que La Moneda pusiera urgencia al proyecto de Identidad de Género.


Los números dicen que el actual momento es bastante bueno para Renovación Nacional, especialmente porque después de más de quince años, lograron revertir la hegemonía política que ostentó el partido de los coroneles, la UDI, gracias a la condición de fuerza mayoritaria que hoy tienen en la derecha. Sin embargo, la nueva composición tripartita que tiene la coalición oficialista ahora, más el permanente tira y afloja que se ha instalado entre las  posiciones más conservadoras del gremialismo y los aires más liberales de Evopoli en lo valórico, dejan a la tienda que dirige Mario Desbordes, en una incómoda posición intermedia, eso sin contar que la condición de ser la colectividad del Presidente, Sebastián Piñera, los obliga a una cuota importante de responsabilidad que pasa por no repetir errores de la primera administración y por ende, guardar más silencio cuando no comulguen con las directrices que se definen en La Moneda.

La última ronda de elecciones municipales si bien dejó a RN con cinco alcaldes menos que el gremialismo, el alza de representantes comunales, ediles (63) y concejales (445), fue muy favorable para la tienda de calle Antonio Varas y fue el punta pie inicial de un mayor equilibro interno de las fuerzas en la derecha.  En las parlamentarias del años pasado esa tendencia se consolidó, ya que se hicieron de una bancada de diputados de 34 escaños, mientras que la UDI obtuvo  30 y Evopoli se instaló con otros seis.

Este escenario quebró la lógica de la discusión y disputa por el poder en la derecha, que por casi 28 años se realizó solo entre la UDI y Renovación Nacional, ya que ahora debe considerar a un tercer actor -Evopoli- con voz y voto, que en el poco andar como oficialismo ya ha tensionado más de lo esperado la agenda pública de ChileVamos.

La condición de partido mayoritario no le ha traído a RN la posibilidad de imponer posiciones, como sí lo hizo en muchas ocasiones la UDI, ni tampoco el reconocimiento a través de cargos para sus militantes. Desde La Moneda, si bien en el papel cumplieron con el famoso cuoteo en la designación de Intendentes, cinco para RN y cinco para la UDI, la “letra chica” dice que el desequilibrio a favor del gremialismo se disfrazó con la elección de «independientes», cercanos a los herederos de Jaime Guzmán.

A nivel de gobernadores vine cierta compensación y reconocimiento del nuevo orden de fuerzas internas en la coalición oficialista: La Moneda le dio 24 a RN, 20 la UDI y siete Evópoli, pero a pesar de ello no se quedaron con el “botín de oro” que era la Intendencia de la Región Metropolitana, la más codiciados en términos, ya que le fue entregada Karla Rubilar, una ex militante RN.

A solo días que la administración piñerista se instaló en La Moneda, tanto desde el sector más conservador de la UDI como entre quienes se pelean hoy la mirada  más liberales en la derecha, no dudaron  en mostrar públicamente los dientes y dejar en evidencia la tensión política entre ambas almas del oficialismo, todo ante la sorpresa de RN.  En una  jugada personal, presionada por el efecto que genera en el escenario político el discurso extremadamente conservador de José Antonio Kast, la timonel gremialista, Jaqueline Van Rysselberghe no dudó en intentar pasar por encima de sus dos aliados cuando se puso sobre la mesa el proyecto de Identidad de Género.

A través de decenas de entrevistas y declaraciones, la ex intendenta del Bíobio amenazó a su propio gobierno con llevarlos al Tribunal Constitucional si su opinión no eran escuchada. La UDI buscaba con ello  que el gobierno no tuviese opinión política formal sobre una iniciativa que no fue contemplada en el programa de gobierno, pero que la coyuntura nacional a raíz del premio Oscar que obtuvo la película «Una Mujer Fantástica» y la presión pública que hizo Evopoli, instaló de lleno en la agenda pública.

Tras semanas de discusión pública, el proyecto cuenta con urgencia para su tramitación en en Congreso y Evópoli no desperdició la oportunidad de sacar punta a lo que consideraron un “triunfo ideológico”. Su presidente, Francisco Undurraga, dijo con todas sus letrasen una  entrevista a La Tercera que “esta es la primera confrontación de ideologías en el sector que ganamos y que, indudablemente, tiene el respaldo del Presidente en ese sentido”.

En toda esta disputa RN fue un mero espectador y cuando entró en escena, solo fue un actor secundario en la disputa entre la UDI y Evopoli.

[cita tipo=»destaque»]La condición de partido mayoritario no le ha traído a RN la posibilidad de imponer posiciones, como sí lo hizo en muchas ocasiones la UDI, ni tampoco el reconocimiento a través de cargos para sus militantes. Desde La Moneda, si bien en el papel cumplieron con el famoso cuoteo en la designación de Intendentes, cinco para RN y cinco para la UDI, la “letra chica” dice que el desequilibrio a favor del gremialismo se disfrazó con la elección de «independientes», cercanos a los herederos de Jaime Guzmán.[/cita]

La condición de ser el partido del Presidente es un factor relevante. Comparado con la experiencia del primer gobierno de Piñera, en RN confiesan que no pueden desconocer que el Mandatario ha cambiado su trato con la colectividad, que políticamente se ha acercado más, lo que atribuyen a que ya no está a la cabeza de la tienda quien fuera un factor de crítica y discordia permanente con La Moneda entre marzo del 2010 y marzo del 2014: Carlos Larraín. Es parte de la actual directiva, pero ha optado por replegarse a un tercer plano.

El eje diferenciador

“Si son liberales y no quieren debatir, que se inscriban en Evópoli, sin son conservadores y no quieren debatir, que se inscriban en la UDI”, afirman en estos días en  la vieja casona de Antonio Varas sobre la relación con los otros dos partidos con los que conviven  en el oficialismo. En RN se sienten como una colectividad con «mayor diversidad» que sus socios, que son más moderados, pluralistas y tolerantes que el resto de ChileVamos.

Sobre sus nuevos vecinos en la coalición, Evopoli, en el partido que dirige Desbordes los consideran como “bien liberales en lo valórico», pero que a la hora de ir a lo profundo de la doctrina de derecha, se diferencia poco y nada -agregaron en RN- de la visión que ostenta el gremialismo.

Uno de los pesos pesados que Renovación Nacional tiene como figura política es el  senador, Manuel José Ossandón, uno de los pocos que irrumpe en la tensión entre la UDI y Evopoli, quien juega además a un gallito político permanente con el gobierno de Piñera, logrando en algunos temas que la agenda se incline a favor de su mirada y la de su partido.

Esta semana Ossandón también se anotó un triunfo, aunque más personal que colectivo de  RN, cuando Piñera firmó la ley que amplia la gratuidad para Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales, una de las condicionantes políticas que impuso a fines del año pasado para silenciar sus críticas al actual Presidente y endosarle su apoyo en el tramo final de la campaña electoral.

Ossandón  ha sido de los pocos en RN que ha encontrado su «propia marca», ese eje diferenciador en su coalición, no solo una voz distinta al interior de su partido, sino especialmente una que hace contrapeso a sus pares de la UDI y Evópoli.  En más de una ocasión, el senador ha descrito la tensión interna que hay en ChileVamos como una pugna entre «la derecha social versus la derecha económica conservadora y liberal”, un eslogan que ha encontrado buena acogida en varios de los militantes del partido, pero que sobretodo ha sabido llevar a la práctica con un intenso y largo trabajo en terreno en barrios populares de la zona sur oriente de Santiago, donde ostenta un bolsón de votos.

En todo este panorama, RN la mayor parte del tiempo quedan entremedio de la altisonante y muchas veces atrevida postura de la UDI, y por el otro lado, de Evópoli, que busca reafirmar su lugar en la coalición. En este tira y afloja, confiesan en el partido que en estas semanas lo que se escucha es que se sienten como los convocados a “manejar mejor los acuerdos», a diferencia de sus dos socios que priorizan sus intereses individuales.

Un histórico militante RN aseguró que “no nos interesa ser noticia dividiendo” y otro de sus pares en el partido precisó que “no nos medimos por altisonantes, somos los más grandes”. Saben que están el el meollo de un gallito pero tratan de sortearlo poniendo la cuota de cordura política, en base a que hay claridad interna en  RN que no les queda otro camino, porque al ser el partido del Presidente están obligados a “tragarse los sapos” y agachar la cabeza en más de una ocasión, punto que la directiva nacional tiene asumida, cuando no comulguen con las decisiones de Piñera y La Moneda. Eso les pasó ya con el proyecto de Identidad de Género, ya que el grueso de la bancada era partidaria de no impulsar la iniciativa.

RN tiene un solo gran objetivo político,  dicen, que es doblarle la mano a la historia reciente y eso significa que en cuatro años más no le entreguen la banda presidencial a un adversario, sino que a alguien de derecha, que permita mantener el proyecto político de la actual administración. Reconocen que esta premisa de no repetir lo sucedido en marzo del 2014 es lo que funciona, hasta el momento, como la gran bandera de unidad en el sector y como neutralizador del desorden interno, lucha de egos y de agendas personales que primó en el primer gobierno de Piñera.

El diagnóstico en RN es crudo y sin anestesia sobre sus socios de ChileVamos. Desde el Congreso, aseguran que el mayor defecto político de la UDI es que “son poco generosos” y “que no tienen vergüenza de su actuar con tal de cumplir su objetivo”, estilo que extrapolado a Evópoli, no hay mayores  diferencias. No solo eso, no son pocos los parlamentarios RN a los que “les incomoda trabajar con ellos».

Hay figuras específicas en Evopoli que sacan mas ronchas que otras. Ahí aparece el nombre de Hernán Larraín Matte, quien fue parte del Consejo de Observadores del Proceso Constituyente del gobierno de Michelle Bachelet, es   hijo del actual ministro de Justicia, Hernán Larraín Fernández y de la ex ministra de Vivienda de Piñera, Magdalena Matte. No es visto con bueno ojos, porque lo ven como alguien que busca diferenciarse con la estrategia de denostar a sus aliados, más que resaltar sus propios méritos, lo que hace que en RN no le tengan confianza.

No es un dato irrelevante, si se considera que Larraín Matte corre con altas posibilidades de asumir la testera de Evópoli el próximo 5 de mayo cuando se presente en una nómina de consenso.

No es el único que saca chispas. Las mismas desconfianzas genera el actual senador, y ex candidato presidencial Felipe Kast, por las mismas razones que Larraín Matte.

La interna

En Renovación Nacional es difícil distinguir internamente las distintas corrientes que hay en el partido, como en los noventa y la década del 2000 cuando se dividían entre liberales y duros.  Hoy, más bien se entienden y agrupan a través del peso interna que generan cuatro figuras claves: los senadores Andrés Allamand y Francisco Chahuán, el ministro de Defensa, Alberto Espina y Ossandón, todos con un alto perfil mediático y político y además, siempre  con intenciones de poner su nombre en una papeleta presidencial.

Mientras que Allamand y Espina, dicen en RN, representan una parte del sector liberal, Ossandón como Chahuán hacen lo propio con quienes comulgan con el eslogan de la derecha social.  Un gallito no menor entre quien obtuvo la primera mayoría nacional en las elecciones pasadas (el senador por la V Región) y quien presentó más de 360 mil sufragios en la primaria presidencial de Chile Vamos (Ossandón).

Las próximas elecciones de RN están estipuladas para el mes de noviembre, donde no se descarta que Desbordes se repostule, considerando que asumió la presidencia por mandato del Consejo General para completar el tiempo que le restaba a Cristián Monckeberg, que fue nombrado ministro de Vivienda.

Si bien aún no hay luces de una disidencia real, los nombres que señalan esperan intenten llegar a la testera de RN se repiten, Allamand y Chahuán, sin que éstos hayan expuesto formalmente su carta de intenciones

 

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