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Campos fusila a Bachelet por indecisión sobre Punta Peuco Aseguró que al firmar el decreto se pasaría a llevar «la conciencia, los valores y el respeto a la Constitución»

Campos fusila a Bachelet por indecisión sobre Punta Peuco

El ex ministro de Justicia y Derechos Humanos, quien se negó a cumplir la orden presidencial de trasladar a los presos de Punta Peuco a recintos penitenciarios comunes, rompió el silencio a través de un video enviado a la comunidad masónica, donde explicó que el decreto que le pedían que firmara podría ser ilegal, además de tener solo un propósito político comunicacional. «No me iba a prestar para empañar la tradición republicana del cambio de mando», sentenció.


Michelle Bachelet ya lleva una semana como ciudadana, pero las críticas por no cumplir con cerrar la cárcel Punta Peuco todavía siguen. Uno de los principales involucrados en la orden que no se firmó fue el saliente ministro de Justicia y Derechos Humanos, Jaime Campos, quien se negó dos veces a poner su rúbrica –una el sábado y otra el mismo domingo, horas antes de la última foto presidencial– para transformar la prisión en un exclusivo recinto para enfermos terminales o en situación vulnerable.

Campos quedó en el ojo del huracán tras negarse a hacerlo. Incluso él mismo indicó en la reunión que los reclusos de Punta Peuco ya calificaban como enfermos terminales. Mantuvo silencio durante una semana, hasta ahora, ya que a través de un video dirigido a los masones, hermandad a la que pertenece y de la cual pretende ser Gran Maestro, tocó el tema, destrozando a Michelle Bachelet por su indecisión con respecto al cierre del penal.

«Cuando asumí el Ministerio de Justicia, en octubre del 2016, le planteé a Bachelet la necesidad de adoptar una resolución sobre Punta Peuco. En esa ocasión, me advirtió que era una materia muy compleja, que contenía aristas militares, judiciales, y por eso me dijo que la decisión se tomaría más adelante», comenzó a argumentar. «En seis ocasiones le dije que adoptáramos una decisión. Incluso, como ministerio, le planteamos dos o tres alternativas válidas y del punto de vista viables para encontrar una solución sobre la materia. Pero nunca tuve respuesta sobre ello», prosiguió.

Campos agregó que en «enero fue la última vez que hablamos sobre el tema. Ahí le indiqué que los plazos para cualquier medida que quisiéramos adoptar se estaban acortando o acabando. Hasta el último día el Gobierno nunca me entregó ninguna información».

Pero todo cambió el último fin de semana. Entre sábado y domingo, Bachelet le pidió que firmara el documento que «cerraría» Punta Peuco. Pero el ex ministro defendió su postura. «No iba a producir efecto material alguno. Me parecía solo una maniobra comunicacional efectista y a la que yo no me prestaba. Desde el punto de vista jurídico, la proposición que me estaban haciendo adolecía de errores que lo podían transformar en un documento ilegal. A horas del proceso de transmisión de mando, un acto de esta especie lo único que iba a lograr era empañar lo que ha sido la tradición republicana en materia de cambio de mando y, con el propósito de evitar ese bochorno, me negué a hacerlo», indicó.

«¿Puede alguien obligarme a ejecutar actos que violenten mi conciencia y violenten la Constitución y las leyes? En los más de 40 años de permanencia en la masonería chilena, he aprendido que en la vida hay que comportarse en función de tres parámetros: la conciencia, los principios y valores que profesamos, y el respeto a la Constitución y la ley. Y si alguien me plantea ejecutar un acto que violenta mi conciencia, que transgrede mis principios y valores o que importa una marginación a la Constitución y a las leyes que hemos jurado respetar, tengan la seguridad de que yo jamás lo iba a realizar», sentenció.

«Nunca he pretendido amparar a los violadores de DDHH, como algunos sostienen. Al contrario, durante un año y medio, traté y encontré respuestas para darle solución a esa materia. Sin embargo, quienes debían tomar las resoluciones políticas pertinentes, en el momento oportuno no lo hicieron, y de ahí es que no podía aceptar tratar de ejecutar un acto a sabiendas de que era ilegal y a sabiendas de que solo tenía un propósito político comunicacional y que empañaría groseramente el proceso de transmisión de mando», finalizó, enviando un saludo a sus hermanos masones.

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