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Carmen Gloria Quintana: «Nunca estuvo en el espíritu de esta ley recoger el parecer de las víctimas, sino consagrar la impunidad de los victimarios» La sobreviviente del caso Quemados afirma que el silencio profundiza el trauma social

Carmen Gloria Quintana: «Nunca estuvo en el espíritu de esta ley recoger el parecer de las víctimas, sino consagrar la impunidad de los victimarios»

La sicóloga clínica, que reside hoy en Canadá, ingresa a la discusión a través de una carta enviada a este medio en la que critica que la situación de las víctimas de violaciones a los DD.HH. sea utilizada para postular nuevas teorías en las que los victimarios ahora son víctimas de la injusticia. «Para aquellos que se han permitido elaborar nuevas teorías psicológicas sobre lo que les ocurre a las víctimas y que este secreto es para protegerlas a ellas mismas, puedo afirmar que todas las teorías psicológicas sobre crímenes de lesa humanidad señalan que este es un trauma naturaleza social».


Carmen Gloria Quintana*

Con dolor y a pesar de la distancia que me separa con mi país, he leído en este mes, declaraciones de políticos, uniformados, columnistas, etc., sobre los DD.HH., todos hablan, pero nadie pide el parecer a las víctimas. En realidad no es novedad que nos ignoren.

Esta situación ha sido utilizada para postular nuevas teorías jurídicas por parte de uniformados devenidos en juristas, también para sostener que los victimarios que se encuentran presos son víctimas de la injusticia. Otras personas, que no son psicólogos, han elaborado nuevas teorías psicológicas en torno a las consecuencias sufridas por las víctimas, y como si lo anterior fuera poco, una persona que ocupó la Presidencia de la República, manifiesta con poca empatía, que están atentando contra su honor y dignidad.

Todo lo anterior es una nueva vejación a los que hemos sufrido atrocidades y que hemos visto violados nuestros DD. HH. Basta ya.

Los hechos son los siguientes :

La Comisión Rettig envio por oficio a los Tribunales de Justicia las denuncias concretas de delitos efectuadas por las víctimas. La información es pública y accesible a todos.

Sin embargo, la Comisión de prisión política y tortura (Valech) en su ley 19.992 para reparar a las personas declaradas como víctimas de tortura, consagra en el art. 15 el secreto de los 50 años y en su parte final dice «mientras rija el secreto previsto en este artículo, ninguna persona, grupo de personas, autoridad o magistratura tendrá acceso a lo señalado en el inciso primero de este artículo».

Con esto se hace imposible que el Poder Judicial tenga acceso a los datos para iniciar procesos por los delitos cometidos por los victimarios incluso en procesos iniciados por nosotros mismos.

En el hecho tenemos un secreto de 50 años que impide que el Poder Judicial cumpla a cabalidad con su misión, lo cual es inconstitucional y de paso se contrapone a los Tratados Internacionales de DD. HH. de los cuales Chile es parte.

[cita tipo=»destaque»]La sociedad y las víctimas necesitamos que se legitime y valide lo que vivimos. Muchos pensamos que con el informe Valech se trataba de recuperar los testimonios y se establecería la verdad que sería escuchada por todos los chilenos y la sociedad entera se haría cargo de esta realidad. Pero con este secreto impuesto de 50 años, nos decepcionamos, pues nuevamente se trata de privatizar el problema en las víctimas[/cita]

Quizás nunca estuvo en el espíritu de esta ley recoger el parecer de las víctimas, sino mas bien consagrar la impunidad de los victimarios. Tanto es así, que el decreto 1.040 que creó la Comisión Valech, en ninguna parte estipula este secreto, que por lo demás, los declarantes nunca hicimos una petición semejante. Tampoco a la hora de prestar testimonio se nos informó que nuestra declaración estaría regida por tal secreto.

Sobre el dolor que siento y pienso, manifiesto que los militares mienten. No les creo cuando con toda tranquilidad dicen que no tienen información disponible. Los hechos han demostrado lo contrario, cuando los pillan entregan información y más encima cercenada e incompleta, ejemplos de esto hay muchos. (mi caso mismo en julio 2015 y los pactos de silencio). El silencio institucional habla por si solo. Pretender que un ejército que se vanagloria de profesional, no tiene archivos, atenta contra la más elemental de las reglas del profesionalismo y del sentido común.

Me resulta incomprensible que una persona que ha sido Presidente de la República, manifieste una opinión que tiene que ver con sus atributos personales y no pueda entender que ésta es una situación de Estado, que está lejos de lo que dice o trata de explicar.

Para aquellos que se han permitido elaborar nuevas teorías psicológicas sobre lo que les ocurre a las víctimas y que este secreto es para protegerlas a ellas mismas, puedo afirmar que todas las teorías psicológicas sobre crímenes de lesa humanidad señalan que este es un trauma naturaleza social. Ellos representan simultáneamente conflictos sociales y políticos que se manifiestan en el psiquismo individual, como en la subjetividad social. Por lo tanto, su resolución debe partir desde la verdad, justicia y reparación social.

El silencio, la negación y la impunidad solo hace revictimizar a las víctimas y profundizar el trauma social. La sociedad y las víctimas necesitamos que se legitime y valide lo que vivimos. Muchos pensamos que con el informe Valech se trataba de recuperar los testimonios y se establecería la verdad que sería escuchada por todos los chilenos y la sociedad entera se haría cargo de esta realidad. Pero con este secreto impuesto de 50 años, nos decepcionamos, pues nuevamente se trata de privatizar el problema en las víctimas. Más aún, el problema de aquellas víctimas que legitimamente y por pudor no quieran que se haga público su testimonio, nada les impide que se puedan acercar a la subsecretaria de DDHH y solicitar su privacidad.

Finalmente vuelvo al principio, me duele profundamente mi país, aunque no estoy sorprendida en absoluto.

*Sobreviviente caso jóvenes quemados

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