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Intriga vaticana: la carta del Papa que se convirtió en una bomba previo a su llegada a Chile

Alejandra Carmona López
Por : Alejandra Carmona López Co-autora del libro “El negocio del agua. Cómo Chile se convirtió en tierra seca”. Docente de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile
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Siempre supo todo. Existía la posibilidad de llevar adelante un plan de año sabático para algunos obispos ligados a Karadima; sin embargo, no prosperó. Esto contenía la carta que el Papa envió a los miembros del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal chilena a finales de enero de 2015 y que se conoció a fines de la semana pasada. Uno de los personajes mencionados en la misiva de Jorge Bergoglio es el nuncio apostólico Ivo Scapolo, quien tiene importantes vínculos con los Legionarios de Cristo –grupo al que están vinculadas algunas de las familias más poderosas de Chile–, además de ser cercano a Angelo Sodano, el amigo de Pinochet y decano del Colegio Cardenalicio en el Vaticano.


El martes de la semana pasada la Conferencia Episcopal intuyó la bomba que se le venía. Dos días después, The Associated Press (AP) revelaría una carta firmada por Jorge Bergoglio, fechada el 31 de enero de 2015, donde quedaba claro el plan del Vaticano para tratar “tácticamente” a los obispos chilenos vinculados a Fernando Karadima, entre ellos, el obispo de Osorno Juan Barros.

Ese martes ya tenían en sus manos las preguntas de la periodista de AP que firmaría la nota. “Ese día incluso hubo un telefonazo con el Papa, debido a lo grave de la situación, y él pidió que los obispos no se refirieran al tema. Incluso fue un problema exponerse en la proclamación de Sebastián Piñera como Presidente electo, ceremonia que era ese martes”, comenta una fuente de la Iglesia católica.

De hecho, después de la publicación de AP, la Conferencia Episcopal solo confirmó la veracidad de la misiva por medio de algunas palabras en Twitter el viernes pasado.

La carta contenía párrafos claros respecto a la situación de sacerdotes cuestionados. «Muchas gracias por manifestar abiertamente la inquietud que en estos momentos tienen respecto al nombramiento de Mons. Juan Barros Madrid. Comprendo lo que me dicen y soy consciente de que la situación de la Iglesia de Chile es difícil debido a todas las pruebas que han tenido que soportar», es uno de los párrafos que escribió el Papa respecto al actual obispo de Osorno.

El 31 enero de 2015, según la carta, el Papa tenía absoluta claridad respecto a la importancia del hecho de quién era Barros para la comunidad osornina, que ya llevaba 15 días de protestas desde su nombramiento.

Pero a Bergoglio se lo habían repetido hasta el cansancio, una y otra vez.

Las contradicciones del Papa

La carta del Papa generó un importante movimiento al interior de la Iglesia católica, porque hay obispos que no conocían su existencia. El único que la compartió y comentó en detalle cuando llegó a Chile, vía correo electrónico, fue el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh). La misiva le llegó al secretario Cristián Contreras, pero fue conocida por los cinco miembros del comité: Ricardo Ezzati, Alejandro Goic, Fernando Chomali, Cristián Caro y el propio Contreras.

Antes de que Juan Barros asumiera como obispo de Osorno, el arzobispo de Concepción, Fernando Chomali, viajó a Roma a juntarse con el Papa para tratar este tema. Fuentes que conocieron el diálogo señalan que Chomali intentó detener el nombramiento y que el Papa, sin vacilar, le habría ordenado aceptar la ratificación del cuestionado obispo.

–Toma un lápiz y anota –le dijo el Papa enérgico a Chomali, según comentan.

Acto seguido y después que el arzobispo se sentara a escribir, Francisco le dijo: “Número uno, la Iglesia va a nombrar a Barros como obispo de Osorno”.

Desde entonces, todos supieron que el máximo jerarca de la Iglesia católica no daría pie atrás. En octubre de ese mismo año, un video dio vueltas por la redes sociales en Chile. “Osorno sufre por tonta”, expresó Francisco en esa grabación, generando la ira de los fieles de Osorno, que ahora tomaron buses para manifestarse en contra del Papa en su visita a Santiago.

“El Papa siempre supo de la resistencia a Barros”. De hecho, la carta dirigida a los miembros del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal, en enero, no fue casual. Todos los miembros de dicho comité le habían comentado, en mayor o menor medida, acerca de la resistencia que generaría su nombramiento.

En el video, el Papa dijo que Osorno sufría por tonta y, también, hizo hincapié en un concepto que al interior de la Iglesia hace sentido, sobre todo en las propias contradicciones de Jorge Bergoglio: apeló a que la resistencia en Osorno tiene que ver con un plan de los “zurdos”, un concepto que –según algunas fuentes de la Iglesia– fue reforzado en privado por el nuncio Ivo Scapolo.

[cita tipo=»destaque»] En el círculo más cercano al nuncio Scapolo está el obispo de San Bernardo, Ignacio González Errázuriz, de la prelatura del Opus Dei. A comienzos de 2014, bajo el título «La vida es un regalo de Dios, en tus manos está defender sus derechos», se realizó una jornada por la vida, donde uno de los organizadores era el Hospital Parroquial de San Bernardo, que sigue la línea del opusdeísta. La ceremonia tenía entre sus participantes a González Errázuriz y también a Scapolo. Para todos es conocido que en varios temas el nuncio ha sido un buen aliado para González.[/cita]

El poder de Scapolo

Uno de los personajes mencionados en la carta del Papa es el nuncio apostólico Ivo Scapolo. En la misiva enviada a fines de enero, Bergoglio señalaba que Scapolo había planeado pedir el año anterior la renuncia a Barros, quien era entonces capellán en el Ejército. Scapolo «lo exhorta a tomar un periodo sabático antes de asumir otra responsabilidad pastoral como obispo diocesano», apunta el Papa en la carta; un plan que el nuncio tenía con otros dos obispos formados por Karadima. Sin embargo, Scapolo comentó su plan con Barros y eso echó por tierra la jugada: «Como ustedes podrán comprender, este comentario del Sr. Nuncio complicó y bloqueó todo eventual camino ulterior en el sentido de ofrecer un año sabático», escribió el Papa.

Apenas la agencia de noticias AP filtró la carta, Scapolo fue consultado por este tema tras participar de un punto de prensa sobre la visita papal, en el Palacio de La Moneda, pero solo dijo: «De esos temas no voy a hablar».

Al interior de la Iglesia hay quienes señalan que, a pesar del plan para Barros, el nuncio podría haber reafirmado frente al Papa que lo que estaba detrás de la arremetida de los laicos de Osorno era un plan de los “zurdos”, un concepto con el que el Scapolo se ha mostrado en contra en otras ocasiones. Sin duda, entre el conocimiento inicial del Papa sobre nombrar a Barros y la concreción final de su cargo, hay una serie de conversaciones en que el nuncio pudo ser relevante.

En el círculo más cercano al nuncio Scapolo está el obispo de San Bernardo, Ignacio González Errázuriz, de la prelatura del Opus Dei. A comienzos de 2014, bajo el título «La vida es un regalo de Dios, en tus manos está defender sus derechos», se realizó una jornada por la vida, donde uno de los organizadores era el Hospital Parroquial de San Bernardo, que sigue la línea del opusdeísta. La ceremonia tenía entre sus participantes a González Errázuriz y también a Scapolo. Para todos es conocido que en varios temas el nuncio ha sido un buen aliado para el obispo Opus Dei de San Bernardo.

En Chile, el Opus Dei pesa. Sus creencias han encontrado un nicho importante en la educación de las elites, donde el actual foco ha sido la Universidad de los Andes, desde la cual crece la formación, columnas de opinión para ser publicadas en la prensa y una extensa red de amigos bien posicionados.

Al interior de la Iglesia cuentan que el nuncio también tiene importantes vínculos con los Legionarios de Cristo, grupo cercano a varias de las familias más poderosas del país.

Scapolo es cercano a Angelo Sodano, quien fue nuncio apostólico en Chile durante la dictadura de Pinochet, entre 1978 y 1988. Con el dictador, Sodano mantuvo una larga amistad que siempre ha sido duramente criticada.

En 2014, se conoció que una trenza conservadora había empujado a “acusar” a algunos “curas díscolos” a Roma. Entonces Scapolo habría enviado denuncias a Roma vía Congregación para la Doctrina de la Fe, la antigua Inquisición. Entre los denunciados estaban José Aldunate, Mariano Puga y Felipe Berríos.

En medio de la denuncia, pocos tuvieron dudas de que el núcleo más conservador que rodea a Scapolo estaba tras estas acusaciones. De hecho, en 2013 y después que Felipe Berríos hiciera duras críticas a la Iglesia, fue el propio González Errázuriz quien salió al paso: “Hasta me da dolor escucharlo hablar de esa manera tan despectiva. Demuestra lo que ya conocemos de las opiniones del padre Berríos: exageradas, fuera de tono, con palabras que muchas veces son hirientes y que no producen ningún efecto positivo”, manifestó entonces el obispo de San Bernardo.

Es en medio de este escenario que el Papa llegará a Chile, quizás en un momento en que se verá empujado al menos a realizar alguna declaración respecto al sentimiento de impunidad al que han apelado los fieles de la Iglesia Católica, sobre todo de Osorno.

Lo más probable es que Bergoglio converse este tema directamente con los obispos. Este martes se reunirá con ellos –en ejercicio y eméritos– en la catedral. Y es difícil que pueda evadir el tema.

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