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Así se cocina el segundo Gobierno de Piñera: la derecha apuesta a quedarse 8 años y renovar liderazgos Tras el holgado triunfo del pasado 2 de julio

Así se cocina el segundo Gobierno de Piñera: la derecha apuesta a quedarse 8 años y renovar liderazgos

“No se gana una elección para perderla después”, dicen en el comando y en Chile Vamos. Por lo mismo, en el bloque ya trabajan la fórmula para prolongar a la coalición por, al menos, ocho años. No cometer los errores del pasado, como un gabinete de poca fuerza política, y poner rostros proyectables y que puedan ejercer liderazgos a futuro, aparecen entre las principales tareas.


“Un Presidente designa a un gabinete cuando está electo y eso lo voy a cumplir”. Habían pasado poco más de 24 horas desde su triunfo en las primarias del pasado 2 de julio y el candidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Piñera, en medio de una entrevista en CNN Chile, ya comenzaba a responder preguntas en torno a quiénes podrían participar de su eventual Gobierno.

Días antes, el 29 y 30 de junio exactamente, mientras hasta la capital del Reino Unido llegaban economistas y autoridades chilenas para participar del Chile Day Londres 2017, varios volcaban sus ojos en Klaus Schmidt-Hebbel.

El economista hasta hace poco había sido parte del equipo de coordinadores económicos de la campaña del ex Presidente Sebastián Piñera y en Chile Vamos es reconocido como uno de los favoritos para asumir la cartera de Hacienda. Tanto ha sonado su nombre, que el mismo Schmidt-Hebbel se ha encargado de aclarar públicamente que no asumirá como ministro de Hacienda y, es más, en junio pasado, en medio de una entrevista en revista Capital, anunció que por motivos personales se restó del equipo del trabajo programático del ex Mandatario.

Pero, más allá de los nombres, lo cierto es que luego del  triunfo de Sebastián Piñera en las primarias del 2 de julio –ganó con un 58,36%– y la importante adhesión electoral que alcanzó el bloque –1.417.637 votos–, en Chile Vamos han comenzado a ver con claridad que la oportunidad de ganar nuevamente la carrera a La Moneda está al alcance de la mano.

Por lo mismo, tanto en la oposición como en el comando del ex Jefe de Estado ya comienzan a abordar la fórmula para un segundo mandato y con ello ya han empezado a dibujar quiénes podrían ser las eventuales cartas para asumir en el Gobierno. Lo importante, dicen, es que en esta nueva etapa de campaña se deberá tener una completa coherencia con lo que podría ser el eventual nuevo mandato de Piñera.

Gobierno de ocho años

Al respecto, quienes trabajan de cerca con el ex Presidente aseguran que el abanderado no le ha ofrecido un cargo a nadie. Sin embargo, reconocen que Piñera mantiene una base de datos, que maneja en estricta reserva. En ella, comentan, ha ido registrando nombres de quiénes podrían ser posibles funcionarios gubernamentales.

Quiénes serán los que asuman esas tareas, no es un tema menor. El propio candidato; su jefe programático, Gonzalo Blumel; y todos los dirigentes de Chile Vamos, han recalcado que el eventual Gobierno de Sebastián Piñera y su programa están pensados a ocho años. “No se gana una elección para perderla después”, repiten en el bloque.

En este sentido, explican que uno de los grandes errores que cometió el Gobierno de Piñera fue la incapacidad que tuvo para generar nuevos liderazgos y con ello nuevos candidatos que permitieran proyectar a la entonces Alianza en un segundo periodo de Gobierno. Por el contrario, varios recuerdan que una figura importante, como el ex ministro de Justicia, Felipe Bulnes, que lideraba las encuestas, fue reubicado en la cartera de Educación, donde perdió toda su popularidad, misma situación que vivió la entonces ministra del Sernam, Carolina Schmidt, quien bajó todo su nivel de apoyo luego de ser trasladada a Educación.

Por eso en Chile Vamos apuestan a que una de las fórmulas sea impregnar un eventual nuevo mandato de Piñera de figuras que puedan darle continuidad al bloque, políticos que se puedan proyectar en el tiempo y en las elecciones futuras puedan ser candidatos con amplias oportunidades de ganar. Entre estas figuras, por ejemplo, destacan al ex candidato presidencial de Evópoli, Felipe Kast, respecto de quien, si bien tendría intereses de continuar en el Parlamento, muchos no descartan que asuma un nuevo ministerio; o el diputado UDI Jaime Bellolio, quien con 37 años apostó a competirle la presidencia del partido a la actual líder de la colectividad, Jacqueline van Rysselberghe. También apuntan al diputado RN Nicolás Monckeberg , que ya anunció que no ira a la reelección y ha comentado entre sus cercanos el interés que tendría de ingresar al posible Gobierno de Piñera.

En RN incluso no descartan que el mismo Manuel José Ossandón pueda convertirse en el próximo candidato presidencial. “Fue un buen perdedor, se va a sumar, a su manera, pero se va a sumar”, aseguran en el partido.

“Un buen Gobierno, sin lugar a dudas, genera nuevos liderazgos casi por definición. A nosotros nos pasó mucho en la década de los 90, cuando la Concertación hizo buenos gobiernos, que generó muchos nuevos líderes que terminaron en el Parlamento o que fueron luego candidatos presidenciales, por lo tanto, esa experiencia es la que nosotros debiéramos tener ahora: abrir una oportunidad para mucha gente, tanto en el eventual Gobierno de Sebastián Piñera como en el Parlamento, que puedan tener más visibilidad en liderazgo, de manera que no solamente aseguremos la continuidad ojalá para tener dos o tres gobiernos, sino que también tengamos equipos para enfrentar distintos roles. Tenemos que pensar en la Presidencia, tenemos que pensar en el Congreso, en los futuros gobiernos regionales y, por cierto, en alcaldes y concejales. Todo eso creo que se puede ir produciendo en la medida en que este nuevo Gobierno sea exitoso y dé visibilidad a nuevos líderes”, señala el ex presidente de la UDI, senador Hernán Larraín.

La diputada de RN, Paulina Núñez, sobre el mismo punto, agrega que “el ex Presidente Piñera entendió que no puede ir al Gobierno por cuatro años y, en el hecho de hablar de un programa a ocho años, indica la seguridad de dejar su mejor legado, que es que la coalición se reelija. Y, respecto a las personas que vayan a ocupar cargos de ministros, intendentes, subsecretarios, creo que es importante, al menos, que un porcentaje tenga proyección de pedirles que vayan de candidatos. Hubo muchos ministros, subsecretarios e intendentes que, luego que perdimos el Gobierno, volvieron a sus puestos de trabajo, como si el objetivo hubiese sido poner una línea más en su currículo”.

Cercanos al ex Presidente Piñera reconocen que este ha hecho un mea culpa y ha reconocido que uno de los errores de su Gobierno fue precisamente la falta de política y haber puesto en un comienzo de su mandato a un gabinete de técnicos, sin experiencia política para poder llevar a cabo, en el Congreso y en negociación con los parlamentarios, las tareas del Ejecutivo.

[cita tipo=»destaque»]“La elección del Presidente Piñera es un hito, pero luego viene el segundo punto, que es qué viene después de la elección de Piñera, porque no puede pasarnos lo que nos pasó la otra vez, que es ‘se gana la elección, ¿y ahora qué?’. El ‘ahora qué’ hay que tenerlo planificado y eso hay que empezar a planificarlo teniendo la idea clara de que esta es una coalición de ocho años, pero el proyecto de Piñera es una cosa y, otra, es una coalición que quiera gobernar ocho años. Y eso se logra de manera más institucional: con vocerías, con coordinación, con una buena gestión municipal, con una buena parlamentaria, partidos sólidos, distinto a una figura del ex Presidente”, señala un dirigente del bloque.[/cita]

Su propio ex ministro de la Segpres, Cristián Larroulet, lo dijo al finalizar el mandato: “Nos faltó política”. La frase es recordada por el senador RN, Andrés Allamand, en su libro La Salida, cómo derrotar a la Nueva Mayoría en 2017. El parlamentario usó las tres palabras de Larroulet para resumir el déficit global del Gobierno de Piñera y recuerda que, luego de su mandato, la Alianza solo alcanzó un 37,8% en la segunda vuelta presidencial de 2013 y tuvo una derrota parlamentaria sin precedentes. Al inicio de su libro, asegura en cambio que “la elección presidencial del año 2017 será crucial (…) la que viene resolverá mucho más que el nombre de quién se instalará en La Moneda a partir del 2018. Redefinirá el ‘proyecto país’ y un nuevo paisaje para las fuerzas políticas”.

Recambio obligatorio

Por lo mismo, todos los aires de triunfalismo que puede haber en Chile Vamos se esfuman al momento de pensar que se puede ganar esta elección, pero que luego se puede perder el 2021.

Esta misma disyuntiva ha generado que en el bloque se provoque una tensión entre generaciones y varios apuestan a que haya cambios importantes en los rostros que toman las decisiones.

En el bloque varios reclaman que quienes hoy acompañan a Piñera en las áreas estratégicas son los mismos que lo hicieron la vez pasada: su ex ministro del Interior, Andrés Chadwick, es hoy su actual jefe político del comando; lo acompaña su ex ministra de la Segegob, Cecilia Pérez, y se les sumó también el senador por La Araucanía, Alberto Espina. Los tres, por lo demás, son nombres que en Chile Vamos afirman que podrían asumir un eventual ministerio. “¿Alguien se imagina a otra persona que no sea Andrés Chadwick como ministro del Interior?”, se pregunta un dirigente del conglomerado.

Se trata, añaden en el bloque, de figuras que son difíciles de reemplazar por su experiencia y cercanía con el ex Mandatario, pero que también en muchas ocasiones cierran puertas para la entrada de nuevos rostros, los que al mismo tiempo son los que pueden darle un aire más renovado a la segunda etapa de campaña y al eventual nuevo Gobierno.

“El tema generacional debe ir marcándose en las vocerías y en las actividades en terreno. Es importante mirar el apoyo de jóvenes que tuvo (Felipe) Kast y el apoyo popular que tuvo Ossandón y, en el caso de los jóvenes, hay que conquistarlos, motivarlos y no los puede motivar una persona que tiene 60 años. Esas personas deben estar en otro rol. Para hablarle a este Chile, que hoy es distinto y pide cambios, que elige diputados jóvenes, es más fácil llegar con pares, con jóvenes”, afirma Núñez, quien ha impulsado la entrada de jóvenes al comando, como la del diputado Bellolio, y apuesta a la renovación.

De todas maneras, tanto en el comando como en Chile Vamos manifiestan que el “recambio generacional es obligatorio”, que deberán entrar nuevas figuras al comando y, por ende, al eventual nuevo Gobierno.

Quienes han conversado con el ex Presidente incluso plantean que uno de sus principales problemas, al momento de configurar un posible gabinete, es que no puede repetirse respecto a su primer mandato. El nuevo, señalan, deberá tener en primer lugar “más muñequeo político”, rostros nuevos y proyectables, equidad de género y una mezcla perfecta entre capacidad técnica y política. Todo para que el bloque se proyecte a ocho años más.

“Evidentemente nosotros armamos una coalición política que se proyecte al menos ocho años y eso significa que un nuevo gobierno del Presidente Piñera sería una nueva etapa y que tiene que tener muchas características”, indica el presidente de RN, Cristian Monckeberg.

Dentro de quienes podrían ingresar a eventual gabinete, también destacan aquellos parlamentarios que no irán a la reelección, como el propio senador Larraín.

El parlamentario por la Región del Maule expresó a El Mostrador que “uno debe estar pensando en otras opciones. ¿Cuáles son esas otras oportunidades? No las sé. Si tenemos un Gobierno, por cierto voy a estar siempre dispuesto a colaborar, esa ya no es una decisión mía y, por lo tanto, yo solamente puedo decir que voy a seguir trabajando en el servicio púbico, sea en un Gobierno nuestro, sea en otra instancia donde se pueda hacer”.

Institucionalidad

Sin embargo, más allá de quiénes podrían ser los que asuman el rol de ministros o funcionarios gubernamentales, en Chile Vamos señalan que esta vez será clave que el bloque pueda dialogar con el Gobierno.

En el mandato de Piñera, dicen, los partidos nunca tuvieron un domicilio claro, falencia que para muchos pasó por la misma falta de institucionalidad y coordinación que en ese entonces tenía la Alianza, que no se preocupó de sumar más adherentes sino, por el contrario, se dividió y alejó por completo del Ejecutivo.

“La elección del Presidente Piñera es un hito, pero luego viene el segundo punto, que es qué viene después de la elección de Piñera, porque no puede pasarnos lo que nos pasó la otra vez, que es ‘se gana la elección, ¿y ahora qué?’. El ‘ahora qué’ hay que tenerlo planificado y eso hay que empezar a planificarlo teniendo la idea clara de que esta es una coalición de ocho años, pero el proyecto de Piñera es una cosa y, otra, es una coalición que quiera gobernar ocho años. Y eso se logra de manera más institucional: con vocerías, con coordinación, con una buena gestión municipal, con una buena parlamentaria, partidos sólidos, distinto a una figura del ex Presidente”, señala un dirigente del bloque, que además afirma que “Piñera está mucho mejor que el 2009, electoralmente y porque tiene una coalición por detrás madura, que aparece más potente”.

En esta línea, en el bloque y en el comando apuntan a la necesidad de tener un proyecto futuro claro, con ideas que sean capaces de proyectar el interés de la ciudadanía y generar acuerdos dentro del mismo Chile Vamos.

El senador Larraín explica que una de las fórmulas para lograr proyectarse a ocho años es “llegar muy bien preparados desde el primer día para que no se vuelvan a repetir esos errores en que al final del día los partidos políticos, los parlamentarios, se sentían distanciados de la gestión de Gobierno”.

Nuevos nombres y planes para la segunda etapa de campaña, con miras a un nuevo mandato, son justamente los hitos que por estos días deberá anunciar el ex Presidente Piñera, quien precisamente se fue de vacaciones a México con dos de sus más importantes aliados: Chadwick y Espina.

Si bien han asegurado que se dedicarán a descansar, quienes los conocen dicen que es “imposible” que no se acuerden las estrategias necesarias que apunten a ganar el Gobierno y mantenerse por ocho años más.

De todas maneras, en Chile Vamos existe el temor de que Piñera siendo fiel a su estilo no sea capaz de delegar poder a los partidos, convirtiendo su posible segundo mandato en un gobierno más bien individualista.

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