Publicidad
Peña entra en debate del caso Daniela Vargas y acusa «un grave acto de discriminación» Asegura que el caso de la niña «plantea un problema moral»

Peña entra en debate del caso Daniela Vargas y acusa «un grave acto de discriminación»

«Si asignar un cupo en la escuela o en la universidad considerando la situación familiar de la gente es injusto y discriminatorio, si distribuir el salario en atención al género es discriminatorio, si asignar un lugar en una lista de espera atendiendo a la condición social es discriminatorio, ¿cómo podría alguien sostener que no se discriminó a Daniela cuando, habiendo acreditado su condición médica, se condicionó su trasplante a la previa verificación de la situación familiar y social que poseía?», apuntó el rector de la UDP.


En su habitual columna semanal, Carlos Peña se refirió a la muerte de Daniela Vargas, quien esperaba un trasplante para salvar su vida y el cual, finalmente, no obtuvo, ya que no fue incluida en la lista.

«El caso de Daniela Vargas -ese era su nombre- plantea un problema moral: si acaso las condiciones familiares de las personas deben ser o no relevantes a la hora de recibir un trasplante», plantea el rector de la UDP.

«Un argumento utilitario mostraría que sí, que esas condiciones debían ser consideradas, tal como lo hizo el hospital. El argumento utilitario aconseja adoptar aquella conducta que maximice la utilidad de los recursos. Practicar un trasplante a una persona sin tener la certeza de que tendrá los cuidados postoperatorios adecuados equivale a tolerar que el uso de esos recursos sea ineficiente. Algo así pudo temer el hospital. Y de ahí su cautela. ¿No sería mejor utilizar el esfuerzo del trasplante en otro niño o niña cuya situación familiar asegurara su cuidado y evitara que el trasplante acabara siendo inútil?», consigna El Mercurio.

«El argumento parece impecable, pero es errado», sentencia el abogado.

«Los niños y niñas deben ser tratados con igual respeto y consideración, con prescindencia de la forma en que fueron concebidos y sin considerar la conducta de sus padres o de su familiares. Este principio deriva de otro más básico: los seres humanos son responsables por los actos voluntarios que ejecutan, pero no pueden serles reprochadas las circunstancias que no dependen de su voluntad. Esta es la razón por la que es incorrecto distribuir los cupos de un colegio atendiendo a la situación familiar de quienes postulan a él. Si eso se tolerara, se estarían distribuyendo las oportunidades educativas en atención a factores involuntarios como la cuna. Y algo así sería lesivo de la dignidad y la igualdad que se deben a las personas (y a los niños)», afirma.

Y concluye: «Cualquier observador se da cuenta -mirando los ejemplos anteriores u otros parecidos- que negar un recurso valioso atendiendo a la situación familiar de una persona equivale a un grave acto de discriminación».

 

Publicidad

Tendencias