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La estrategia DC para enfrentar el factor “Mariana” Tribunal Supremo puede tomarse hasta seis meses en resolver la situación de Aylwin

La estrategia DC para enfrentar el factor “Mariana”

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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En el seno de la DC explicaron que estas declaraciones no significan que Aylwin este reclutando nuevos apoyos ni que sean intentos para retenerla, sino que se explican por la necesidad -afirmaron en el partido- de ser deferentes con ella para neutralizar los intentos de victimización política. A eso se suma que efectivamente a nivel interno ha generado ruido el camino de llevar al TS esta situación en circunstancias que el grueso de las huestes de la falange hace rato que ven a la ex ministra más afuera que adentro de la colectividad. “Fue tensionar innecesariamente el tema, por eso, si nadie saliera a plantear ese punto sería complejo, le daría más argumentos”, explicó un ex dirigente.


Mas que una crisis, el caso de Mariana Aylwin ha generado en las filas de la DC una profunda molestia, casi una suerte de “agotamiento” de la permanente tensión pública que provoca la figura de la ex ministra de Educación, ahora último a raíz de la causa presentada en su contra ante el Tribunal Supremo del partido por no alinearse en segunda vuelta con la decisión de la colectividad de apoyar la candidatura de Alejandro Guillier.

El TS de la DC puede tomarse hasta seis meses en resolver la situación de Aylwin, por lo que es clave la forma en que se manejará el caso para que no termine siendo un conflicto mayor que el que realmente significa para las huestes del partido. Así, tanto desde la mesa directiva como en el seno de las bancadas parlamentarias el criterio sería “no darle en el gusto” a la ex ministra y cometer el error de expulsarla.

“Nadie tiene las ganas ni la voluntad de pagar el costo político de echarla”, sentenció un alto ex dirigente de la colectividad.

Entre los parlamentarios consideran que la jugada de la ex ministra es precisamente “victimizarse políticamente”, que su ganancia está en que sea expulsada y por lo mismo, han definido como “una trampa” salir a cuestionarla. “Por eso no ha habido muchas opiniones, nadie quiere caer en el error de inflarlos”, afirmaron en la bancada de diputados.

No se trata solo de Aylwin sino del grupo de elite que aglutina en la DC llamado Progresismo con Progreso, en el que participan ex figuras de la falange que fueron autoridades en los pasados gobiernos de la Concertación, como el ex ministro Pedro García quien esta semana renunció al partido generando cierto revuelo mediático. “Ni Aylwin ni ninguno de ellos tiene peso interno en la DC, solo hacen ruido comunicacional”, sentenciaron en el partido.

En la DC dicen que Aylwin está a contrapelo del partido, que ella misma generó un escenario en que le es igual de complejo quedarse que renunciar y que si bien no es usual que el TS dilate tanto una resolución así, para muchos en la falange es una estrategia que permitirá reducir las presiones internas y sobre todo, bajar los decibeles del ruido mediático que genera permanentemente el conflicto con la ex ministra.

Los últimos días algunas figuras de la DC, como el senador Andrés Zaldívar y la ex candidata presidencial, Carolina Goic, salieron públicamente a prestarle ciertas cuotas de piso político a la ex ministra. La ex timonel dijo que el partido “se ha caracterizado en aportillar a sus liderazgos”, que le hubiera “encantado que, con más bombos y platillos, se hubiera tratado el tema de Ricardo Rincón, cuando dijo que no votaba por mí, eso es la disciplina mínima de un militante” y lamentó que la colectividad se encuentre entrampado “en si el Tribunal Supremo es finalmente el que define disputas que son políticas. Eso es sacarle el poto a la jeringa”.

A través de una carta, en tanto, Zaldívar precisó que “los democratacristianos tenemos el derecho inalienable a expresar libremente nuestras opiniones, dentro del marco institucional y del respeto mutuo que nos debemos, en lo posible en nuestro debate interno. Además, debemos hacernos una autocrítica descarnada, sin pasiones personales, donde cada una o uno pueda hacer presente lo que, desde su punto de vista, contribuyó al desencadenar la situación que hoy todo el país conoce (…) nadie puede ser sancionado o descalificado por emitir un juicio político discrepante, por mucha autoridad que represente quien ostenta una posición distinta”.

En el seno de la DC explicaron que estas declaraciones no significan que Aylwin este reclutando nuevos apoyos ni que sean intentos para retenerla, sino que se explican por la necesidad -afirmaron en el partido- de ser deferentes con ella para neutralizar los intentos de victimización política. A eso se suma que efectivamente a nivel interno ha generado ruido el camino de llevar al TS esta situación en circunstancias que el grueso de las huestes de la falange hace rato que ven a la ex ministra más afuera que adentro de la colectividad. “Fue tensionar innecesariamente el tema, por eso, si nadie saliera a plantear ese punto sería complejo, le daría más argumentos”, explicó un ex dirigente.

En la DC afirmaron que existía la idea general que la hija de Aylwin daría por si sola un paso al costado del partido después de la Junta Nacional convocada para finales de enero y por lo mismo, llamó la atención en el partido que a última hora del martes 2 resolviera presentar sus descargos ante el TS en un escrito de seis páginas, que sacaron roncha.

No por nada la actual presidenta de la DC, Miriam Verdugo, sentenció esta semana que «Mariana nos está produciendo daño, está abusando de una situación personal, ella representa a una familia importante en la DC, que han contribuido a armar una estructura política que ha dado 60 años de historia, entonces es lamentable, porque no está a la altura de lo que uno espera de esas personas».

Este jueves comenzó a circular en varios chats de la DC una plataforma de Google que busca recolectar firmas para que Mariana Aylwin sea la próxima presidenta de la DC. En el partido dicen que el origen de esto correspondería precisamente al grupo Progresismo con Progreso para intentar medir su fuerza interna previo a la Junta Nacional, una arista que es precisamente su mayor debilidad.

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