Publicidad
Niño de tres años en riesgo vital tras recibir impacto de «bala loca» mientras jugaba en jardín infantil

Niño de tres años en riesgo vital tras recibir impacto de «bala loca» mientras jugaba en jardín infantil

El menor, que recibió el disparo en la nuca, fue operado en las últimas horas en el Hospital van Buren de Valparaíso. El incidente ocurrió en la comuna de Limache alrededor del mediodía.


En riesgo vital e internado en el hospital Carlos Van Buren se encuentra un niño de tres años que este martes recibió un disparo en la cabeza mientras jugaba en el patio de un jardín infantil en la comuna de Limache, en la región de Valparaíso.

Según informó radio Cooperativa, el pequeño recibió el tiro en la nuca, quedando la bala alojada en su cabeza. En horas de esta tarde fue sometido a una intervención quirúrgca para descomprimir la presión intracraneana.

El médico y director del centro asistencial porteño, David Gutiérrez, detalló que el menor «fue objeto de una herida por proyectil en su región craneana, en la parte occipital, atrás de la cabeza recibió, aparentemente, un rebote de un proyectil balístico. No llegó directamente el proyectil. El niño está grave, con riesgo vital».

Sin embargo, el galeno se mostró optimista sobre su pronóstico y sinceró una realidad preocupante: «Estamos acostumbrados a las balas».

El hecho ocurrió al mediodía, cuando el niño se encontraba junto a otros dos compañeros en el patio del jardín infantil «Tierra y luz».

«Desde el exterior llegó una bala, que le dio en la nuca, en la parte posterior de la cabeza. Inmediatamente las tías reaccionan, lo llevan al interior del jardín y luego al Hospital de Limache, donde se hacen los protocolos respectivos, lo estabilizan y con resguardo de Carabineros y la compañía del personal municipal, lo trasladan al Hospital Van Buren», relató el alcalde de Limache, Daniel Morales.

EL jardín se encuentra a pocos metros de la Villa Queronque, un sector donde, de acuerdo a los testimonios de vecinos, las balacceras son pan de cada día.

«Estamos acostumbrados a las balas ya, día y noche baleándose. Ahora le tocó al niño la bala loca», se lamentó uno de los habitantes.

Publicidad

Tendencias