Para el analista político la idea en ese entonces era que la alianza de Michelle Bachelet con “los niños índigos del movimiento estudiantil” permitiría un “derrumbe del modelo”. Cree sin embargo que ahora es difícil determinar “si lo mal que le fue a este gobierno tiene que ver con Caval o tiene que ver con un rechazo ideológico a las reformas”.
La posibilidad que los candidatos presidenciales de ChileVamos, Sebastián Piñera, y el independiente ex UDI José Antonio Kast sumen más del 53% de los votos, significaría una verdadera “paliza” para el diagnóstico que se instaló en 2013 sobre el «derrumbe» del modelo que se esperaba que materializara el segundo gobierno de Michelle Bachelet sobre la base de las reformas que formaban parte del discurso del movimiento estudiantil, dijo el analista político Cristóbal Bellolio en el programa «La Semana Política» de El Mostrador Televisisón.
«En 2013 la idea era que esta alianza sagrada entre Michelle Bachelet que venía desde Nueva York y los niños índigos del Movimiento Estudiantil, lograba entregarle a Chile lo que por fin quería, el derrumbe del modelo», dijo el académico de la Universidad Adolfo Ibáñez en una conversación con el asesor editorial de El Mostrador, Mirko Macari y el subeditor periodístico de este medio, Iván Weissman.
Sin embargo, considera que el impacto que generó el caso Caval complicó el análisis, «porque es muy difícil ahora poder distinguir si lo mal que le fue a este gobierno tiene que ver con Caval o tiene que ver con un rechazo ideológico a las reformas».
Bellolio sí analizó la campaña de Piñera, la que calificó de «inteligente» por alejarse de la estridencia y evitar ruidos que «despierten» a sus adversarios. Por eso le llamó la atención la salida del abogado Gonzalo Cordero de la primera línea de las comunicaciones de su comando. «Me parecía que estaba conduciendo de manera correcta la campaña en el sentido de bajar un poco las expectativas», dijo.
Y también desestimó la idea de que, en su eventual segundo gobierno, se dedicará a pasar la retroexcavadora a lo obrado durante la administración Bachelet. «Creo que Piñera no va a caer en la idea de la retroexcavadora, por ejemplo no va a echar pie atrás en la ley de aborto y en muchas cosas que parecen hechos consumados, sobre todo en esas batallas valóricas que usualmente suelen ser el piso para sensibilizar y a empezar a conversar después, ya que nunca se ha vuelto atrás en eso».
«Piñera se va a concentrar en lo educacional, en el área tributaria, probablemente en previsión y salud y laboral, es decir, la estructura económico social. La discusión política la va a meter al refrigerador y la discusión valórica en el congelador, que básicamente es lo que se espera de un gobierno de derecha», dijo.
