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La fallida estrategia del Frente Amplio en su debut como oposición de pantalones largos PAÍS

La fallida estrategia del Frente Amplio en su debut como oposición de pantalones largos

Macarena Segovia
Por : Macarena Segovia Periodista El Mostrador
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Ha sido un mes de estreno arduo, porque las disonancias internas no solo se hicieron públicas, sino que también la asistencia a la mesa de Infancia convocada por el Gobierno fue casi un drama de tensiones para el conglomerado, lo que se adueñó de la agenda frenteamplista. Conscientes del error, ahora buscan retomar el rumbo con iniciativas de ley propias, como la reforma al Tribunal Constitucional y la discusión de la Ley de Eutanasia, temas que generan más unidad en el sector y con los que esperan no seguir cayendo en el juego de la derecha ni perderse en la contraposición con la ex Nueva Mayoría.


El Frente Amplio (FA) ha tenido un «caótico» primer mes como oposición, según describen desde el propio bloque emergente. Los hechos hablan por sí solos, porque a pesar de que se ha visto un grado de coordinación en el Congreso en torno a la creación de comisiones investigadoras, como la que se formó por la Operación Huracán, lo cierto es que, instalados en el Parlamento con una bancada nada despreciable, no supieron manejarse pública ni políticamente ante la estrategia que puso sobre la mesa el Gobierno de Sebastián Piñera con la invitación a generar acuerdos nacionales en cinco áreas claves y respecto a instancias prelegislativas. No solo eso, todo este episodio dejó en evidencia las tensiones internas y los “vacíos” que tienen en la nueva coalición sobre el tipo de oposición que quieren ser.

Mientras desde Revolución Democrática (RD) y el Movimiento Autonomista (MA) se mostraron abiertos a asistir a los espacios convocados por La Moneda, principalmente a la Comisión de Infancia, en la cual están los diputados Natalia Castillo (RD) y Gabriel Boric (MA), otros sectores, como el Partido Humanista (PH), criticaron dicha posición y realizaron “una fuerte oposición interna”.

El punto es que las críticas se levantaron a pesar de que la mayoría de las organizaciones del conglomerado habrían estado de acuerdo con el diseño inicial de “asistir a las instancias (comisiones) y tensionar hasta bajarnos”, como reconoce un miembro de la mesa nacional del FA.

Una jugada que hasta el momento no habría resultado, no solo porque el Gobierno ya ingresó al Congreso parte de las iniciativas en materia de infancia, sino porque las «presiones y acciones» realizadas por los parlamentarios del FA no lograron ser debidamente visibilizadas. Por ejemplo, tras una serie de cuestionamientos por parte del diputado Boric, el Ejecutivo le quitó la suma urgencia a la iniciativa que aumentaba en un 25% la subvención para los centros privados, pero el hecho –reconocen en la coalición– «no tuvo una gran repercusión pública y que era clave”.

La discusión de ir o no ir a las mesas se tomó la agenda pública y política del FA, lo que frenó y eclipsó otras iniciativas legislativas impulsadas por el bloque, como la comisión investigadora por el sonado Caso Huracán y el proyecto que busca reformar el Tribunal Constitucional (TC). La dirigenta de Nueva Democracia, Marjorie Cuello, reconoce que “para nadie es un secreto que nuestra instalación en general ha sido compleja” y, si bien agrega que “las descoordinaciones existen”, precisa que las considera propias de un período de ajuste, “no creo que haya que dramatizar eso”.

Pero la tensión existió y llegó a tal punto que la mesa nacional del FA tardó dos semanas en sacar una postura oficial respecto a la convocatoria gubernamental, en la que detallaron que “el Frente Amplio, como coalición heterogénea y en proceso de dotarse de institucionalidad interna, tiene el legítimo derecho a construir posiciones unitarias frente a algunas coyunturas, y a respetar la posibilidad de disentir en otras”.

El presidente del PH, Octavio González, reconoció que “en la mesa nacional del FA faltó tiempo para la reflexión y buscar un acuerdo conjunto”.

En el conglomerado admitieron que “existen posiciones contrapuestas en nuestra alianza”, razón por la cual no actuarán como un bloque único y cada partido tiene libre albedrío en la materia. “La asistencia de miembros de Revolución Democrática y Movimiento Autonomista responde a las posiciones de tales partidos y es reconocida como legítima por el Frente Amplio en su conjunto”, recalcaron en un punto de prensa la semana pasada.

Una postura oficial que llegó “a lo menos tarde”, según dirigentes del FA, y que sería el reflejo de un proceso que aún no ha logrado cuajar, el definir qué tipo de coalición quieren ser, más allá del concepto “dialogante”, recalcan.

Para el secretario general de IL, Lucas Cifuentes, el conflicto por las comisiones del gobierno “fue una reflexión mal llevada, pero que nos permitió aprender que debemos ser más ágiles y no perder la iniciativa política. Hoy día el gobierno está desplegando una agenda restauradora –muy en línea con la derecha latinoamericana– y el Frente Amplio es la única posibilidad de superar los parámetros neoliberales que esa agenda representa. Si el FA se queda estancado tratando de entender lo que pasa, nos pasan por encima”, apunta.

Desde la bancada de diputados admiten que la estrategia de Piñera los tomó por sorpresa. “El Frente Amplio estaba más preparado para un Gobierno que nos ninguneara, a uno que nos invitara a su mesa a hacer trabajo prelegislativo. En ese sentido, creo que nos tomó de sorpresa, sobre todo pensando en la pésima gestión política del Gobierno anterior de Piñera”, indica el diputado de RD, Pablo Vidal.

Agrega que “también nos ha tomado por sorpresa que este Gobierno haya tomado banderas nuestras como la gratuidad en la educación, la infancia o la identidad de género” y que como “hay muchas personas que sienten esperanzas de lo que pueda hacer el Frente Amplio, nuestra obligación es dialogar con todos los actores para construir acuerdos que beneficien al pueblo de Chile, y si el Gobierno retrocede en derechos, como lo hizo en el aborto en tres causales, seremos la oposición más férrea”.

El quiebre

La relación del Frente Amplio con el Partido Comunista (PC) y el Partido Socialista (PS) ha sido otro punto bajo la lupa, debido a que es visto como un eje estratégico de tensión con la ex Nueva Mayoría y también en vista de una posible alianza para las próximas elecciones municipales del 2020.

El PC y el PS optaron por restarse de las instancias de Infancia y Seguridad, mientras que algunos parlamentarios del FA optaron por asistir, un descuadre que habría significado un verdadero “golpe” a la estrategia frenteamplista, ya que quedaron alineados con el PPD y los radicales, a quienes consideran “actores secundarios” en el rearme de la oposición.

[cita tipo=»destaque»]Y es que cada organización estaría remando para su lado. Por un lado, estaría la posición de RD de “ser el Ricardo Lagos del frenteamplismo, con el discurso de las instituciones, son el partido del orden del FA”, indica un dirigente. Mientras, el Movimiento Autonomista apuntaría a ser “la oposición por diferenciación de la Nueva Mayoría” y ahora no se podrían bajar de las mesas del Gobierno, porque “sería seguirles el camino al PC y al PS”. Además, estarían aquellos que se niegan a un diálogo “porque sí”, muestra de lo cual sería la postura mostrada por el Partido Humanista, que cargaría con “un trauma histórico con la Concertación” y estaría netamente por el “camino propio del FA”, explica otro dirigente. [/cita]

Un punto que generó tensión en la denominada “bancada estudiantil”, principalmente entre las diputadas comunistas Karol Cariola y Camila Vallejo con Boric. La discusión quedó plasmada en un duro intercambio en Twitter, luego de que Cariola señalara que el Presidente Sebastián Piñera “montó tremenda parafernalia con su Mesa de Infancia con Gabriel Boric incluido”. El diputado del MA no tardó en responder: “La gracia del espacio de trabajo es que los proyectos de ley se presenten después del debate que allí se dé para poder priorizar en conjunto con sociedad civil. Si ustedes no quieren participar ok, pero no torpedeen diálogo de quienes sí queremos (donde además hay PPD y PR)”.

Una respuesta que, según fuentes del FA, habría generado “una tensión innecesaria”, más cuando se han levantado trabajos en conjunto con los comunistas.

Pero la pelea en redes sociales no quedó allí, porque Vallejo apuntó directamente a la falta de colaboración del FA en el Gobierno de Michelle Bachelet. A juicio de la diputada, genera dudas el hecho de que Boric no estuvo dispuesto “a llegar a acuerdos” en el periodo anterior y “ahora lo hacen con un Gobierno sin visión de DDHH, como muestra su política migrante y trato a niñ@s trans” e hizo hincapié en que la iniciativa de Piñera excluye a la sociedad civil.

Desde el Frente Amplio destacan que este conflicto no es representativo de todos los acuerdos que han logrado como bloque con el PC, puntualizan que la discusión fue un “arranque” de Boric y que no fue bien visto por el resto de la bancada. Desde el Partido Comunista, en tanto, reconocieron que esto constituyó una “pasada de boleta” que llevaba tiempo guardada y que este rol “convocante y conciliador” del diputado del MA ha causado molestia por el “doble discurso con el Gobierno anterior”, ya que no olvidan que, no obstante que diputados como Giorgio Jackson y Vlado Mirosevic “muchas veces respaldaron iniciativas de la Nueva mayoría, Gabriel (Boric) siempre fue el díscolo”. Esa es la razón por la que su actual posición es considerada “a lo menos, desconcertante”.

Para Cifuentes (IL), “ese tipo de polémica son muy menores” y destaca que “el PS y el PC están en un momento crucial que marcará su rol durante los cuatro años que quedan”, porque deben definirse entre “compartir una agenda antineoliberal clara y explícita (que es la agenda del FA) o seguir intentando desplegar una alianza que fracasó política y electoralmente, y que terminó entregando el Gobierno a la derecha”.

Una línea de acción que estaría dando algunas luces. Desde el Frente Amplio destacan que existe un trabajo en conjunto con el PC, que hasta lograron parar una comisión ciudadana en materia de seguridad pública, la que fue impulsada por las diputadas Maite Orsini (RD), Camila Vallejo (PC) y Gael Yeomans, de Izquierda Libertaria. Además, recalcan que, pese a que en la Comisión de Seguridad de Piñera también participa el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, su asistencia responde a un mandato del Concejo Municipal y “los parlamentarios que podrían haber sido convocados no querían asistir”, detallan.

Esta fórmula de la “comisión ciudadana” con los comunistas podría replicarse en otras temáticas para las que convoque el Ejecutivo y que no cuenten con el respaldo de diputados frenteamplistas. Lo que marcaría una línea de acercamiento con el PC distinta a la del resto de la oposición, aunque desde la mesa nacional del FA son enfáticos en señalar que “ninguno de estos acuerdos” puede cambiar el hecho de que con los comunistas “estamos en domicilios distintos”.

Con el PS la mirada es otra. Lo ven como un factor clave en el tensionamiento del antiguo bloque gobernante y para evitar que se rearme el eje histórico con la Democracia Cristiana. Plantean que “al FA le ha faltado más audacia en ese tema” y que actualmente “no hay canales claros de información”, porque aseguran que el hecho de que el presidente del partido, Álvaro Elizalde, sea “amo y señor del PS, o al menos, en la dominación de la bancada”, genera un cuadro complejo que debe ser abordado por el FA.

El vacío interno

Estos episodios reflejan algo mucho más profundo: que la razón de esta falta de concordancia al interior del FA residiría en un vacío respecto a la forma, táctica y estrategia de ser oposición. Desde el conglomerado explican que no han habido instancia para dar dicha discusión, “que es mucho más profunda que asistir o no a unas mesas”. Esta falta de estrategia y la pluralidad interna han marcado la visión, no solo en materia de política exterior –como en las críticas por una reunión (de algunos sectores) con el kirchnerismo en Argentina, o las tensiones respecto a los regímenes en Cuba y Venezuela–, sino también por la posición que tendrán con el Gobierno de Piñera.

“Son discusiones que no se han dado nunca, ni tampoco sé si se van a dar. Se puede instalar un gran bloque de oposición o se puede decir que la oposición será la liderada por el FA, pero cada lote tiene una idea”, indican desde la coalición.

Y es que cada organización estaría remando para su lado. Por un lado, estaría la posición de RD de “ser el Ricardo Lagos del frenteamplismo, con el discurso de las instituciones, son el partido del orden del FA”, indica un dirigente. Mientras, el Movimiento Autonomista apuntaría a ser “la oposición por diferenciación de la Nueva Mayoría” y ahora no se podrían bajar de las mesas del Gobierno, porque “sería seguirles el camino al PC y al PS”.

Además, estarían aquellos que se niegan a un diálogo “porque sí”, muestra de lo cual sería la postura mostrada por el Partido Humanista, que cargaría con “un trauma histórico con la Concertación” y estaría netamente por el “camino propio del FA”, explica otro dirigente. A pesar de esto, el presidente del PH expresa que no ha “leído, ni escuchado críticas, sería raro, pues nosotros no somos los que fuimos a La Moneda”.

Una ausencia que estaría jugando en favor de la derecha, aseguran desde la ex Nueva mayoría, desde donde criticaron la creación de la comisión investigadora del CAE, la que apuntaría directamente a romper con la imagen de ex presidentes como Lagos, reclamaron desde el PS. Una comisión que fue respaldada por la derecha, pero también por la ex Nueva Mayoría, razón por la cual desde el FA intentaron poner paños fríos y evitar que la “derecha coopte el espacio”, aunque “la ex Concertación debe cargar con sus grandes errores y el CAE es uno de ellos”.

Por su parte, la diputada de Poder, Claudia Mix, manifiesta que “a un mes de estar instalados como fuerza en el Parlamento, no tenemos excusas para seguir cometiendo errores no forzados y, por tanto, debemos aprender a trabajar colectivamente, poniendo el proyecto político y el programa de muchos por sobre las diferencias, legítimas, que nuestras fuerzas tienen”.

En cuanto a si el FA ha logrado ser una verdadera oposición para el Gobierno de Piñera, hay posiciones encontradas. Para Cuello (ND) este objetivo se ha logrado, aunque “claramente no es lo mismo ser oposición a la derecha que a la Nueva Mayoría”, pero enfatiza que el nuevo conglomerado tiene “potencial para ser una verdadera oposición y ordenándonos deberíamos aprovecharlo al máximo”.

Por su parte, Cifuentes opina que aún no logran constituirse como oposición: “El FA está muy pasivo en lo que respecta a poner encima de la mesa, de cara al país, a las organizaciones sociales, a la ciudadanía un proyecto que en el período de campaña supo exponer muy bien. Hoy tenemos que traducir eso que en un momento fue promesa electoral, en agenda de cambios, movilización, legislación y construcción colectiva de un Chile posneoliberal”.

Una línea similar sigue Mix, quien señala que “aún no hemos tenido la capacidad de contrarrestar con la fuerza necesaria a Piñera”, aunque destaca que no creen que “desde el Parlamento se gestará la oposición a Piñera, la oposición debe ser política y social, por tanto, debemos dejar de parlamentarizar las discusiones y ponernos a fortalecer desde el FA”.

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